CaixaBank recorta su beneficio un 19% tras provisionar 1.252 millones

CaixaBank ganó 1.131 millones de euros en 2020, el último ejercicio antes de integrar a Bankia y erigirse en el mayor banco por volumen de activos en España. Ese resultado supone un recorte del 19% respecto al ejercicio anterior, una reducción causada sobre todo por la reserva de recursos para afrontar el golpeo de la crisis económica que genere la pandemia y el contexto de bajos tipos de interés. Ante ese escenario, en el que se prevé un aumento de la morosidad, el banco efectuó provisiones por un importe de 1.252 millones durante el ejercicio, ampliados en 91 millones el último trimestre.

Gonzalo Gortázar, consejero delegado del banco, ha señalado hoy que esas provisiones permitirán “transitar con más tranquilidad” por 2021, cuando podrían aflorar mayores tensiones en la mora después de que, sorprendentemente, esta cayera en dos décimas el pasado año, hasta el 3,3%. El pico de ese problema, ha señalado podría llegar este año, pero ha apuntado que el repunte “será contenido”, “relevante pero no para desestabilizar al sector financiero”. Y ha defendido esa tesis por el relativo desapalancamiento que muestra el sector empresarial no financiero, que tiene un endeudamiento del 104%, frente al 140% con el que afrontaba en 2009 la Gran Recesión. La ratio de cobertura se incrementa hasta el 67%. Los saldos dudosos caen en 193 millones de euros.

Pero CaixaBank también admite que durante 2020 aprobó 388.641 peticiones de moratorias (sobre 11.097 millones), si bien esa situación habría mejorado en el segundo semestre. La afectación es del 5% de la cartera de crédito del banco.

El presidente de la entidad, Jordi Gual, ha definido el ejercicio pasado como “inaudito” por el impacto de la crisis coronavírica y ha vaticinado “un 2021 muy distinto”, si bien lo ha dicho con matices al señalar que el inicio del ejercicio “es complejo”.

El banco vio cómo su margen de intereses caía un 1% y se situaba en los 4.900 millones de euros, renqueante por las menores aportaciones de la renta fija y una caída de los ingresos por créditos, especialmente por la influencia que ha tenido la actividad de créditos ICO, impulsados para proteger el tejido empresarial español ante la covid, con los bajos tipos de interés que aplican. También han afectado, sin embargo, una disminución de los créditos al consumo debido a la caída de la actividad económica y el ya mencionado contexto de tipos bajos.

CaixaBank sostiene que, pese a ese marco, sus ingresos principales de negocio —core— se han mantenido con una escasa caída del 0,1% y se han situado en los 8.310 millones, una evolución mejorada sobre todo por la recuperación del tercer trimestre. Entre octubre y diciembre crecieron un 2,8%. La evolución de las comisiones dibuja la complejidad del ejercicio, con una reducción del 0,9%, situándose en los 2.576 millones de euros. La actividad de seguros de vida-riesgo es la única que despunta en el ejercicio, con un repunte del 7,5% durante el año, hasta los 598 millones de euros.

Reducción de aportación de participadas

En el lado de los ingresos, la entidad también ha visto cómo se reducían las aportaciones de sus participadas un 22,8%, hasta los 454 millones de euros. Y en el lado de los costes empieza a aflorar el ahorro vinculado al recorte de personal (más de 2.000 personas), aprobado en 2019, que tuvo entonces un coste de 978 millones. El impacto es una rebaja del 4% en costes de personal en 2020.

La difícil situación económica dejada por la covid y la actividad vinculada a los créditos ICO ha permitido que el crédito a la clientela creciera un 7,3% durante el año (16.518 millones de euros). Unos 4.400 millones obedecen a recursos sin aval del Instituto de Crédito español, una cifra que habría crecido un 4%. El dirigido a empresas creció a un ritmo del 16,6%, mientras que el servido al sector público se disparó un 43,2%. CaixaBank ha aprovechado la demanda de préstamos para fortalecer su posición en el negocio de créditos a empresas, en el que en solo un año ha pasado a controlar una cuota del 16,5%, cuando venía de un 15,4%. También aumentó el volumen de depósitos, a un ritmo del 8,1%, hasta los 415.408 millones de euros.

Gortázar ha destacado los ratios de capitalización del banco. El CET1 salta del 12% de 2019 al 13,6% en 2020, muy por encima del 8,1% requerido por los reguladores.

CaixaBank, como ya hizo Bankia ayer, sigue sin desvelar los avances de la fusión y cómo esta afectará a los equipos directivos y al recorte de la plantilla. Sí ha afirmado hoy Gortázar que CaixaBank no prevé realizar más operaciones corporativas en España y que tampoco le interesa ganar masa crítica en el extranjero, donde está sobre todo en Portugal a través de BPI y en el mercado austríaco a través de Erste Bank. “No preveo que eso vaya a cambiar. Tener una escala alta en un gran mercado elimina complejidad”, ha defendido el ejecutivo.

Pago de dividendos a un máximo del 15%

CaixaBank ha informado a la CNMV su intención de hacer uso de la capacidad para repartir dividendos con cargo al ejercicio 2020, después de que el Banco Central Europeo habilitara esa petición de las entidades, aunque limitada a un máximo de un 15% de los beneficios conjuntos obtenidos por la entidad y Bankia. Pagará a sus accionistas 0,0268 euros brutos por acción en el segundo trimestre del año, decisión que deberá proponer a la próxima junta general de accionistas.