Portugal recuerda a Macron que en 2018 apoyó reforzar las conexiones energéticas con la península Ibérica
“Nosotros hemos cumplido. Lo que falta por cumplir es que Francia abra sus fronteras a este gasoducto fundamental para Europa”, reclama António Costa
El primer ministro de Portugal, el socialista António Costa, recordó este lunes por la noche que Francia aceptó mejorar las conexiones de electricidad y gas con la Península Ibérica en una cumbre celebrada en Lisboa en julio de 2018, en la que participaron los mandatarios de los tres países y representantes de la Comisión Europea y el Banco Europeo de Inversiones (BEI). “Entonces, Francia planteó como condición para aceptar la conducción gasística que hubiese una anticipación del cierre de las centrales de carbón antes de 2023. Nosotros cumplimos en 2021. La única cosa que falta por cumplir es que Francia abra sus fronteras a este gasoducto [el MidCat], que es fundamental para garantizar la seguridad energética de Europa”, explicó durante una entrevista compartida entre la TVI y la CNN Portugal.
La cumbre de Lisboa fue la segunda centrada en las interconexiones energéticas entre Portugal, España y Francia, tras la organizada en Madrid en marzo de 2015. “No es necesario ahora explicar nada al presidente [Emmanuel] Macron. En 2018 aceptó que se desarrollasen las interconexiones eléctricas y de gas. Se plantearon problemas ambientales que naturalmente necesitaban ser resueltos, aunque más tarde, en 2019, los reguladores español y francés consideraron que no era económicamente interesante el gasoducto”, recordó el jefe del Gobierno portugués.
Costa recalcó que la realidad de 2022, tras la invasión de Ucrania, ha cambiado notablemente: “Por eso la Comisión Europea lo ha considerado un proyecto comunitario y ya dijo que si Francia continúa bloqueando ese gasoducto, se promoverá la conexión marítima entre España e Italia. Mi esperanza es que Francia comprenda que no es posible bloquear este proyecto”, señaló.
El MidCat, que podría ser el tercer gasoducto en atravesar los Pirineos —después de los de Irún (Guipúzcoa) y Larrau (Navarra)— no figura actualmente en la actual lista de proyectos de interés común (PIC) de la UE. Aunque fue candidato a ello, la decisión de España y Francia de paralizarlo en 2019 lo excluyó de esta lista de prioridades, que permite agilizar la tramitación de los proyectos y acceder a financiación.
En la Declaración de Lisboa de 2018, firmada por Costa, Macron, Pedro Sánchez y Miguel Arias Cañete [entonces comisario europeo para la Acción Climática y la Energía], los tres países asumían el compromiso de “construir las infraestructuras necesarias para la actividad de un mercado interno de la energía eficiente y descarbonizado, en particular las interconexiones transfronterizas de las redes de gas natural y de electricidad, especialmente en los estados miembros que todavía no han alcanzado un nivel mínimo de integración en el mercado interno de la energía, como es el caso de España y Portugal”.
Aunque fue comedido en sus quejas a Francia, Costa no evitó aludir a una cuestión que podría estar en el fondo del rechazo de Macron al MidCat. “Yo comprendo que Francia quiera vender energía nuclear y las tecnologías nucleares son respetables”, comentó el primer ministro luso. “Lamentablemente, la carencia de energía en todo el centro y este de Europa permite a Francia vender su energía nuclear, pero esos países no pueden prescindir de tener una diversificación de las fuentes de energía de gas natural licuado procedente de Estados Unidos, Nigeria y otras áreas, que pueden entrar por el puerto de Sines, en Portugal, y puertos españoles”, agregó.
Aunque algunos especialistas cuestionan que el nuevo gasoducto pueda servir en el futuro para transportar hidrógeno verde, Costa destacó la versatilidad de la infraestructura para ambos combustibles: “No es solo una inversión a corto plazo”. Macron, en cambio, considera que esto obligaría a realizar inversiones adicionales costosas para hacer viable el transporte de hidrógeno verde.
En una rueda de prensa celebrada a comienzos de septiembre, mostró su rechazo a la infraestructura que reclaman España, Portugal y también Alemania, uno de los países que más sufrirá este invierno por su anterior dependencia energética de Rusia. “Necesitamos más interconexiones eléctricas. No estoy convencido de que necesitemos más interconexiones gasísticas, cuyas consecuencias en el medioambiente y en los ecosistemas son más importantes”, afirmó Macron, que ha cambiado así su posición respecto a la acordada en la cumbre energética de 2018. El presidente francés sostiene que las actuales interconexiones de gas con España están infrautilizadas actualmente y que el nuevo tubo no se justifica por motivos energéticos y ambientales.
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