La competitividad regional crece al ritmo más alto desde 2015, con Madrid, Navarra y País Vasco a la cabeza

La buena marcha de la economía en 2023, empujada por el enésimo récord turístico, la fortaleza del empleo, el consumo público y las exportaciones, se ha saldado con una mejora de la competitividad regional, que ha repuntado un 5,6%. Se trata del mayor incremento desde 2015, según concluye el Informe de la Competitividad Regional de España, presentado este martes por el Consejo General de Economistas. El análisis, que se elabora desde 2008, bebe de una serie de variables que tienen en cuenta distintos aspectos de la actividad económica, desde la eficiencia empresarial al entorno institucional. Todos los territorios han avanzado, y el ímpetu más intenso se ha registrado en las zonas menos dinámicas. Aun así, persiste una enorme brecha entre las autonomías más competitivas —Madrid, Navarra y País Vasco lideran la clasificación— y aquellas más rezagadas —Asturias, Comunidad Valenciana, Región de Murcia, Castilla-La Mancha, Canarias, Islas Baleares, Andalucía y Extremadura—.

De hecho, el triángulo competitivo” que conforman las comunidades forales y Madrid —en el que la región de la capital refuerza su liderazgo y amplía la distancia con las demás— es la única zona de España con competitividad alta. Solo en estas comunidades, junto con Cataluña y Aragón, la renta media por habitante es superior a la europea. Cataluña tiene un nivel de competitividad medio-alta. Todas las demás, según el estudio presentado este martes, están en el peldaño medio-bajo (Aragón, La Rioja, Castilla y León, Galicia y Cantabria) o bajo (Asturias, Comunidad Valenciana, Región de Murcia, Castilla-La Mancha, Canarias, Islas Baleares, Andalucía y Extremadura).

Esta clasificación se construye en función del Índice de Competitividad Regional (ICREG), un indicador diseñado por el Consejo General de Economistas que incluye siete ejes, a su vez conformados por distintos indicadores (en total, 54 variables). Las macrocategorías son el entorno económico, mercado de trabajo, capital humano, entorno institucional y social, infraestructuras, tejido empresarial e innovación tecnológica. Todas han registrado mejoras en el ejercicio analizado, siguiendo la tónica de la economía en general, que a nivel nacional avanzó un 2,7% el año pasado. Baleares, Canarias, Andalucía y Asturias, aunque se sitúen en la parte baja de la lista, son las que han experimentado un mayor crecimiento del índice en 2023.

“A pesar del endurecimiento de las condiciones monetarias y de las persistentes tensiones geopolíticas, el crecimiento de la economía española mantuvo el pulso y se situó a la cabeza de la zona euro”, ha dicho Valentí Pich, presidente del Consejo General de Economistas, durante la presentación del informe. Sin embargo, ha matizado que la renta per cápita y la productividad no están evolucionando de una manera igual de brillante, manteniéndose por debajo de los promedios europeos. “Las mejoras de competitividad deben verse reflejadas en avances en la calidad de vida de las personas”, ha zanjado.

Calidad de vida

El informe también correlaciona la competitividad con el Índice Multidimensional de Calidad de Vida (IMCV) del Instituto Nacional de Estadística, y concluye que hay un “paralelismo bastante evidente, únicamente interrumpido por el inicio de la crisis financiera y por la pandemia”, entre los dos indicadores. Los territorios donde el ICREG más ha aumentado, también han registrado las mejoras más marcadas en el bienestar de sus ciudadanos. En el periodo 2008-2023, los avances más marcados en esta última dimensión han sido los de Castilla y León y Extremadura, con crecimientos del 2,8% y del 2,4%, respectivamente. En el lado contrario se sitúan Murcia, Navarra (que, sin embargo, está a la cabeza del ranking) y Asturias, con variaciones cercanas al 0,1%.