La economía española crece un 2,5% en 2023 y supera con creces la media de la zona euro

El PIB avanzó un 0,6% en el último trimestre del año gracias a la acumulación de inventarios y el consumo público, según el INE

Varios jóvenes cargados con maletas salen de un piso turístico en Sevilla.PACO PUENTES

La economía española ha demostrado resistir los embates internacionales. En medio de una acusada ralentización de la actividad en Europa, el producto interior bruto (PIB) nacional creció un 2,5% en 2023, según los datos definitivos de contabilidad nacional, publicados este martes por el Instituto Nacional de Estadística (INE). El repunte es ...

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La economía española ha demostrado resistir los embates internacionales. En medio de una acusada ralentización de la actividad en Europa, el producto interior bruto (PIB) nacional creció un 2,5% en 2023, según los datos definitivos de contabilidad nacional, publicados este martes por el Instituto Nacional de Estadística (INE). El repunte es cinco veces superior al de la media de la zona euro —que a duras penas alcanzó el 0,5% en el mismo periodo— y el más elevado entre las principales economías europeas.

Pese al deterioro de la industria europea en el cierre de año, España consiguió incluso acelerar su crecimiento hasta un robusto 0,6% trimestral, frente al 0,4% registrado entre julio y septiembre. Su avance mes a mes ha consolidado al país como uno de los motores del crecimiento de la Unión Europea, que de manera opuesta se ha pasado el año al borde de la recesión técnica. Además, ha batido con creces todas las previsiones que se hicieron a inicio de 2023 y que situaban el crecimiento en cifras apenas superiores al 1%.

El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha sacado pecho este martes de los datos asegurando que, “frente a las predicciones catastrofistas y los relatos sesgados, las cifras son claras e incontestables”, y demuestran la buena marcha de la economía. A diferencia del resto del continente, que se ha visto gravemente afectado por la crisis energética e industrial que se desató a raíz de la invasión de Ucrania. La suerte que ha tenido España en este caso ha sido su menor dependencia del gas ruso y la menor presencia del sector industrial. En cambio, el sector servicios, que en la pandemia provocó tantos quebraderos de cabeza, ha sido el gran motor en este año.

También lo ha sido el consumo, que a cierre de año creció un 2,8% respecto a 2022. En este terreno, los hogares fueron los que más combustible aportaron al motor de la economía. De hecho, tanto el comercio minorista como las matriculaciones de vehículos mostraron un buen comportamiento en los últimos meses de 2023, al igual que el sector turístico, que hace tiempo ya alcanzó los niveles récord previos a la pandemia.

Cuerpo también ha atribuido el crecimiento del PIB anual al buen desempeño del mercado laboral. Ha recordado las cifras récord de afiliación, rozando los 21 millones de afiliados, y el crecimiento de los salarios. En efecto, la remuneración de los asalariados creció un 8,8% en tasa interanual, con aumentos del 3,9% del número de asalariados y del 4,7% de la remuneración media por asalariado. En tasas intertrimestrales, la remuneración total aumentó un 1,2% y la remuneración media un 0,6%, según el INE.

En este sentido, los documentos estadísticos elaborados por los ministerios de Trabajo y Seguridad Social certifican que el empleo se comportó de forma estable durante todo el año pasado. Y aunque el paro solo bajó en seis de los 12 meses, no llegó a estar por encima de la barrera de los tres millones. Según el ministerio, la afiliación creció “en más de 1,4 millones de personas en términos desestacionalizados” respecto al nivel previo a la pandemia. Lo que implicaría que creó más empleo que Francia o Alemania.

La proceso de desinflación también ha hecho su parte. En un año y medio ha reducido en ocho puntos, hasta tasas interanuales del 3%. Esto, sumado al incremento salarial pactado en los convenios, ha permitido una cierta recuperación de las rentas tras la intensa pérdida de poder adquisitivo por la crisis de los años previos. Además, la tendencia hacia la normalización de los precios está consolidada, según los expertos.

El ministro también ha remarcado que la capacidad de financiación de la economía española frente al resto del mundo alcanzó los 51.000 millones de euros en 2023, su máximo histórico, por lo que “el crecimiento ya no es dependiente de la financiación del exterior”. Esto ha sido compatible con la reducción del déficit público, que cerró el año en el 3,7% del PIB, batiendo todas las previsiones. De hecho, de confirmarse por Eurostat, serían dos décimas menos que el desajuste presupuestario inicialmente comunicado a Bruselas (3,9% del PIB).

El asunto pendiente es, en cualquier caso, la inversión. Esta retrocedió en el último trimestre un 2%, afectando especialmente el sector de la construcción y los bienes de equipo. En una visión general, se observa que el país sigue sin poder restablecer los niveles previos a la crisis sanitaria. En 2019, la formación bruta de capital fijo en España —que es la manera en la que se mide la inversión— superó los 255.000 millones de euros, según los datos de Eurostat. Para 2023, la cifra seguía casi un 4% por debajo. Las exportaciones de mercancías también retroceden después de un crecimiento prácticamente ininterrumpido desde el final de la crisis sanitaria.

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