McDonald’s dejará Rusia y asumirá una pérdida de unos 1.300 millones de euros
La compañía ya busca un comprador local para su red de restaurantes
La exitosa apertura del primer McDonald’s ruso en la plaza Pushkin de Moscú a finales de enero de 1990 fue todo un símbolo de la perestroika. La URSS todavía existía, pero el muro de Berlín ya había caído unos meses antes. Los moscovitas se lanzaron en masa a probar el nuevo restaurante, icono del capitalismo. Era el fin de una época. Ahora, más de 32 años después, la compañía estadounidense ha anunciado que deja el país. También acaba una era.
McDonald’s, que ya había cerrado sus restaurantes temporalmente en marzo, ha asegurado este lunes que deja de operar en el país y pone su negocio en venta. La decisión le costará un cargo de 1.200 millones a 1.400 millones de dólares, según ha explicado la empresa en un comunicado, lo que, traducido a euros, podría superar los 1.300 millones. En su mayor parte no tendrá efecto en caja, sino que supondrá dar de baja los activos en el país. Además, reconocerá diferencias de cambio que había ido cargando en sus cuentas sobre el patrimonio.
La suspensión de su actividad primero y esta salida definitiva ahora se debe a la inestabilidad creada en el país por la invasión a Ucrania, lo que dificultaba la operación de la firma. “La crisis humanitaria provocada por la guerra en Ucrania y el imprevisible entorno operativo que la precipita, han llevado a McDonald’s a concluir que la continuidad del negocio en Rusia ya no es sostenible, ni es coherente con los valores de McDonald’s”, ha señalado.
Chris Kempczinski, presidente ejecutivo de la compañía, ha añadido: “Estamos excepcionalmente orgullosos de los 62.000 empleados que trabajan en nuestros restaurantes, junto con los cientos de proveedores rusos que apoyan nuestro negocio, y nuestros franquiciados locales. Su dedicación y lealtad a McDonald’s hacen que el anuncio de este lunes sea extremadamente difícil. Sin embargo, tenemos un compromiso con nuestra comunidad global y debemos permanecer firmes en nuestros valores“.
Restaurantes en venta
En este momento, la compañía trata de vender toda su cartera de restaurantes a algún comprador local. Estos no podrán mantener su nombre, marca, logotipo ni menú. La empresa mantendrá sus marcas comerciales en Rusia, pero el nuevo comprador no podrá hacer uso de ellas. “Las prioridades de McDonald’s incluyen tratar de garantizar que los empleados de McDonald’s Rusia sigan cobrando hasta el cierre de cualquier transacción y que los empleados tengan un empleo futuro con cualquier comprador potencial”, señala el comunicado.
McDonald’s lleva sin trabajar en Rusia desde el 8 de marzo. Entonces bajó la persiana de sus 850 restaurantes, dos semanas después del inicio del conflicto bélico. La empresa contaba con cerca de 62.000 personas, a las que ha seguido pagando desde entonces. Un pago que se mantendrá, según la firma, hasta que encuentre comprador para su red comercial.
Entonces, Kempczinski ya adelantaba en una carta dirigida a la plantilla que la compañía analizaría la evolución de la situación para determinar si había más decisiones al respecto: “En este momento, es imposible predecir cuándo podremos volver a abrir nuestros restaurantes en Rusia”. Tras casi tres meses de guerra, la salida de McDonald’s del país parece que no será una suspensión transitoria y se convierte en definitiva.
Ahora, con el anuncio de salida definitiva, la compañía ha retocado ligeramente sus previsiones económicas para el ejercicio. Espera que su margen de explotación se sitúe en torno al 40%, algo por debajo que antes del anuncio del cierre. Excluyendo la clausura de los locales de Rusia, el grupo espera abrir 1.300 restaurantes durante el año, y que aporten un 1,5% de crecimiento a las ventas en moneda local. Las inversiones de McDonald’s en el conjunto del año se situarán entre 2.100 y 2.300 millones de dólares.
El grupo tiene 39.000 restaurantes en más de 100 países de todo el mundo. El 95% de ellos está gestionado por operadores locales, principalmente franquiciados.
La firma no es la única multinacional estadounidense que suspendió su actividad en Rusia ante la incertidumbre económica que se cierne sobre el país. Todas mantenían sus miles de puestos de trabajo a corto plazo, aunque esperaban a que la situación se aclarase. Anunciar un cierre definitivo implicaba cerrar las puertas a la posibilidad de volver al mercado si la situación se normaliza. Pero los problemas se agravan y se extienden en el tiempo.
Decenas o centenares de empresas siguen con la actividad hibernada en Rusia, entre ellas muchas españolas como Inditex, Mango, Tendam, Tous o Porcelanosa. Con el anuncio de McDonald’s, se abre la veda también a la salida definitiva de una lista de grandes empresas occidentales del país.
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