Los empresarios subirán los salarios en función de la productividad de su sector
La CEOE recomienda un incremento máximo del 8% hasta 2024, pero sin la presencia de cláusulas de revisión
Una vez rotas las conversaciones con los sindicatos, los empresarios toman posiciones para encarar las futuras subidas salariales. Su planteamiento, acordado durante la reunión que ha mantenido este martes el Comité Ejecutivo de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), sigue siendo el de apostar por la moderación, pero con matices. Será cada sector en función de su situación particular (niveles de empleo y productividad) el que deba determinar cuánto está dispuesto subir los sueldos en los próximos años. Sin embargo, tendrá cierto peso orientativo la última propuesta planteada internamente, en la que se prevé una subida máxima del 8% para los próximos tres años, toda vez que la renovación del V Acuerdo para el Empleo y Negociación Colectiva (AENC) ha fracasado y no tendrá efecto este año.
Esta alza es la propuesta que los empresarios han venido defendiendo en los últimos encuentros con los sindicatos. Un planteamiento que fue rechazado de plano por UGT y CC OO, no por considerar escasa la cuantía, sino porque excluía la incorporación de cláusulas salariales que corrigieran (presumiblemente al alza) esta subida de acuerdo con el dato de inflación anual, y evitase así una pérdida de poder adquisitivo de los empleados.
Las patronales, CEOE y Cepyme, se han negado en redondo a contemplar cualquier salvaguarda salarial, puesto que entienden que se comería la subida del 8% en los dos primeros años, algo que corroboran las últimas proyecciones del Gobierno (6% en 2022 y 2% en 2023), y llevaría a las compañías a un nivel de estrés inasumible para la mayoría de ellas. En un comunicado publicado tras la reunión, las patronales subrayan que “dado el contexto global y la incertidumbre respecto del alcance de la recuperación económica, resulta preciso realizar un esfuerzo de moderación salarial para preservar la viabilidad y la competitividad delas empresas y conservar el empleo”.
Por ello, recomiendan vincular los incrementos salariales “a variables e indicadores económicos cuantificables y medibles”, como la productividad, el empleo, el comportamiento del PIB, el indicador de garantía de competitividad y en el caso de las empresas a sus resultados o al resultado bruto de explotación (ebitda). Y señalan que resulta “imprescindible” que las actualizaciones salariales carezcan de efectos retroactivos “debido a la imposibilidad de repercutir en el coste del producto o servicio los devengos producidos”. Junto con estas dos líneas maestras, también recuerdan a las empresas que tienen la posibilidad de descolgarse del convenio (no aplicarlo), “cuando concurran causas económicas, técnicas, organizativas o de producción”.
Antonio Garamendi, presidente de CEOE, ha repetido en varias ocasiones que una indexación de los salarios sobre el Índice de Precios de Consumo (IPC) convertiría en “estructural” el aumento de la inflación, y podría tener efectos de “segunda ronda” y afectar al empleo.
Las recomendaciones definidas por la CEOE estiman una subida salarial del 3,5% para 2022, del 2,5% para 2023 y del 2% para 2024. Se trata de una senda de crecimiento menguante, ya que la escalada de los precios que ha venido produciéndose como consecuencia de la pandemia y de la invasión rusa en Ucrania parece que irá enmendándose en los próximos años. Este planteamiento entronca con la lectura de los sindicatos sobre la evolución de la economía, pero resulta “inasumible” para las centrales, quienes demandan la presencia de mecanismos que impidan la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores.
Según la estadística del Ministerio de Trabajo, hasta abril se firmaron un total de 2.037 convenios con efectos económicos en 2022 (sumando los de empresa con los de ámbito superior), en los que la variación salarial media fue del 2,40%. Por sectores, la mayor subida se alojó en la Construcción (3,15%), por delante de Industria (3,11%), Servicios (2,07%) y Agricultura (1,78%). Aunque 5.376.480 trabajadores se beneficiarán de estas subidas, todas ellas resultan inferiores al planteamiento definido por CEOE para el resto de negociaciones pendientes.
Tensión social
El fiasco en la renovación del AENC, que los protagonistas se empeñan en rebajar, asegurando que puede retomarse “en los próximos meses”, evidencia el fin de una secuencia de encuentros entre sindicatos y empresarios en los últimos dos años. La manifestación del Primero de Mayo fue un último movimiento de presión de las centrales para tratar de doblegar la resistencia de patronal a la incorporación de las cláusulas salariales, y aunque no alcanzó este objetivo, sí que adelantó el clima de tensión que están dispuestos a provocar para condicionar las negociaciones futuras.
“Si la posición empresarial es seguir frenando el desarrollo de la negociación colectiva, en unos años en el que esta juego un papel fundamental para que los trabajadores puedan hacer frente a la subida de los precios, la movilización y el conflicto serán inevitables”, alertaron desde CC OO antes de que se consumara la ruptura de las conversaciones.
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