De vehículos de alta gama a barbas postizas: la UE sanciona las exportaciones del sector del lujo a Rusia
40 países, entre ellos los 27 del bloque comunitario, retiran a Moscú el trato de favor comercial como miembro de la OMC
Otro golpe más de la UE para acorralar económicamente a Rusia y asfixiar a los oligarcas del país. El bloque comunitario ha acordado un nuevo paquete de sanciones ―el cuarto desde la invasión de Ucrania―, centrado en medidas comerciales, un primer zarpazo al sector energético y con un golpe simbólico teledirigido contra las élites empresariales, al prohibir la exportación a Rusia de una larga lista de productos de lujo de la Unión. Entre ellos se incluyen desde vehículos de alta gama a artículos de deporte como el golf, el esquí y el polo, e incluso barbas postizas y pelucas, según el reglamento de sanciones aprobado este lunes por los Veintisiete y publicado este martes. La onda expansiva alcanza esta vez a un magnate de fama internacional: Roman Abramóvich, dueño del club de fútbol británico Chelsea.
El nuevo paquete de represalias contra la guerra iniciada por Moscú a las puertas de la UE incluye una prohibición total de todo tipo de transacciones con empresas estatales rusas vinculadas a la maquinaria bélica del Kremlin, y el golpe se ensancha contra algunas del sector energético (como Rosneft, Transneft y Gazpromneft, según el citado documento). La medida no afecta, de momento, al “transporte de combustibles fósiles, en particular carbón, petróleo y gas natural” hacia la Unión, lo que pone a salvo el suministro de energía desde Rusia, una de las medidas más controvertidas y gravosas que podrían imponer los Veintisiete, pero que dista mucho de contar con el apoyo unánime de los Estados miembro. La represalia aprobada busca impedir que la UE colabore con estas compañías para acometer inversiones o nuevas prospecciones. La energía nuclear también queda a salvo de este último pulso sancionador.
Otro de los sectores afectados es el de la industria metalúrgica: la Unión ha decidido bloquear la entrada de productos siderúrgicos rusos, lo que podría ocasionarle a Moscú unas pérdidas de unos 3.300 millones de euros, según cálculos de la Comisión Europea. Para paliar el efecto rebote en el bloque comunitario, Bruselas tiene previsto como mecanismo de salvaguardia la redistribución entre otros socios comerciales de las cuotas de importación afectadas.
Cuarenta países, incluyendo los 27 de la Unión Europea, que representan aproximadamente el 50% del PIB mundial, han retirado además este martes el trato de favor a las exportaciones de Rusia, una represalia anunciada el viernes por los países del G-7. La medida pretende suspender los beneficios de los que goza Rusia como miembro de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Valdis Dombrovskis, vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea, ha explicado que se trata de una decisión “sin precedentes” que “envía una señal política de primera magnitud”. La medida “profundiza” aún más en “la condición de paria de Rusia a los ojos de la comunidad mundial”, ha dicho Dombrovskis a través de un comunicado.
Las élites como objetivo
El golpe al sector del lujo se encuentra entre los más llamativos de esta ronda de sanciones: países como Italia, referente del sector, había mostrado reticencias hasta la fecha, por el escaso efecto real que podría tener sobre la economía rusa. La medida tiene sobre todo un alcance simbólico y va dirigida contra los círculos empresariales y las élites, pero pretende evitar asfixiar al grueso de la ciudadanía rusa.
La lista de productos cuya exportación se prohíbe es larga y extensa: el anexo que los incluye ocupa casi 30 folios de la regulación. La UE sanciona de forma genérica los bienes de alta gama a partir de los 300 euros, lo que incluye vinos, caviar, joyas, caballos, cigarros, perfumes, artículos de cuero como bolsas de viaje, ropa interior masculina y femenina, alfombras, corbatas, las cuberterías y vajillas de porcelana, las obras de arte y las piezas de antigüedad; los vehículos de alta gama de más de 50.000 euros y las motocicletas de más de 5.000; los electrodomésticos de más de 750 euros (de frigoríficos a ventiladores); los equipos de imagen y sonido de más de 1.000; y artículos para realizar actividades como esquí, golf, submarinismo, polo o billar.
La nueva ronda de sanciones también quiere agravar la ya de por sí disminuida credibilidad económica rusa en los mercados internacionales, por lo que prohíbe que las agencias de calificación crediticia de la UE evalúen a Rusia y a las empresas de este país, y cierran la posibilidad de que presten servicios de calificación a clientes rusos. Los Veintisiete también ha ampliado la lista de personas sancionadas para incluir a más oligarcas vinculados al Kremlin, entre los que destaca el conocido magnate Roman Abramóvich, dueño del club de fútbol británico Chelsea. La medida implica la congelación de sus bienes en territorio comunitario y la prohibición de que viaje libremente por la UE. El Reino Unido dio este mismo paso la semana pasada. La decisión de Londres ha obligado a la Premier League a descalificar a Abramóvich como director del Chelsea.
El magnate queda definido en el paquete sancionador como “un oligarca ruso que mantiene una estrecha vinculación desde hace tiempo con Vladímir Putin”. EL documento constata su “acceso privilegiado al presidente”, un vínculo que “le ayudó a conservar su considerable fortuna”. Abramóvich, añade, es accionista mayoritario del grupo siderúrgico Evraz, “uno de los mayores contribuyentes de Rusia”, por lo que, según estima la UE, “se habría beneficiado de políticos rusos responsables de la anexión de Crimea o de la desestabilización de Ucrania”.
Abramóvich es el rostro visible de la última actualización de lista negra de la UE. Tras esta ronda de sanciones, con 15 nuevos nombres, ya son 862 las personas castigadas desde 2014 como respuestas a la anexión ilegal de Crimea por parte de Rusia, una lista que ha crecido sobre todo tras la invasión de febrero. Entre ellas, unos 30 serían considerados oligarcas próximos a Putin, según datos de la Comisión.
Entre los empresarios sancionados en esta ocasión también se encuentra Konstantin Lvovich Ernst, consejero delegado de Canal Uno, de Rusia, en cuya emisión de este lunes, en un programa de máxima audiencia, irrumpió la editora de la sección de internacional, Marina Ovsyannikova, con un cartel contra la guerra. El gesto gesto llegó a millones de rusos y ella ha sido multada este lunes con 30.000 rublos (unos 257 euros). También se ha incluido en la lista al presentador
Esta cuarta ola de represalias responde al recrudecimiento de la guerra en Ucrania y a la negativa del presidente ruso, Vladímir Putin, a mandar los tanques y las tropas a casa. Bruselas ha ido endureciendo la respuesta desde que Moscú reconoció el 21 de febrero a las autoproclamadas repúblicas populares del este de Ucrania, e invadió el país europeo solo tres días después. Los golpes previos han ido dirigidos a cortocircuitar las finanzas rusas del resto del mundo; se ha ordenado desenchufar siete grandes bancos de este país del sistema SWIFT de transacciones internacionales, se han congelado las reservas del Banco Central de Rusia en la UE, y se ha colocado en la lista negra a centenares de individuos, incluidos decenas de oligarcas próximos al Kremlin, y al propio Putin y a su ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov.
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