La Autoridad Fiscal sostiene que el plan anticrisis llevará al Gobierno a incumplir la meta de déficit
El organismo mantiene intacta su previsión de avance del PIB en el 1,6% para 2023 tras constatar un “crecimiento destacable” este trimestre
Una de cal y otra de arena. La Autoridad Fiscal (Airef) empeora en casi un punto su previsión de déficit público para 2023, hasta el 4,2% del PIB. La revisión se debe, en gran medida, a la prórroga de las medidas para mitigar el impacto de la guerra en Ucrania y a la aprobación de nuevas ayudas en la misma dirección, que cree que llevarán al Gobierno a incumplir con su meta de déficit para este año, del 3,9%. La factura alcanzará los 14.000 millones de euros en el ejercicio, según calcula el organismo. En cambio, la actividad económica ha arrancado mejor de lo esperado, con un primer trimestre que apunta a un “crecimiento destacable”, del 0,7%, gracias a la fortaleza del empleo y los menores costes energéticos, y pese a la desaceleración generalizada. Para el conjunto del ejercicio, la Airef mantiene intacta su previsión de avance del PIB en el 1,6% —el Gobierno estima un 2%—, pero alerta sobre el endurecimiento de las condiciones de financiación.
El organismo ha presentado este miércoles el Informe de Presupuestos Iniciales de las Administraciones Públicas 2023, que actualiza sus previsiones macroeconómicas y fiscales con la nueva información que se ha ido publicando desde octubre. Entre ella destaca el cierre presupuestario del año pasado —se saldó con un déficit del 4,8% frente al 6,9% del ejercicio anterior—, que se suma al vigoroso avance del PIB, del 5,5%.
“La actividad se está comportando con mayor fortaleza de lo que esperábamos en el otoño”, ha subrayado Esther Gordo, directora de la División de Análisis Económico de la Airef, durante la presentación del informe. Este resultado no es exclusivo de España. Hay factores globales que explican la evolución, desde la relajación de los cuellos de botella en las cadenas de suministros y la reapertura de China, hasta la reducción de los precios energéticos, que sobre todo en Europa ha hecho desaparecer el riesgo de un racionamiento que se temía antes del invierno. A ello también han contribuido una climatología favorable y el empleo de fuentes alternativas de suministro. Gordo también se ha referido a elementos propios de la economía española: un mercado de trabajo resistente —“el mes de marzo ha sido el mejor de la serie histórica”— y la fortaleza de las exportaciones.
Los riesgos, sin embargo, persisten. Están la incertidumbre geopolítica, las medidas proteccionistas abrazadas por varios mercados y, sobre todo, la persistencia de la inflación. El organismo calcula que el IPC bajará hasta el 4% en 2023 desde el 8,4% del año pasado. Pese a la reducción, el dato está muy por encima del objetivo del 2%. La tasa subyacente —la inflación depurada de los elementos más volátiles, energía y alimentos—, la más difícil de atajar, será aún más elevada: terminará el año en el 5,4% por la presión que se mantendrá elevada sobre alimentos, servicios y bienes industriales.
La Autoridad Fiscal hipotetiza que ante este escenario los sueldos crezcan algo por encima de la inflación. Las alzas serán moderadas, insuficientes para recuperar el terreno perdido en 2022 y no causarán una espiral precios-salarios. Pero el encarecimiento del coste de la vida sí se ha traducido desde el año pasado en un “rápido e intenso” incremento de los tipos de interés y en un endurecimiento de las condiciones de financiación. Esta situación puede condicionar las decisiones de consumo e inversión de hogares y empresas, alerta la entidad, y su impacto se notará más en la segunda mitad del ejercicio.
Reglas fiscales
La Airef empeora su previsión de déficit para este año en nueve décimas —del 3,3% al 4,2%—, equivalentes a unos 12.000 millones de euros. El grueso de la revisión se debe “a la aprobación de las nuevas medidas anticrisis, que suponen un punto del PIB”, ha detallado Ignacio Fernández-Huertas, director de la División de Análisis Presupuestario de la institución, y que no se incluían en el Plan Presupuestario que el Gobierno envió en octubre a Bruselas. A lo largo del ejercicio, las ayudas tendrán un impacto total de 14.000 millones, repartidas entre menores ingresos (6.000 millones) y mayores gastos (casi 8.000 millones).
Este pronóstico está tres décimas por encima de lo que espera el Gobierno y aún más lejos del objetivo del 3% que fijan las reglas europeas, ahora congeladas y bajo un proceso de revisión. Pero su vuelta se acerca y, aunque no esté definido su nuevo funcionamiento, la Airef insiste en su recomendación de diseñar una senda para reducir el desfase. “Disponer de una estrategia fiscal a medio plazo resulta especialmente importante en el actual contexto de incertidumbre y a las puertas de la reactivación de las reglas fiscales en 2024″, remarca.
La institución encargada de velar por las cuentas públicas calcula que los recursos de las Administraciones crecerán este año un 6,4%, hasta el 42,5% del PIB. Un porcentaje que está un punto por debajo de lo que preveía anteriormente y que se explica en gran medida por el plan anticrisis. Los gastos también serán inferiores, en este caso en una décima, al pronóstico previo (46,7%). Todos los subsectores empeorarán su saldo en comparación con la pasada previsión, salvo la Seguridad Social (-0,6% del PIB frente al -0,7%). La Administración central acaparará el 3,5% del déficit y las comunidades el 0,3%, mientras que las corporaciones locales registrarán un superávit del 0,2%.
La ratio de deuda bajará hasta el 110,6% del PIB desde 113,2% de 2022, especialmente gracias al crecimiento del PIB, ya que el déficit se mantendrá elevado y seguirá contribuyendo a agrandar el pasivo. “El previsible aumento del gasto en pensiones, gasto sanitario y en cuidados de larga duración como consecuencia del envejecimiento de la población, unido al nuevo ciclo monetario —con un rápido e intenso endurecimiento de las condiciones de financiación— y al elevado nivel de deuda existente, sitúa la sostenibilidad de las finanzas públicas en una situación vulnerable”, alerta el organismo.
Una factura de 14.000 millones
El paquete anticrisis tendrá un impacto de 14.014 millones en 2023, según calcula la Autoridad Fiscal con la información disponible hasta la fecha. Las medidas de gasto constituyen la partida más relevante: en conjunto, supondrán un desembolso 7.931 millones. Las ayudas sectoriales, sobre todo al transporte y a las empresas intensivas de gas, y a particulares, como el descuento para usuarios del transporte público o el cheque para vulnerables, acaparan el grueso de la factura, con 2.688 y 3.596 millones, respectivamente.
Por el lado de los ingresos, la merma será de 6.083 millones. La rebaja del IVA eléctrico al 5% es la medida más cara, con un coste de 2.342 millones. Le sigue la reducción al 0,5% del impuesto especial sobre la electricidad (2.153 millones) y el descuento fiscal a gas, briquetas y pellets (806 millones). La disminución en el IVA de los alimentos, prevista hasta mediados de año, implica un descenso en los recursos de 782 millones.
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