Baleares prohíbe barras libres, ‘happy hours’ y 2x1 para frenar los excesos del ‘turismo de borrachera’
El Govern restringe el uso del alcohol en Magaluf, El Arenal y Sant Antoni, las zonas más masificadas por este tipo de viajeros
Baleares quiere frenar los excesos del turismo de borrachera. El Govern aprobó este viernes una ley que pone coto a productos habituales en los últimos años como excursiones etílicas, ofertas de 2x1, happy hour o barras libres. Para frenar estas prácticas, se prohíbe la publicidad y las promociones en locales turísticos. También queda prohibida la venta de alcohol en tiendas comerciales con horario nocturno (tendrán que cerrar entre las 21.30 y las 8.00). La norma se limita a las zonas más saturadas de Mallorca e Ibiza: Magaluf, El Arenal y West End de Sant Antoni.
El Govern intenta atajar un problema creciente en los últimos años con un turismo basado en el consumo de alcohol. Para ello, prohíbe las barras libres, happy hour y otras promociones similares. Hay excepciones: bodas, bautizos, comuniones y convenciones profesionales que se realicen en hoteles y restaurantes. Es decir, unos amigos que quisieran contratar una barra libre en cualquier bar de estas zonas no lo podrían hacer. “Es una norma excepcional para una zona determinada por un problema concreto”, explicó el conseller de Turismo, Iago Negueruela.
El texto, que entrará en vigor la próxima semana cuando se publique en el boletín oficial, suspende la concesión de nuevas licencias para las party boats (fiestas organizadas en barcos) y contempla un régimen sancionador con multas de hasta 600.000 euros y la posibilidad de cerrar los negocios por un período máximo de tres años. “Es la primera norma en Europa que restringe la promoción y venta de alcohol en determinadas zonas turísticas”, asegura la nota del Govern.
En Turismo de Baleares son conscientes de que tendrá una repercusión internacional importante. La comunidad recibe cada año más de 13 millones de turistas extranjeros. Por ello, han preparado un plan de comunicación. “Explicaremos esta medida en Londres y Berlín y trabajaremos de forma conjunta con consulados y embajadas. Ellos también ven este problema igual que nosotros”, reconoció el titular de Turismo de Baleares.
Otra de las conductas que el nuevo texto quiere perseguir es el balconing (una práctica que ha costado vidas y que consiste en pasar de un balcón a otro o tirarse desde una altura considerable a una piscina). En este caso, la norma es de aplicación en toda la comunidad y obliga a los hoteles a expulsar a las personas que hagan balconing. “Será considerado como falta grave tanto para quien lo practique como para quien lo permita”. El conseller de Turismo defendió el decreto para reconducir la situación en las zonas más afectadas: “Apostamos por un modelo turístico sostenible y queremos mejorar la convivencia entre turistas y residentes”. El texto también recoge medidas para acabar con el uso de la mujer como reclamo por parte de los locales turísticos, que se aplicará en toda la comunidad.
Sobre las excursiones etílicas, la norma prohíbe su publicidad y organización para evitar rutas alcohólicas en las zonas afectadas. Aquellos turistas que la realicen por su cuenta no tendrán límite. Eso sí, no podrán comprar como hasta ahora alcohol en establecimientos comerciales durante la noche ni podrán adquirir entradas a locales con barra libre u otras promociones de este tipo.
Hasta 600.000 euros
En los casos de restaurantes y alojamientos que incluyan servicio de comida [un pack comprado habitualmente en origen], los clientes no podrán consumir más de tres bebidas por comida y persona (ya sea almuerzo o cena). Además, no se podrán pasar consumiciones del almuerzo a la cena o viceversa. Sobre las party boats se restringe la publicidad en las zonas afectadas por el decreto, no podrán recoger o dejar clientes en dichos puntos y se suspende la concesión de nuevas licencias y se abre un plazo de 24 meses para regular la actividad.
En cuanto al régimen sancionador, el texto recoge multas de entre 1.000 y 600.000 euros y la posibilidad de cierre de establecimientos por un periodo máximo de tres años. La Conselleria de Turismo consigue así sacar adelante un decreto que la pasada legislatura se quedó en el camino por la complejidad que presentaba y por diferencias con el sector.
La redacción del decreto se ha realizado en consenso con la industria, incluyendo Ayuntamientos, que han identificado los problemas de este tipo de turismo. Estos excesos han provocado una reacción negativa de residentes contra el negocio turístico conocida como turismofobia.
El ámbito territorial que abarca el decreto se centra, por el momento, solo en determinadas áreas (excepto en el caso del balconing y del uso de la mujer), aunque el conseller abre la puerta a ampliarlo a otras áreas: “La ley se podrá extender a otras zonas afectadas si vemos que es necesario. Desde los propios Ayuntamientos lo podrán solicitar y actuaremos con la misma contundencia”, aseguró Negueruela. Pese a este cambio normativo, para mantener la seguridad jurídica, se respetarán los contratos ya firmados entre turoperadores y hoteleros.
"Paso importante" para reconvertir el turismo de la zona
El Ayuntamiento de Calviá, municipio en el que se sitúa el núcleo de Magaluf directamente afectado por el decreto, califica la normativa de "paso importante" para avanzar en la mejora de la calidad del destino. El Consistorio lleva años formulando reclamaciones para impulsar un marco normativo que fuera más allá de las ordenanzas municipales y que pusiera coto a las ofertas agresivas de alcohol, las excursiones etílicas o las conocidas como party boats o fiestas a bordo de yates en el mar. El alcalde Alfonso Rodríguez insiste en que la reconversión del destino Calviá "no tiene marcha atrás" y celebra que el nuevo decreto prohíba "prácticas denigrantes especialmente para las mujeres".
Por el contrario, el alcalde de la localidad ibicenca de Sant Antoni, Marcos Serra, ha criticado este viernes que la zona del West End se incluya "en el mismo saco". El primer edil se ha mostrado de acuerdo en poner freno a la oferta de alcohol, que "no favorece nada al municipio", aunque ha matizado en declaraciones a la prensa, que el decreto ley incluye medidas que "están pensadas para Mallorca".
“Si se cumple con el objetivo final, tendremos que adaptar la oferta del todo incluido, que por otra parte es mínima en la zona”, afirma la presidenta de la Agrupación Hotelera de Playa de Palma, Isabel Vidal. Los hoteleros de esta zona, con cliente mayoritario de origen alemán, se muestran expectantes sobre la aplicación de uno de los puntos, que regula la comercialización por horas de las habitaciones de hotel. Un punto importante para ellos por la cercanía de la zona al aeropuerto de la capital.
La federación de la Pequeña y Mediana Empresa de Mallorca está satisfecha sobre todo por la restricción de los horarios de venta a los comercios, que ofrecen bebidas alcohólicas y que tendrán que dejar de hacerlo a partir de las 21.30. “Creemos que la medida trata de atajar un problema de salud pública y de imagen de las islas, de Mallorca en particular” señala su presidente Jordi Mora.
La presidenta de la Federación Hotelera de Mallorca, María Frontera, ha reclamado que el decreto se dote de los recursos humanos suficientes y se lleven a cabo campañas de inspección para que la medida tenga un efecto real. En un comunicado conjunto con la Asociación de Cadenas Hoteleras de Baleares valoran que se respeten los contratos firmados por los hoteles con turoperadores y clientes hasta la fecha de su entrada en vigor para permitirles cumplir los compromisos adquiridos y garantizar la seguridad jurídica. El presidente de la Agrupación de Cadenas Hoteleras de Baleares, Gabriel Llovera, también ha reclamado vigilancia para que estos comportamientos que se pretenden erradicar no se trasladen a otras zonas.
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