El precio de la luz vuelve a rozar máximos este viernes

La sucesión de máximos históricos del precio de la luz que atravesó la pasada semana de lunes a viernes amenaza con regresar. Tras la habitual tregua del fin de semana, cuando la actividad en la industria y las empresas es menor, las tarifas no repuntaron con tanta fuerza el lunes, cuando el precio se quedó en 88,92 euros por megavatio-hora, ni el martes, cuando apenas remontó a 89,5 euros. El final de la ola de calor que azotó España, con el consiguiente descanso de los aparatos de refrigeración, parecía que podía suavizar lo que pagan los clientes por su consumo en el mercado mayorista, pero las temperaturas siguen siendo altas, y los problemas estructurales del mercado siguen ahí.

El miércoles, el precio medio diario aumentó con fuerza hasta los 105,4 euros, este jueves está en 113,4 euros, y mañana será de 117,14 euros, muy cerca de la cota histórica firmada el pasado viernes 13 de agosto, cuando se situó en 117,29 euros/MWh.

En lo que va de agosto, el precio de la luz ha pulverizado todos los récords vistos hasta ahora, apuntando, cuando ya se ha superado su ecuador, a un precio medio para el mes por encima de los 100 euros/MWh. Eso supondría, de confirmarse, sobrepasar los 93,46 euros de media de julio, el nivel más alto de la historia que ya superó a su vez el anterior precio récord de 83,3 euros de junio.

Por franjas horarias, el precio del pool, en el que se casa la oferta de los productores con la demanda prevista por Red Eléctrica, oscilará este viernes entre los 104,07 euros/MWh —entre las 17.00 y las 18.00 horas—, y los 126,14 euros, de entre las 21.00 y las 22.00 horas, según datos del OMIE (Operador del Mercado Ibérico de Energía).

La espiral alcista lleva semanas empujando el debate político hacia cómo abaratar el precio de la electricidad. Y el Gobierno incluso ha abierto la puerta a la creación de una empresa pública energética que agrupara las centrales hidroeléctricas, tal y como pide desde hace tiempo su socio en el Ejecutivo, Unidas Podemos. Tanto los expertos como la parte socialista del Gobierno señalan que esa iniciativa llevaría tiempo y no solventará los problemas a corto plazo.

El aumento de los precios de los derechos de dióxido de carbono —títulos que dan permiso a la industria para contaminar, que en lo que va de agosto superan los 55 euros por tonelada frente a los 33 euros de comienzos de año— y la escalada del precio del gas, sobre los que el Gobierno no tiene capacidad de influir, unidos al mayor uso de aparatos eléctricos por el calor, ha creado una tormenta perfecta. Así lo estima un reciente informe del Banco de España, que concluye que la mitad del encarecimiento de la electricidad se explica por el precio del gas y otro 20% se debe a los derechos de emisión. A ello se suma el aumento de la demanda causado por la ola de calor, y la baja producción eólica típica de este periodo del año.

Con las últimas modificaciones impulsadas por el Ejecutivo, especialmente la bajada del IVA, y con el incremento exponencial del precio de la luz se ha producido además un efecto curioso: el peso del coste de la energía sobre el total de la factura de la luz ha crecido hasta casi la mitad del recibo. Dependerá en función del gasto de los consumidores, pero esta cifra se sitúa alrededor del 46%. Este es un peso muy elevado, ya que hace unos meses solo representaba algo más del 25%. Este mayor peso en la factura del coste de la energía expone a los consumidores aún más a los vaivenes del mercado.

Las oscilaciones en el precio diario afectan a los consumidores acogidos a la tarifa regulada (PVPC) —10,6 millones de hogares—, mientras que están exentos los que están en el mercado libre —16,2 millones—, ya que cuentan con un precio pactado con su compañía, si bien se estima que a medio plazo las empresas acabarán repercutiendo las subidas de precio también a los clientes de este tipo de tarifas.