El Gobierno alemán mejora ligeramente previsiones económicas y fija un crecimiento del 0,3%
El ministro de Economía, Robert Habeck, asegura que la economía de Alemania está “saliendo lentamente de su fase de debilidad”
El Gobierno alemán espera que la economía se recupere levemente y cobre impulso gracias a una menor tasa de inflación, la relajación monetaria y el crecimiento de la economía mundial, del que se beneficia en gran medida la economía alemana, orientada a la exportación. El Ministerio de Economía alemán elevó así ligeramente sus previsiones de crecimiento económico para el año en curso desde el 0,2% hasta el 0,3%. Mientras, para 2025 espera un crecimiento del 1%, según indicó en su tradicional pronóstico de primavera presentado hoy en Berlín por el ministro de Economía, Robert Habeck, que en febrero se lamentaba de la “dramáticamente mala” situación de la economía alemana.
“Vemos indicios de un ligero repunte económico y de que la economía está saliendo lentamente de su fase de debilidad”, explicó en la rueda de prensa de presentación. “La cifra refleja el hecho de que los signos de mejora han aumentado significativamente en las últimas semanas”, indicó.
A pesar de esta mejora, el político de Los Verdes señaló que “no es razón para no seguir trabajando duro en la competitividad de Alemania” y reconoció que “no es algo de lo que sentirse satisfechos” ya que Alemania se ha quedado rezagada en términos de competitividad internacional y aún se enfrenta a grandes retos estructurales como superar la reticencia a invertir o la preocupante falta de mano de obra cualificada. En su opinión, durante años, el país se ha “permitido cierta dejadez” en política económica. “Nos queda mucho por hacer. No debemos cejar en este empeño”, declaró.
Habeck considera que la economía alemana se encuentra en un “punto de inflexión” esta primavera, después de que se estancara en gran medida durante los dos últimos años, en parte debido a los altos precios de la energía como consecuencia de la guerra de Ucrania.
Ahora, la situación está mejorando y los precios de la electricidad y del gas, al menos en la bolsa, han vuelto más o menos al mismo nivel de antes de la crisis. “Los precios han bajado más deprisa de lo que muchos preveían”, explicó sobre un factor que juega un papel importante en la economía alemana, ya que por un lado estimula el consumo privado de los hogares que incrementan su poder adquisitivo al tener que destinar menos dinero a la electricidad y por otro, se mejora también la situación de la industria alemana, gran consumidora de energía.
“Una inflación más baja significa que hay más dinero disponible. La gente vuelve a tener más dinero en la cartera y este dinero se puede consumir”, dijo Habeck. Para el año en curso, su ministerio prevé una inflación subyacente del 2,8%, muy lejos del 6,9% del año de crisis 2022. La previsión para el año próximo es del 1,9%, por debajo del objetivo de estabilidad de precios fijado por el Banco Central Europeo.
Estas cifras van en línea también con el índice del clima empresarial del instituto económico alemán Ifo, que se publica mensualmente y que es considerado como el indicador más fiable de la situación económica actual. En abril el índice volvió a subir por tercer mes consecutivo.”Las cosas están mejorando lentamente”, declaró su presidente Clemens Fuest.
Pesimismo en la industria
Pero a pesar de esta ligera mejora de la economía, la industria alemana sigue mostrándose pesimista respecto al año en curso y prevé un nuevo descenso de la producción. “Es probable que Alemania se rezague aún más en 2024″, declaró esta semana Siegfried Russwurm, presidente de la Federación de la Industria Alemana (BDI), al inicio de la Feria de Hannover, la mayor del sector a nivel mundial. “Esperamos que la producción industrial caiga un 1,5% respecto al año anterior”, aseguró.
Mientras, desde la Cámara de Comercio e Industria de Alemania (DIHK) tampoco lo ven mucho mejor y reclaman una mejora urgente de las condiciones marco económicas en Alemania. “Sería deseable que la economía cobrara impulso, pero, por desgracia, las empresas siguen luchando contra retos estructurales tangibles, en particular los elevados costes de la energía, el personal y la financiación”, comentó su director gerente Martin Wansleben. Además, Alemania también está perdiendo terreno en la comparación internacional, entre otras cosas por la elevada presión fiscal y la enorme burocracia. “Con este telón de fondo, cada vez está más claro que 2024 también será un año difícil para la economía alemana”, apuntó Wansleben.
El Fondo Monetario Internacional (FMI), por su parte, corrigió recientemente a la baja su último pronóstico de crecimiento para la mayor economía de Europa desde el 0,5% hasta el 0,2% para el año en curso, lo que supone el crecimiento más débil de todos los países industrializados occidentales del G7.
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