El empleo crece y los autónomos se estancan: por qué este desfase no es preocupante
Los expertos indican que muchos empleados por cuenta propia lo son por obligación y que prefieren ser asalariados, lo que consiguen si el mercado laboral es fuerte. Los países más desarrollados notifican índices bajos de autoempleo
El ritmo de crecimiento del número de autónomos no está acompasado con el que marca el empleo en general. En el último año, el total de la afiliación a la Seguridad Social ha aumentado un 2,7%, frente al exiguo 0,11% del régimen de autónomos. El régimen general (el de los asalariados) ha crecido un 3,6%. La tendencia se consolida con una mir...
El ritmo de crecimiento del número de autónomos no está acompasado con el que marca el empleo en general. En el último año, el total de la afiliación a la Seguridad Social ha aumentado un 2,7%, frente al exiguo 0,11% del régimen de autónomos. El régimen general (el de los asalariados) ha crecido un 3,6%. La tendencia se consolida con una mirada corta (de junio a julio el sistema aumentó un 0,11% y el general un 0,42%, mientras que el autónomo cayó un 0,2%) y con una larga (en los dos últimos años el sistema ha crecido un 6,6%, el régimen autónomo un 0,65% y el general un 8,8%). El régimen autónomo conformaba el 18% del total del empleo en 2012, el 17,2% en 2018 y ahora el 16%. Hoy hay cuatro millones y medio de asalariados más que hace una década y el número de autónomos solo ha crecido en unos 300.000. ¿A qué se debe este fenómeno?
Manuel Alejandro Hidalgo, profesor de Economía Aplicada de la Universidad Pablo de Olavide, indica que esta es una variable contracíclica: cuando las cosas van bien, frena o crece menos que el régimen asalariado; y cuando van mal, aguanta o incluso puede mejorar. Así, este experto advierte una relación entre el momento de crecimiento económico y la consecuente fortaleza del mercado laboral y el estancamiento de la cifra de autónomos. Durante la burbuja del ladrillo, el número de autónomos sí crecía, pero a un ritmo inferior: por ejemplo, de enero de 2006 al mismo mes de 2007 la primera aumentó un 3% y la segunda, un 4,7%. Sin embargo, en lo peor de la recesión posterior (marzo de 2013), se desplomaron los empleados por cuenta ajena (-5,8% respecto al año anterior) y el régimen de autónomos aguantó el tirón (-1,44%).
Esto sucede, explica Hidalgo, porque hay una porción importante de autónomos que lo son por obligación, que preferirían ser asalariados, pero no encuentran trabajo. “Muchas empresas se ponen en marcha sin el conocimiento suficiente, personas que no tienen otras opciones. Muchos no son emprendedores, sino supervivientes”. Es decir, cuanta más capacidad de absorción de mano de obra tenga el mercado laboral, menos personas darán el salto sin red al régimen autónomo. “Tenemos que darle la vuelta a la tortilla. No debería ser un objetivo último alcanzar un alto número de autónomos. El emprendimiento es bueno, pero no el que se hace de forma precaria porque no queda otra. Frente a las voces que dicen que este fenómeno es negativo porque se están destruyendo empresas, la realidad es que ahora más personas consiguen un trabajo por cuenta ajena. Establecer una causa-efecto entre la carga fiscal y las variaciones en el número de autónomos no tiene sentido”.
Es un análisis similar al que hacen la presidenta de la asociación de autónomos UATAE (vinculada a CC OO), María José Landaburu, y el de UPTA (vinculada a UGT), Eduardo Abad. “El trabajo autónomo es un elemento refugio para muchas personas. Muchas se dan de alta porque no tienen otras alternativas”, indica Landaburu. “Ahora hay menos autónomos a la fuerza y más emprendimiento de calidad, de personas que lo hacen con un buen planteamiento y con una idea de negocio sólida”, añade Abad.
Difiere el presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos (vinculada a la patronal CEOE), Lorenzo Amor. “Hay cinco comunidades autónomas en las que crece la afiliación de autónomos. No se puede decir que no haya emprendimiento, lo hay. El problema es que también crecen las bajas porque los autónomos no lo están pasando bien. Sus costes sobrepasan en esos sectores los ingresos. Y los ahorros están bajo mínimos tras tres años muy complicados. Pero la afiliación crece donde hay oportunidades, en comunidades que apuestan por él y en las que el turismo es un potenciador”, indica en una respuesta por escrito. “Por otro lado”, continúa Amor, “aquellos que consiguen que sus actividades funcionen son generadores netos de empleo y cada vez son más los autónomos que tienen al menos un trabajador. Por eso es importante apostar por el emprendimiento, porque es el inicio de un círculo en el que crece el empleo y se mantiene la vida”.
“Muchos echan jornadas de 12 o 14 horas”
Arturo Lahera, profesor del departamento de Sociología Aplicada en la Universidad Complutense de Madrid, pone el acento en las dificultades: “Muchos tienen que echar jornadas de hasta 12 o 14 horas para lograr ingresos suficientes. Siempre hay ese discurso político del autónomo que saca España adelante, pero demasiados lo son porque no les queda otra”.
Según los datos difundidos hace un año, cuando se reformó el sistema de cotizaciones de los autónomos, hay 2,4 millones de empleados por cuenta propia con rendimientos netos por debajo de 1.700 euros. Son en torno al 75% de los más de tres millones de trabajadores autónomos de España. 1,3 millones obtienen menos de 670 euros al mes. Además, los autónomos cotizan de media mucho menos, lo que les conducen a una pensión de jubilación media (916 euros al mes) mucho menor que la de los asalariados (1.532). Precisamente la mencionada reforma busca cerrar esta brecha y que los autónomos coticen por sus ingresos reales. De momento, pocos están comunicando su previsión de ingresos, como indica la nueva norma.
Lahera identifica el alto volumen de compañías pequeñas como una de las debilidades del tejido productivo español. “Estas empresas tienen menos productividad, así que sus beneficios siempre son más limitados y sus tasas de inversión son menores. Y menores tasas de inversión implican menos empleo”, agrega. Coincide Hidalgo: “Un país con muchos autónomos es un país con bajos salarios y baja productividad. Lo que necesitamos son más empresas grandes con alta productividad y mejores retribuciones”.
Los datos de la OCDE indican que los países con mayor proporción de trabajo por cuenta propia son Colombia (53,1%) y Brasil (33,3%), con Noruega (4,7%) y Estados Unidos (6,6%) al otro lado de la balanza. El resto de países con menos autónomos son otros territorios desarrollados económicamente, como Canadá, Dinamarca o Japón. Según las cifras de la OCDE, la proporción en España es del 15,8%, por encima de la media de la Unión Europea (14,5%) y de países como Alemania (8,8%) o Francia (12,6%).
Menos falsos autónomos
Los dos expertos universitarios y las asociaciones de autónomos vinculadas a los sindicatos creen que otra razón del estancamiento en la cifra de empleados por cuenta propia es el combate del Ministerio de Trabajo contra la figura de los falsos autónomos —aquellos que en realidad tienen una relación laboral, pero la empresa no les contrata para reconocer menos derechos y ahorrar en cuotas a la Seguridad Social—. Inspección ha intensificado su vigilancia sobre este fenómeno en los últimos años: en 2022 afloraron 38.779 falsos autónomos, y en lo que llevamos de 2023 la cifra asciende a 17.500. Durante el periodo de Mariano Rajoy en el Ejecutivo, Inspección mejoró la situación para 1.574 falsos autónomos en 2015 (primer dato disponible), 1.103 en 2016 y 1.845 en 2017. El sector en el que más empleo se ha aflorado es el del transporte, precisamente al que interpela la ley rider, elaborada para que las empresas de reparto dejasen de recurrir a esta figura. Pese a las multas millonarias y las amenazas penales, Glovo y Uber Eats siguen operando con autónomos.
“Desde 2019 las campañas contra los falsos autónomos han sido muy intensas, muchos han salido de un plumazo. Antes Inspección no actuaba. Y, además, las empresas se lo piensan mucho más antes de recurrir a esta figura. Se están poniendo multas muy serias y se exige el pago de las cotizaciones”, indica Landaburu, en línea con el discurso de Abad: “Demasiados empresarios siguen pensando solo en su cuenta de resultados y tienen a trabajadores en condiciones que no son dignas. Esto se da en sectores de alta formación, como la medicina, la consultoría o la comunicación, entre otros. El Gobierno debe mejorar la identificación de autónomos que trabajan para una sola empresa”. Calcula que sigue habiendo en torno a 300.000 falsos autónomos en España.
El secretario de Estado de Seguridad Social, Borja Suárez, preguntado sobre la caída de autónomos en el comercio en la última rueda de prensa de afiliación y paro registrado, indicó que se percibe un “trasvase” del régimen autónomo al general. “Se recupera un tipo de empleo que en puridad es empleo asalariado. Eso no es una mala noticia”. El secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey, también viene apuntando a la afloración de falsos autónomos como uno de los fenómenos que ralentiza la evolución del número de empleados por cuenta propia. Con todo, la evolución en el número de autónomos ha sido objeto del debate político en los últimos meses. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, se la echó en cara al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el debate que mantuvieron antes de las elecciones generales.
“Ser autónomo no es sencillo. Estamos viendo que hay sectores, como el comercio, muy castigados. También hay pérdidas en la industria y en la agricultura. Precisamente, los autónomos y las muy pequeñas empresas son quienes sufren en estos momentos más castigo. Y son sectores en los que no se puede decir que haya falsos autónomos”, contesta Amor.
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