Diez millones de hogares pagarán la luz más cara este año que en 2018

Al menos cuatro de cada diez hogares españoles, cerca de 10 millones, pagarán este año una factura de la luz más alta que en 2018, pese a que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se comprometió en una entrevista publicada por EL PAÍS el 5 de septiembre a que “todos los ciudadanos con un consumo medio al final de 2021 paguen una cuantía similar y semejante a la que pagaron en 2018”. La brutal senda inflacionista de la electricidad en el mercado mayorista, que en un año ha pasado de costar 50 euros por megavatio hora (MWh) a casi 300, está teniendo un impacto directo sobre el recibo de las familias que cuentan con una tarifa regulada. En estos contratos —también conocidos como PVPC— la traslación de la subida del precio mayorista es directa: excluyendo la parte fija de la factura y los impuestos, sobre los que el Gobierno ha aplicado severas rebajas para tratar de aliviar la presión, el resto llega directamente a su bolsillo.

“No hay ninguna duda de que quienes tienen una tarifa del mercado regulado van a pagar más este año que en 2018: es evidente que va a ser así″, refrenda Jorge Morales de Labra, experto en temas energéticos y director de Proxima Energía. “De hecho, hace 15 días ya se sabía que sin lugar a dudas iba a ser mayor: a finales de noviembre ya habían pagado más que en todo 2018″, subraya por teléfono.

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Teresa Ribera anuncia que estudian nuevas medidas para bajar el precio de la luz

En lo que va de año, el coste medio de la luz para los hogares es un 47% superior a un año atrás. Incluso si el último mes del año la subida de la luz fuese la misma que la registrada en noviembre —algo muy difícil, a la vista de lo ocurrido en la primera quincena de diciembre—, la subida media en el índice de precios de la luz del Instituto Nacional de Estadística (INE) sería del 12,9% respecto a 2018. Descontando la subida del IPC, como dijo Sánchez, el alza sería algo menor pero igualmente significativa: del 9,7%, según los cálculos de este diario sobre la serie oficial.

Quienes sí pueden acabar pagando una cifra similar o inferior a la de 2018 descontada la inflación son los beneficiarios del bono social, pues para ellos el Gobierno ha aumentado en el tramo final del año el descuento sobre la factura del 25% al 60%, en el caso de las familias consideradas vulnerables, y del 60% al 75% para consumidores con vulnerabilidad severa. El perfil de estas familias es además, por lo general, menos intensivo en consumo, de modo que el precio de la energía (lo que se ha encarecido) suele tener menos peso en el recibo, lo que les favorece.

Ribera: “El Gobierno va a cumplir su palabra”

El Ejecutivo, por boca de la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha mantenido su promesa de que el conjunto de las familias pagarían este 2021 una factura similar a la de 2018, aunque ya no habla de “todos los ciudadanos con un consumo medio” sino del conjunto de los hogares. “El cálculo del compromiso del Gobierno está garantizado sin ningún lugar a dudas de aquí al 31 de diciembre (...): el conjunto de los hogares españoles pagará en promedio lo mismo que pagó en 2018″, afirmó el martes en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.

Este miércoles, Ribera ha vuelto a remarcar su compromiso en el Parlamento —”el Gobierno va a cumplir su palabra”— y puso en valor la rebaja fiscal “nunca vista, del 60% sobre la electricidad doméstica y del 96% sobre los costes fijos”. En el caso del IVA, el impuesto especial y el de generación, Hacienda ha anunciado que prolongará la rebaja al menos hasta finales de abril del año que viene. Pero en el segundo caso, el de los cargos fijos sobre el recibo de la luz, el 96% de reducción del último trimestre de 2021 se quedará en poco más del 30% en el conjunto de 2022.

Para que los precios que abonan los consumidores con contrato regulado sean iguales a lo que fueron hace tres años, como ha prometido el Ejecutivo, la luz tendrían que irse a terreno negativo en diciembre, como recuerda la organización de consumidores Facua. Algo que ya es matemáticamente imposible. En los 11 meses transcurridos hasta finales de noviembre, según sus datos, el usuario medio —con tarifa PVPC, 4,4KW de potencia contratada y un consumo mensual de 366KWh— llevaba pagados una media de 89 euros mensuales en luz, casi un 15% más que en el mismo periodo de 2018.

En su cálculo, sin embargo, el Gobierno no solo incluye al 40% de los hogares que han optado por una tarifa PVPC, sino también al 60% restante, que cuenta con una tarifa de mercado libre. Estos últimos negocian las condiciones con las compañías suministradoras caso por caso, y van sufriendo el zarpazo a medida que vencen sus contratos, aunque algunos de ellos también van referenciados al coste de la energía. La ausencia de datos sobre la evolución de la tarifa de estos hogares impide establecer una comparación con años anteriores: habrá que esperar unos meses a que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) publique sus cifras para disponer de más claridad al respecto.

De momento, según afirmó la vicepresidenta Ribera en el Congreso el pasado 30 de agosto, en el primer semestre, en promedio, “la tarifa PVPC fue un 20% más barata, más económica, que la tarifa en el mercado libre”. El Gobierno confía, no obstante, en que tanto la rebaja del IVA como la del impuesto sobre la electricidad y la de los cargos hayan permitido compensar esos precios más altos de la tarifa del mercado libre.

PVPC: mejor en el largo plazo, pero no ahora

A largo plazo, las tarifas reguladas son más ventajosas para los consumidores que las del mercado libre, como la CNMC lleva años constatando. Pero en periodos de fuertes subidas, como el actual, es mejor contar con un contrato de suministro a precio fijo como el que ofrecen la mayoría de comercializadoras, que no se ve afectado tan rápidamente por las fluctuaciones del mercado mayorista.

Aprovechando la crisis de precios, muchas eléctricas están redoblando su batalla comercial para atraer clientes del mercado regulado al libre, donde obtienen el grueso de su rentabilidad. Sin embargo, a medida que el gas natural se modere —y esto sucederá: los actuales máximos no son sostenibles— y las renovables, mucho más baratas (salvo las que siguen percibiendo primas elevadas), sigan ganando peso en el mix de generación, el mercado regulado volverá a ser la opción más conveniente.