El FMI pide nuevas subidas de tipos de interés al Banco Central Europeo
El organismo insiste en reclamar a los Gobiernos ajustes presupuestarios pese al bajo crecimiento previsto
El Fondo Monetario Internacional (FMI) lo tiene claro: “En la zona del euro son necesarios nuevos aumentos de los tipos de interés oficiales”, asegura Alfred Kammer, director del departamento europeo del organismo internacional con sede en Washington. El organismo que dirigía Christine Lagarde hace unos años le pone deberes al que encabeza ahora.
Kammer ha convocado este viernes a la prensa para profundizar en su diagnóstico de lo que le espera a la economía europea. No son muy buenas noticias. Viene una época de crecimiento ramplón y de inflación que se resiste a bajar, si se cumplen los augurios del Fondo. Y ante el triple reto de afianzar la recuperación, contener los precios y salvaguardar la estabilidad financiera, nada de alegrías en la política económica, sino que el FMI recomienda ajuste monetario y fiscal, es decir, subidas de tipos y más dosis de austeridad, aunque sea protegiendo a los vulnerables.
“Las políticas tendrán que funcionar de forma concertada para derrotar a la inflación y, al mismo tiempo, salvaguardar la estabilidad financiera y sostener la recuperación. Los bancos centrales deben mantener una política monetaria restrictiva hasta que la inflación subyacente vuelva inequívocamente a los objetivos de inflación, y el curso de los tipos de interés oficiales debe adaptarse a la evolución de las condiciones financieras”, ha indicado Kammer a los periodistas.
Además de su afirmación de que hace falta que el Banco Central Europeo (BCE) apruebe nuevas subidas de tipos, en plural, el economista también sostiene que “en la mayoría de los países, los Gobiernos deberían llevar a cabo una consolidación fiscal más ambiciosa que la prevista actualmente”. Según el FMI, la reducción del déficit presupuestario permitiría a los bancos centrales cumplir sus objetivos de controlar la inflación con tipos de interés más bajos; esto a su vez reduciría los costes del servicio de la deuda pública y también apoyaría la estabilidad financiera.
Además, el ajuste permitiría “reponer el espacio fiscal agotado, sobre todo teniendo en cuenta que los choques se han hecho más frecuentes”. Un buen punto de partida, según el FMI, sería que los Gobiernos aprovecharan el descenso de los precios de la energía para eliminar todas las medidas de alivio no dirigidas a los vulnerables.
Las perspectivas de crecimiento del Fondo para Europa son muy pobres. En las economías europeas avanzadas, el producto interior bruto pasará de crecer un 3,6% en 2022 al 0,7% este año y el 1,5% el próximo. De entre los grandes países, España destacará con incrementos de la actividad del 1,5% este año y el 2% el próximo.
Y hay muchos riesgos de que las cosas vayan aún peor, como detallará el organismo al presentar a finales de mes un amplio informe sobre Europa. “Las tensiones en los mercados laborales, el resurgimiento de los precios de la energía o la creciente fragmentación geopolítica podrían provocar un menor crecimiento y un aumento de la inflación. La falta de contención de los riesgos para la estabilidad financiera podría provocar una crisis y un menor crecimiento”, indica.
Estabilidad financiera
Por ahora, las mejores noticias están en el frente financiero, pese a los sustos recientes. En general, el FMI considera que las turbulencias están contenidas y que, aunque complican y añaden incertidumbre a la recuperación, su efecto está siendo reducido. Eso es así en todo el mundo, pero en particular el FMI considera que los colchones de capital y liquidez de los bancos europeos son, a grandes rasgos, holgados, y en muchos países se están incrementando los colchones de capital exigidos.
En todo caso, el Fondo insiste en que el mantenimiento de la estabilidad financiera requerirá un estrecho seguimiento, una fuerte supervisión, planes de contingencia y rápidas medidas correctoras cuando sea necesario. “No hay que dormirse en los laureles: los recientes acontecimientos bancarios en Estados Unidos y Europa han demostrado que las percepciones y las condiciones de financiación pueden cambiar rápidamente. Los supervisores deben seguir haciendo balance de las implicaciones de la subida de los tipos de interés en los balances de las entidades financieras, y someterlos a pruebas de resistencia. Las normas prudenciales previstas en Basilea III deberían aplicarse sin demora con respecto al calendario original”, indica Kammer.
En el frente financiero, el FMI sostiene que cualquier medida de apoyo a los hogares endeudados debería dirigirse estrictamente a las rentas más bajas y permitir que los cambios en los tipos de interés oficiales se trasladen a los tipos de interés de los préstamos. Por su parte, los bancos deberían reflejar plenamente los riesgos asociados en sus balances.
En opinión del FMI, la estabilidad financiera podría reforzarse aún más ampliando el alcance de las herramientas de resolución a los bancos más pequeños, ratificando el tratado modificado del Mecanismo Europeo de Estabilidad para proporcionar un respaldo financiero al Fondo Único de Resolución y acordando un fondo de garantía de depósitos común.
España, en una posición bastante buena
Preguntado por los cambios en las previsiones para España, el director del departamento europeo, Alfred Kammer, ha señalado que España está en una posición bastante buena en el contexto europeo. Ha justificado los cambios en que el crecimiento de 2022 fue más alto de lo esperado, muy fuerte en el tramo final del año. "Ese impulso va a continuar en 2023, por lo que hemos mejorado nuestras previsiones para 2023 en 0,4 puntos porcentuales". Pero también hay una rebaja en las previsiones para 2023: "Tenemos una rebaja para 2024 de 0,4 puntos y eso se explica por la respuesta relativa al endurecimiento monetario y también a las condiciones financieras más estrictas procedentes de algunos de los episodios bancarios", ha dicho.
Los cambios han dejado la previsión de España para 2023 en el 1,5% y la de 2024 en el 2%. El Fondo también ha rebajado las previsiones a más largo plazo para España, en línea con lo que ha hecho con otros países, por el periodo de mayor incertidumbre, volatilidad y bajo crecimiento que se avecina. Pero en conjunto, las previsiones para España, que ha ido algo rezagada en la recuperación de la pandemia, son las mejores entre los grandes países de la zona euro para este año y el próximo y para buena parte de los siguientes.
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