La economía de la eurozona resiste mejor de lo previsto gracias a un leve repunte de Alemania
El PIB de la zona euro escala un 0,4% en el tercer trimestre del año, una leve mejora respecto al periodo anterior gracias a la resistencia de Alemania, que esquiva la recesión
Los peores pronósticos no se han cumplido: Alemania esquiva la recesión técnica al acabar el verano y no arrastra así a toda la economía europea, que en el tercer trimestre del año resiste algo mejor de lo previsto. Según los datos preliminares de Eurostat, la economía de la eurozona creció un 0,4% entre julio y septiembre, frente al 0,2% del trimestre anterior, mientras que la del conjunto de la Unión Europea avanzó un 0,3%, al mismo ritmo que durante el periodo anterior. En comparación interanual, el crecimiento del PIB de la zona euro y de toda la UE fue del 0,9%, según los cálculos de la oficina estadística de la Unión Europea.
“El tercer trimestre es mejor de lo previsto para la economía europea”, se ha felicitado en la red social X el comisario de Economía, Paolo Gentiloni.
Uno de los motivos de los resultados, mejores de lo que esperaban los analistas -y, a la vista del comentario de Gentiloni, incluso la propia Bruselas-, es la resiliencia de Alemania que, pese a las previsiones domésticas pesimistas debido a los problemas de su sector industrial, finalmente ha logrado eludir la recesión. Su crecimiento es magro, pero al menos se sitúa en números negros, con un tibio avance de si PIB del 0,2% en el tercer trimestre de 2024, frente a la contracción del 0,1% del trimestre anterior. Los datos alemanes han sorprendido debido a que el Gobierno germano ha admitido que prevé cerrar el año con un retroceso de su economía. Una previsión reforzada por las noticias que llegan del vecino del norte, como el anuncio del cierre de hasta tres fábricas en Alemania de uno de los símbolos del poderío industrial del país, el gigante automotor Volkswagen. Su sector industrial está sufriendo las consecuencias del encarecimiento de la energía por la guerra en Ucrania y la irrupción del gigante chino, que ofrece coches y otros productos industriales a precios más competitivos.
Otra de las sorpresas positivas que arrojan los datos económicos de la eurozona la ha protagonizado Francia, que también progresa con un avance del 0,4% de su PIB (0,2% en el segundo trimestre), un ritmo que, según el Gobierno galo, se debe, sobre todo, al efecto en el consumo de los Juegos Olímpicos de París durante este verano.
Los mayores incrementos del PIB los han registrado Irlanda, con un 2% exultante teniendo en cuenta que en los tres meses previos había tenido un crecimiento negativo de -0,1%; seguido de Lituania (1,1%) y España, que con 0,8% se mantiene en la misma zona de crecimiento desde finales de la primavera y a la cabeza de las principales economías europeas (el crecimiento italiano es de 0,0%). En la cola de la lista se sitúan Hungría, con un crecimiento negativo de -0,7% (-0,2% en el segundo trimestre), Letonia (-0,4%) y Suecia (-0,1%).
La economía europea atraviesa trimestres con un crecimiento famélico y a un ritmo lento y perdiendo terreno con sus dos principales competidores, Estados Unidos y China. El Viejo Continente está digiriendo mal los conflictos geoestratégicos, sobre todo el derivado de la guerra de Ucrania. Las sanciones a Rusia ha provocado que el corazón de Europa deje de beneficiarse de la energía ultrabarata que procedía de los Urales. Además, el salto tecnológico de China ha acelerado la competencia industrial del gigante asiático. Y el aumento del proteccionismo entre bloques no favorece los intercambios de una economía muy abierta, como la europea.
España emerge de esta situación de incertidumbre en Europa como el nuevo motor económico de la región. La recuperación del turismo, el dinamismo del mercado laboral, con la llegada e integración de trabajadores extranjeros, y el impulso de los fondos europeos y el consumo público está manteniendo la presión en la sala de máquinas de la economía española, que se sitúa como la gran economía que más crece en Europa.
Los datos europeos se conocen a menos de una semana de las elecciones en Estados Unidos que están creando una fuerte ansiedad en Europa, donde un regreso de Donald Trump a la Casa Blanca podría suponer la vuelta a las tensiones arancelarias con el histórico aliado trasatlántico, ya que el candidato republicano ha prometido imponer un arancel de 10% a las importaciones de todos los países. El martes, advirtió de que Europa pagará un “alto precio” si gana las presidenciales contra la demócrata Kamala Harris, recuerda Reuters.
Todo ello cuando Bruselas acaba de elevar el pulso con el otro gran rival planetario, China, al activar, desde este mismo miércoles, los aranceles a los coches eléctricos chinos como respuesta a los subsidios masivos de Pekín a toda la cadena de producción del gigante asiático.
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