La guerra entre Israel y Gaza aviva las dudas sobre la economía mundial
El FMI advierte sobre el peligro de un repunte de la inflación si persiste el conflicto y EE UU admite que la crisis plantea “preocupaciones adicionales”
La economía global lleva años instalada en la “policrisis” que en su día acuñó Jean-Claude Juncker, expresidente de la Comisión Europea. La guerra entre Israel y Gaza ha sacudido las reuniones del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, que se celebran esta semana en Marraquech, al avivar las dudas sobre la marcha de una débil economía global. El organismo que dirige Kristalina Georgieva dice estar vigilando de cerca la evolución del conflicto ante el temor de que suponga un repunte de la inflación si se entorpece la producción y distribución de petróleo. La secretaria del Tesoro de EE UU, Janet Yellen, afirmó el miércoles en una rueda de prensa en Marruecos que por ahora el impacto de esa crisis es limitado. “Todavía veo como escenario base el llamado aterrizaje suave”, dijo Yellen a preguntas de los periodistas, aunque admitió: “La situación en Israel plantea preocupaciones adicionales”.
Estas reuniones serán las últimas en las que Nadia Calviño acuda como presidenta del Comité Monetario y Financiero Internacional del FMI. La vicepresidenta primera fue elegida para el cargo en diciembre de 2021, apenas unas semanas antes de los ataques rusos a Ucrania, y encara su final de mandato en diciembre con el estallido de una guerra en Israel. “Han sido dos años con muchas turbulencias, marcados por los aumentos de las tensiones geopolíticas”, acertó a resumir la vicepresidenta primera del Gobierno. Calviño no se apartó de las valoraciones de sus colegas: “Es demasiado pronto para poder valorar el impacto”, afirmó la también responsable de Economía.
Los líderes que se dan cita en Marraquech, en general, se muestran todavía reacios a hablar de las consecuencias económicas. “Estamos concentrados en las vidas humanas”, respondió Yellen a la primera de las cuestiones sobre el impacto económico de la guerra. Sin embargo, la guerra se produce en un momento de fragilidad de la actividad global. El mundo sigue creciendo, pero “cojeando”, en palabras del economista jefe del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas. Y los múltiples shocks, desde la pandemia hasta la guerra de Ucrania, han dibujado un panorama a medio plazo que el fondo define como “mediocre”. “Lo que está claro es que estos ataques y este conflicto se añaden a todos los elementos de incertidumbre que ya estaban marcando la agenda geopolítica en un contexto de ralentización económica y subida de los precios de la energía”, lamentó Calviño.
La principal inquietud que se palpa en los pasillos de las reuniones es que el conflicto siga escalando y acabe generando otro repunte inflacionista justo cuando la inflación iba aplacándose y los bancos centrales prácticamente daban por acabados sus ciclos de subidas de tipos de interés. La número dos del FMI, Gita Gopinath, señaló con claridad el riesgo de un repunte de la inflación. “Si se convierte en un conflicto más amplio y eso hace que los precios del petróleo suban, eso sí tendrá un efecto en las economías”, explicó en una entrevista a Bloomberg. Los precios del barril de Brent —la referencia en Europa— descendían a media tarde de este miércoles tras haberse disparado hasta un 5% desde el estallido del conflicto.
Impacto sobre los precios
Si bien el FMI indica que el efecto de la guerra será mayor en la región, la mecha de los precios del crudo se extiende con rapidez. El organismo con sede en Washington ha desarrollado literatura sobre algunos de los posibles. Según Gourinchas, un aumento del 10% en los precios del petróleo reduciría el producto interior bruto (PIB) global en cerca de 0,2% y aumentaría la inflación mundial en entre dos y cuatro décimas. “Es algo que vemos a menudo en situaciones de inestabilidad geopolítica en la región. Vemos picos en los precios de la energía y del petróleo. Lo hemos visto en crisis y conflictos previos. Y, por supuesto, eso refleja los riesgos potenciales que pueda tener una disrupción en el transporte o la producción en la región”, afirmó durante la presentación de las Perspectivas Económicas Mundiales.
Los banqueros centrales también ven con preocupación ese nuevo foco de tensiones geopolíticas, máxime cuando creen que ahora es el momento de ver los efectos de las subidas de tipos. “La mejor respuesta económica es la paz. No es una declaración política, sino una realidad. Una economía puede ser destruida en cuestión de una semana por la guerra”, afirmó en el arranque de las reuniones la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde. El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, explicó en una intervención sobre la política monetaria en la zona euro que las previsiones del BCE indican que el enfriamiento económico costará un punto porcentual de PIB, lo cual consideró que “no es dramático”. “Pero aún vemos los riesgos”, advirtió el gobernador, quien se refirió a los precios de la energía, que pueden volver a crecer.
El presidente del Banco Mundial, Ajay Banga, lamentó en una entrevista a Reuters que justo cuando los bancos centrales “empezaban a sentirse un poco más seguros de que había una oportunidad para un aterrizaje suave, esto lo ha hecho más duro”. “Es una tragedia humanitaria y es un shock económico que no necesitamos”. “Lo que estamos viendo en los últimos días [con el conflicto en Israel] es el caso”, sostuvo el gobernador. Los organismos internacionales, en cualquier caso, confían todavía en una desescalada del conflicto que permita evitar más dolor y no añada más interrogantes a la senda de la recuperación económica.
Sigue toda la información de Economía y Negocios en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.