Marc Gené: “La sostenibilidad no está en conflicto con el espectáculo”
El embajador Scuderia Ferrari F1 explica que los equipos realizan grandes esfuerzos para rebajar al máximo las emisiones de los coches
Cuando el piloto Marc Gené debutó en la Fórmula 1, en 1999, el mundo del automovilismo era otro. Desde el número de competiciones de Gran Premio que había (en aquel año se celebraban 16, hoy hay 24), hasta los sitios en donde se llevaban a cabo. El próximo año, por ejemplo, llegará a Las Vegas. “América no era pro F1 y ahora hay tres Grandes Premios”. Pero lo que más ha cambiado es el alma de la competición. “El motor actual es muy eficiente. Antes había pit stops [paradas para repostar] para poner gasolina porque no podías terminar una carrera de 300 kilómetros. Ahora mismo es más potente, tiene mucha más prestación con un tercio del combustible”, agregó Gené durante su participación en encuentro organizado por EL PAÍS y Santander.
“La sostenibilidad no está en conflicto con el espectáculo”, mencionó el primer español en ganar al scratch las 24 Horas de Le Mans en 2009, y que desde hace casi dos décadas está vinculado al equipo Ferrari. “Nunca como ahora la F1 ha tenido un momento tan dulce. Nunca ha tenido tanta afición como ahora, la gente joven la sigue, y estamos hablando de la F1 más sostenible que ha habido en la historia”, agregó el experto. “Se puede conseguir tecnología sostenible que sea buena para el espectáculo”, añadió. “¿Tendremos un coche 100% sostenible? Seguramente sí, pero ahora mismo no hay esa tecnología para hacer un coche muy rápido y que no se tenga que estar gestionando energía, que es lo que hacen los pilotos”, remató.
Para 2026, la F1 tendrá unas nuevas normas y forzará a las escuadras a que los motores de sus vehículos emitan menos emisiones contaminantes. “La sostenibilidad es una de las prioridades”, argumentó Gené. La idea de los organizadores del gran circo es que la competición tenga un impacto cero hacia 2030. El cambio más importante que ha ocurrido en los últimos años, dijo el experto, reside en el espíritu de las máquinas. “El motor de la F1 tiene una tecnología híbrida que funciona de dos maneras: la primera es el Kers [siglas en inglés del Sistema de Recuperación de Energía Cinética], que es cuando se aprovecha la energía que se genera al frenar para cargar las baterías. Y luego hay una tecnología que aprovecha la temperatura sobrante del turbo que se canaliza para generar energía”.
“De los 1.000 caballos que tiene un motor, unos 800 son de combustión y el resto de motor eléctrico. En 2026 será un 50-50%”. El cambio más grande que se espera hacia 2026 es que los motores solo utilizarán biocombustibles. “Este año tenemos combustibles que tiene un 10% de etanol”, explicó. Con el fin de evitar las emisiones de gases contaminantes, la competición pide actualmente a los equipos que parte de su equipo trabaje en remoto. “Hay mucho soporte desde la fábrica”. La evolución próxima es hacer coches más ligeros, porque el peso influye mucho en la eficiencia. “Ahora son un poco pesados, quizás porque son grandes, también porque son muy seguros. El peso extra es por seguridad, pero me gustaría que fueran un poco más ágil”, resaltó Gené. De igual forma, se está intentando hacer un calendario que tenga sentido y que vaya por todos los continentes para que todo el material que se emplea se quede en la misma zona.
Toda mejora ayuda
“Todo suma. Quizás la parte más visible es la del motor, pero cualquier cosa que se pueda hacer ayuda a la sostenibilidad y la F1 es el mejor de los escaparates para la tecnología en el mundo de la automoción”. Por ejemplo, algunas de las tecnologías que funcionan en F1 se emplean en los Ferrari que circulan por las calles y en todos los coches del mundo. “Ha pasado con el cambio semiautomático, los discos de freno de carbono, la aerodinámica activa, hay mucha innovación que se traslada luego a las calles… sigue siendo el banco de pruebas”, dijo Gené. Esa transferencia de conocimiento y de tecnologías ha dado sentido a una de las grandes industrias que mueve al mundo: la automoción, un sector que se ha acoplado al ritmo de los tiempos. “Se ha adaptado superrápido”. Muestra de ello es que ahora todas las marcas tienen un coche eléctrico. “En dos años habrá un Ferrari totalmente eléctrico. El cliente tiene ganas de verlo”, sostuvo el ex piloto, que habló de las limitaciones que todavía tienen las carreteras españolas y europeas para la adopción en masa de estos vehículos. Dos de ellas están relacionados con el almacenamiento (que las baterías duren más) y los puntos de recarga.
“Buscamos coches que tengan una autonomía que te permita hacer un viaje largo”, subrayó Gené. Otro hándicap para que el uso de este tipo de vehículos se extienda de forma generalizada tiene que ver con el precio. Para resolverlo, declaró Gené, será fundamental el apoyo gubernamental y el empleo de los recursos públicos, como los fondos europeos, para impulsar tanto a las empresas en la compra de componentes como a las familias en la adquisición de las unidades. “Es una cuestión de economía de escala”, zanjó el ex competidor durante el evento, en el que también participó Jesús Balseiro, periodista especializado en Fórmula 1, y Carlos de Vega, subdirector de EL PAÍS.
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