La liga de fútbol en Francia pacta el divorcio con Mediapro
Los clubes franceses, en crisis tras no pagar el grupo hispano-chino casi 325 millones de euros previstos este otoño por los derechos
La aventura francesa de Mediapro llega a su desenlace. El grupo audiovisual hispano-chino y la Liga francesa de fútbol profesional (LFP) decidieron el viernes poner fin a su relación después de meses de negociaciones tensas que han dejado a los clubes en una situación precaria, y a centenares de miles de telespectadores en la incertidumbre. Todo esto, en plena pandemia y con los estadios vacíos.
Es el fin de un pulso que comenzó a principios de octubre cuando J...
La aventura francesa de Mediapro llega a su desenlace. El grupo audiovisual hispano-chino y la Liga francesa de fútbol profesional (LFP) decidieron el viernes poner fin a su relación después de meses de negociaciones tensas que han dejado a los clubes en una situación precaria, y a centenares de miles de telespectadores en la incertidumbre. Todo esto, en plena pandemia y con los estadios vacíos.
Es el fin de un pulso que comenzó a principios de octubre cuando Jaume Roures, socio fundador de Mediapro, alegó el impacto de la covid-19 en el sector para renegociar a la baja el contrato por los derechos de retrasmisión de la LFP. Al dejar de ingresar los cerca de 325 millones de euros que debería haber pagado el grupo hispano-chino este otoño, el fútbol francés se ha sumido en una crisis que puede dejar a varios equipos al borde de la quiebra.
“Mediapro Sport France y la Ligue de Football Professionnel anuncian que han acordado conjuntamente los términos para la devolución de los derechos de transmisión de los partidos de la Ligue 1 y la Ligue 2 [primera y segunda división] a la LFP próximamente”, dijo Mediapro en un comunicado. “Este acuerdo será sometido a la aprobación del Juzgado Mercantil de Nanterre en los próximos días para que entre en vigor lo antes posible”.
Cédric Roussel, diputado del partido del presidente Emmanuel Macron y jefe en la Asamblea Nacional del Grupo de Estudios sobre economía y deporte, acusó al jefe de Mediapro de “dejar un campo de ruinas” en Francia. “Por aquí la salida”, titula en la portada de su edición en papel L’Équipe con una foto en la que se ve a Roures saliendo de un tráiler de Mediapro y Téléfoot.
Los términos exactos del divorcio, que aún debe ser aprobado por el tribunal, se desconocen. La incógnita es quién retomará los derechos y a qué precio. Téléfoot, la cadena propiedad de Mediapro que retransmite los partidos de la liga francesa, anunció a sus empleados el próximo cese de las actividades.
Mediapro adquirió en mayo de 2018 la mayoría de los derechos de la LFP entre los años 2020 y 2024 por 780 millones de euros anuales. La subasta alcanzó los 1.153 millones de euros, un 60% más con respecto a lo que se había pagado hasta entonces. Por primera vez desde 1984 el difusor histórico, Canal+, quedaba fuera de juego. Para algunos, aquello era la auténtica puesta de largo del fútbol francés: por fin podía soñar con situarse en el primer rango de las grandes ligas europeas. Para otros, era una apuesta arriesgada y a la larga inviable.
En agosto de 2020, Mediapro efectuó el primer pago de 172 millones a la LFP. Nunca llegaron los pagos previstos para el 6 de octubre ni el siguiente, el 5 de diciembre. “Los efectos de la covid en el fútbol hacen que el contrato de hace dos años ya no se pueda contemplar como si la situación fuese la misma”, justifció en noviembre Roures en declaraciones a EL PAÍS.
A finales de septiembre, Mediapro se había acogido a la protección del Tribunal Mercantil, encargado de facilitar una conciliación entre el acreedor y el deudor. Este procedimiento permitía a Mediapro congelar los pagos mientras negociaba una rebaja con la liga. Pero dejó a muchos clubes sin una fuente de ingresos fundamental para afrontar sus gastos. La LFP obtuvo un préstamo bancario de 120 millones para suplir parcialmente la falta de ingresos.
“Deseo que se haga lo necesario para hacer pagar a este grupo internacional con actitudes de golfo”, dijo en un comunicado el diputado Roussel, miembro de La República en marcha (LREM). Roussel echó mano, para referirse a Roures, de una fábula de Jean de La Fontaine (1621-1695) sobre la rana que quiso emular a un buey y se hinchó hasta acabar reventando de orgullo: “Esta es la historia de un productor”, dice, “que ha querido ser más grande que un buey, que ha intentado dar un golpe y le ha salido mal, y que deja detrás un campo de ruinas: asalariados, proveedores, abonados por una parte, y, por otra parte al deporte y al fútbol francés sin medios”.
L’Équipe explicó que, el viernes por la mañana, Julien Bergeaud, director general de Téléfoot, comunicó a los trabajadores que la cadena dejaría de funcionar, “sin dar todavía fechas precisas”. “Bergeaud nos dijo, muy emocionado y al borde de las lágrimas, que esto se había acabado”, declaró un periodista de Téléfoot a la agencia France Presse. Téléfoot tiene 150 asalariados, entre ellos 60 periodistas.
Una incógnita es qué ocurrirá con los 600.000 abonados que dice tener la cadena. Otra es cuánto pagará la empresa hispano-china para salir del contrato: L’Équipe habla de un total de 100 millones de euros. Y otra es quién sustituirá a Mediapro como principal difusor y cuánto dinero querrá pagar. El candidato más citado es Canal+. Otro interrogante es si el Estado intervendrá para salvar a los clubes de la quiebra.
“Sabíamos que este contrato era frágil. Pienso que las personas que lo negociaron no fueron muy serias”, dijo en noviembre Macron, crítico con la gestión de la LFP. Esta semana, el ministro de Educación y Deportes, Jean-Michel Blanquer, avisó en una entrevista radiofónica: “En los negocios no se pueden tomar riesgos de este tipo y después llamar al Estado como un bombero con el dinero público”.