Guía para no sobreendeudarse con las tarjetas ‘revolving’
El Tribunal Supremo ha tildado de “desproporcionado y usurario” el interés de una revolving de WiZink del 27 %
El revolving es un producto financiero que si no se conoce bien su funcionamiento puede generar problemas por darle un uso inadecuado. Más que un tipo de tarjeta es una modalidad de crédito, sin embargo, la mayoría de los bancos que comercializan el revolving lo asocian generalmente a una tarjeta, ya sea física o virtual.
Este producto financiero en lugar de pagar a mes vencido como en una tarjeta de crédito o al contado como en una tarjeta de débito, se pagan las compras a plazos aplicando intereses. Aunque tengan formato de tarjeta, se instrumenta como un crédito al consumo.
Suelen ser créditos de pequeña cuantía, con intereses elevados y que se devuelven en plazos mensuales de pequeño importe. Por ello hay que ser conscientes que aplazar pagos de una tarjeta revolving significa activar un crédito.
Según el cliente va haciendo compras con estas tarjetas, va agotando el crédito pactado. Cuando el usuario realiza devoluciones por medio de las cuotas, irá reintegrando saldo y con ello aumenta el capital disponible.
¿Cuáles son sus características?
Estas tarjetas permiten realizar compras con independencia del nivel de liquidez. Es como disponer de saldo en un crédito al consumo pero que está instrumentalizado a través de la tarjeta revolving.
Es un tipo de crédito que permite a los usuarios aplazar los pagos de dos formas: a través de cuotas fijas o bien devolviendo un porcentaje del crédito o del saldo dispuesto.
Mediante la devolución por porcentaje, los usuarios tendrán que abonar un porcentaje fijo del saldo deudor cada mes. Suele aplicarse un porcentaje mínimo y máximo, que puede oscilar entre el 5 y el 25 %. Si el porcentaje aplicado es del 5 % implica que el usuario tendrá que devolver cada mes el 5 % de la deuda que tenga acumulada en ese momento.
Mediante la devolución por cuotas, los clientes del banco abonan una cuota fija mensual hasta que salden por completo su deuda. Puede establecerse una horquilla de pagos mínimos y máximos.
En ambas formas, el límite disponible se va renovando con la parte de la cuota destinada a amortizar el capital ya gastado. Permite hacer pagos independientemente de que se disponga de fondos o no en la cuenta asociada.
¿Cómo se comercializan?
Las entidades financieras ofrecen este producto a sus clientes, generalmente, con la denominación genérica de tarjeta de crédito o con un nombre comercial. Se comercializan, en muchos casos, sin que aparezca la palabra revolving y lamentablemente sin informar adecuadamente de las características de este tipo de crédito asociado. También pueden ofrecerse en colaboración con grandes comercios o intermediarios, bajo la marca comercial de estos.
¿Qué tienen que conocer los usuarios?
Para evitar sustos con estas tarjetas de crédito, antes de contratarlas hay que pedir al banco o caja de ahorros información sobre las modalidades de pago que ofrece. También si la modalidad de pago es predeterminada o el usuario puede elegir entre distintas opciones antes de contratar.
Es recomendable saber si una vez contratada la tarjeta existe la opción de modificar la modalidad de pago o la cuota elegida y, en ese caso, cómo hacerlo.
Es crucial, para evitar sustos y conflictos, conocer el tipo de interés y la TAE aplicada en la modalidad de pago aplazado.
¿Qué tipo de interés ofrecen?
A pesar de que los tipos de interés de las revolving se han ajustado a la baja tras la sentencia del Tribunal Supremo que en 2020 tildó de “usura” el 26 % de una tarjeta WiZink, el interés final o TAE sigue por encima del 22 %, con una media del 22,84 % durante 2021, según el III Barómetro de la Asociación de Usuarios Financieros (ASUFIN). Este mantenimiento de unos elevados intereses se debe a los costes de emisión que llevan aparejados.
¿Qué dicen los tribunales?
Hay que recordar que el Tribunal Supremo ha tildado de “desproporcionado y usurario” el interés de una revolving de WiZink del 27 % en aplicación de la ley de Usura, también conocida como ley de Azcárate, una norma de 1908 que sigue vigente en nuestro ordenamiento y permite impugnar créditos usurarios o abusivos.
Los tribunales también han cuestionado algunas prácticas bancarias para su comercialización, como destacar en sus folletos y contratos de forma muy clara que la expedición de la tarjeta revolving es gratuita, pero al mismo tiempo se mostraba de forma muy poco transparente los intereses asociados, en muchos casos utilizando una letra prácticamente ilegible en el reverso del contrato o bien frases deliberadamente complicadas para dificultar su comprensión.
Cuidado con las cuotas pequeñas
Cuanta más pequeña sea la cuota, más tiempo y más intereses se está pagando. Acogerse a una cuota excesivamente baja solo cubrirá intereses, gastos y una parte muy pequeña del capital prestado. Se puede correr el riesgo de que la deuda se convierta en perpetua para cubrir intereses y nada de capital. Existe un simulador del Banco de España que ayuda a los ciudadanos a descartar cuotas pequeñas.
¿El banco puede cambiar las condiciones del 'revolving'?
Las entidades financieras pueden modificar las condiciones del contrato de la tarjeta con la condición de comunicarlo al usuario con una antelación mínima de dos meses antes de entrar en vigor, para que el deudor las acepte o rechace antes de su aplicación. Si no se contesta, se considera como una aceptación.
Cuidado porque algunas entidades financieras establecen en el contrato la posibilidad de modificar la modalidad de pago o el límite del crédito. Esto podría llevar al ciudadano a una situación de sobreendeudamiento cuando la modalidad de pago es aplazado y la cuota se destina mayoritariamente a pagar intereses y gastos, sin apenas amortizar capital.
¿Y cambiar el tipo de interés?
Los bancos pueden modificar el tipo de interés del crédito, siempre que se haya acordado por escrito y advirtiendo al usuario que puede prestar su consentimiento expreso a que se aplique el nuevo tipo de interés no solo a las nuevas disposiciones sino también a la deuda viva con origen en el pago aplazado de las disposiciones anteriores.
El usuario también puede optar por rechazar el nuevo tipo de interés para la deuda viva, pudiendo la entidad proceder al bloqueo y cancelación de la tarjeta física, y permaneciendo la deuda viva con las condiciones vigentes hasta ese momento.
¿Conviene contratar un seguro de protección?
Estos productos cubren el impago por circunstancias como el desempleo, pero tienen un coste muy elevado al aplicarse mensualmente sobre saldos dispuestos. El resultado es –según ASUFIN- que para una deuda de tan solo 1.000 euros a amortizar en dos años, el coste del seguro de protección se eleva hasta más de un 10 % sobre la misma operación sin seguro, convirtiéndose en un sobrecoste relevante.
Precaución con las llamadas de comerciales
Si desde el banco llaman para animar al usuario a disponer de una vez de ese crédito, abonándolo en la cuenta, es necesario valorar si realmente se necesita este dinero, si las condiciones son satisfactorias y, sobre todo, si implica activar la modalidad revolving.
Es imprescindible preguntar por la TAE y no sentirse presionado, mejor decidir con tranquilidad las ventajas de este producto.
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