Cómo queremos que sean nuestras viviendas
La pandemia ha provocado que queramos casas acordes a nuestras necesidades, con más espacios abiertos, pero también más eficientes, que reduzcan el consumo energético y, al mismo tiempo, su impacto en el medio ambiente
El confinamiento nos ha hecho ver nuestra casa de otra manera. El espacio que antes solo era para el descanso y el tiempo libre, se ha convertido también en un lugar de trabajo y en una escuela, por lo que se han multiplicado las horas que se pasan bajo ese techo. Esto ha provocado que lo que antes parecía adecuado ha dejado de serlo y echamos en falta espacios que no teníamos. Tanto es así, que dos de cada tres personas han pensado en cambiar de vivienda, de acuerdo con el informe de la multinacional inmobiliaria Century 21 Sector inmobiliario y covid-19. “Ahora se solicitan más espacios abiertos —como terrazas o porches—, áreas para trabajar y también zonas para hacer deporte”, asegura Rubén Navarro, cofundador de inHAUS, empresa que diseña y confecciona casas prefabricadas a la carta.
Navarro es uno de los cinco representantes de empresas innovadoras dedicadas al diseño, la construcción y las reformas de viviendas que participaron el 23 de marzo en el webinar El Mundo que viene. La vivienda del futuro, organizado por HUB Empresa, BStartUp de Banco Sabadell y Startup Valencia. Un encuentro en el que se habló de las nuevas preferencias de los que buscan vivienda y de la necesidad de mejorar la sostenibilidad de las construcciones, un cambio que puede suponer un aumento en el precio final, pero un ahorro a largo plazo.
“Antes solo el 30% de los nuevos propietarios sacrificaba espacio interior por tener una terraza o un balcón; ahora el porcentaje ha subido hasta el 75%-80%”, comenta Andrés Perales, cofundador del estudio de arquitectura valenciano Designable, en el webinar. Su empresa está especializada en la personalización de los espacios habitables, una de las demandas que empieza a ganar terreno. “Si cada persona es diferente, ¿por qué todas las casas son iguales?”, se pregunta. “Cien metros cuadrados pueden rendir más si están adaptados a uno mismo”, añade.
Materiales menos contaminantes y reutilizables
Los constructores defienden que hay que cambiar la manera de edificar. La pandemia ha servido para tomar conciencia de la necesidad de mejorar la eficiencia energética de las viviendas, algo que se consigue mediante el empleo de materiales de construcción más sostenibles. Según el último informe publicado por la Alianza Global para los Edificios y la Construcción (GlobalABC), liderada por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), es imprescindible reducir drásticamente las emisiones de CO2 procedentes de los edificios, que en 2019 representaron el 38% de las emisiones globales de este contaminante, su nivel máximo hasta ahora.
Para Andrés Perales la edificación del futuro debe sustentarse en la mejora del aislamiento de las casas, el aumento en el consumo de las energías renovables y el avance hacia la autosuficiencia energética. Navarro reivindica el uso de materiales cada vez más sostenibles y duraderos. “En inHAUS estudiamos la manera de, por una parte, usar más material reciclado y, por otra, que nuestras casas sean reutilizables”. Aunque aún trabajan con materiales tradicionales —como el hormigón, la madera, el acero y la cerámica—, utilizan un método de montaje industrializado. “Dentro de nuestro proceso interno de mejora continua y en nuestra línea de I+D+i estudiamos cómo aprovechar los materiales reciclados en nuestro sistema de construcción”, detalla.
Entornos sostenibles desde sus cimientos
Jesús Bayarri, otro de los ponentes, cree que es el momento de potenciar la sostenibilidad. “El sector inmobiliario y el de la construcción suman unas emisiones muy altas, consumen muchas materias primas y generan muchos residuos; dañan enormemente el medioambiente por lo que es urgente acabar con esta situación. A poco que hagamos, será mucho”, opina.
Bayarri es el director de un proyecto en el barrio La Pinada, en Paterna (Valencia), con el que pretende hacer de este vecindario el primero completamente sostenible de España. Serán sus propios habitantes los que diseñen los edificios y los espacios comunes, que tendrán una característica común: podrán ser reconvertidos, por lo que se construirán con materiales reutilizables o reciclables. La estructura interior, por ejemplo, utilizará madera contralaminada proveniente de bosques gestionados de forma responsable.
El diseño de La Pinada, asegura Bayarri, será pasivo, lo que significa que el control de elementos como la ventilación, la iluminación y la inercia térmica se lograrán mediante procedimientos naturales que reducen drásticamente el consumo energético.
¿Una vivienda sostenible es más cara?
Hoy, el sobrecoste que supone la construcción de una vivienda sostenible oscila entre el 8% y el 18% del precio total, según datos de distintas constructoras. Esta inversión, sin embargo, se suele amortizar en unos cinco años a través del ahorro que se consigue en la factura energética. Según Breeam, un organismo certificador internacional, un edificio en cuyo diseño y construcción se han tenido en cuenta criterios de sostenibilidad permite disminuir el consumo energético entre el 50% y el 70%; el gasto de agua, entre un 20% y un 35%; y las emisiones de CO2 un 7%, como mínimo.
En inHAUS apuestan por maximizar esta eficacia. “Construimos casas sostenibles con eficiencia energética A [la máxima]. Nos adelantamos varios años a esta obligatoriedad, lo que se refleja en la factura energética, que es algo tangible, que se puede ver”.
Y si ya se tiene una casa, ¿se puede hacer más sostenible? “Por supuesto”, asegura Olga Canto, gerente de ventas y cofundadora de Cubicup, una plataforma digital que pone en contacto a propietarios y contratistas para realizar reformas en el hogar. Con la pandemia, el tráfico de su página web ha crecido un 30% y las reformas, un 15%. “Ahora los clientes son muy exigentes y quieren realizar la mejor inversión en su vivienda”, agrega.
Canto destaca que España es uno de los países con el parque inmobiliario más envejecido debido a la crisis de 2008 y que, por tanto, es necesario reformar y renovar las viviendas y abordar cambios que sean sostenibles. “[Conviene] incorporar una mejor climatización y [sistemas de] domótica, por ejemplo. Hoy una vivienda reformada es más eficiente”, concluye.