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El despegue de la programación y las profesiones digitales

La transformación digital de la economía afecta a casi todos los ámbitos, pero las empresas siguen teniendo dificultades para cubrir la demanda de puestos vacantes

Una ingeniera informática trabaja junto a su ordenador.
Una ingeniera informática trabaja junto a su ordenador.ThisIsEngineering
Nacho Meneses

No se trata de algo abstracto ni lejano en el tiempo: los perfiles laborales vinculados a la economía digital están ya transformando la forma en que trabajamos y nos comunicamos, y su alcance llega a prácticamente todos los ámbitos. Según Infojobs, la demanda de puestos informáticos aumentó el año pasado un 21 % y, sin embargo, el 47 % de las empresas españolas tuvo problemas para cubrir estas vacantes. Por eso, urge más que nunca poner el foco en la formación de los futuros profesionales: un reciente estudio de Deloitte concluye que, de cara a 2030, España debe triplicar los profesionales de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC), pasando de los 730.000 actuales a 2.120.000, para cumplir con los compromisos de la Década Digital Europea. Un impacto de futuro que se hace también notar en el presente: las compañías reconocen que podrían crear un 20% más de empleo en áreas tecnológicas si hubiera más perfiles de programadores y desarrolladores, según un estudio de la Fundación VASS.

Ahora bien, ¿qué perfiles son y serán los más buscados por las empresas? “A corto plazo, nuestras pymes, que son el 98 % de las empresas españolas, necesitan técnicos básicos en digital y tecnología. Desde montadores de tiendas de comercio electrónico, especialistas en campañas de publicidad digital y creadores de aplicaciones de escritorio o móviles a gestores de soluciones como Salesforce, administradores de webs con conocimientos de SEO y analítica, analistas de datos y técnicos en conversión (CRO)”, explica Juanjo Amorín, CEO de la escuela de profesiones digitales EDIX. Pero son muchos más: a medio plazo, añade, se precisan profesionales de la ciberseguridad, la inteligencia artificial, la nube y el Big Data; y a largo plazo, creadores digitales y desarrolladores para el metaverso y especialistas en tecnología Blockchain.

De lo que no hay duda es de la importancia que tendrán, en el futuro, los expertos en programación, ya sea para el desarrollo web o de videojuegos, aplicaciones, redes sociales o realidad virtual. En mayor o menor medida, están presentes en cualquier ámbito de la nube, aunque su labor cambia según el área de trabajo. “En el desarrollo web, por ejemplo, los programadores crean y mantienen aplicaciones web como Facebook o Instagram, lo que implica trabajar con código para crear la funcionalidad y el aspecto deseados para cada sitio; mientras que los analistas de datos toman decisiones basadas en la información disponible a nivel estadístico”, sostiene Alejandro Rodríguez, profesor de Desarrollo Web de Ironhack. Esto puede implicar la escritura de código para automatizar el proceso de recopilación y análisis de datos, y el desarrollo de métodos para visualizarlos de una forma fácilmente entendible.

La programación, el lenguaje del futuro

Pero la importancia de la programación no se limita solo al mercado laboral. Aprender a programar, precisa Rodríguez, te ayuda a entender la tecnología y, por extensión, el futuro, sin olvidar que “los programadores ya tocan hoy en día casi todos los aspectos de nuestras vidas, desde las aplicaciones que utilizamos en nuestros móviles hasta las formas de interactuar con las empresas y los gobiernos”. La llegada de la inteligencia artificial y el aprendizaje automático ha hecho que muchas tareas antes realizadas por el ser humano estén ahora manejadas por ordenadores, lo que lleva a pensar que, si esta tendencia continúa, aquellos que sepan programar tendrán cada vez un papel más relevante en la sociedad.

La introducción temprana de la programación en los itinerarios educativos tiene, además, numerosos beneficios en el aprendizaje de los más jóvenes: estimula su creatividad, desarrolla el pensamiento estructurado y lógico, mejora su capacidad de análisis, razonamiento y trabajo en equipo, y refuerza sus habilidades numéricas, entre otros. El Programa Código Escuela 4.0, que se pone en marcha este curso académico, incluirá clases de pensamiento computacional, programación y robótica en las aulas y afectará a casi cuatro millones de alumnos de Educación Infantil y Primaria, para extenderse a Secundaria a partir del curso 2023-2024 (casi seis millones más).

“Aprender a programar es como aprender un nuevo idioma. Cuanto más jóvenes, más sencillo les resulta... Sabiendo programar será más fácil que comprendan el mundo que les rodea y que adquieran habilidades cada vez más demandadas en el ámbito laboral”, afirma Javier Arroyo, fundador de Smartick. La startup española, enfocada en mejorar las competencias matemáticas y lectoras de los jóvenes, ha desarrollado también el módulo Smartick Coding, para que los menores se inicien en la programación y el pensamiento computacional de una manera más lúdica.

¿Cómo aprender a programar?

Para convertirse en profesional de la programación hay dos opciones principales: por un lado, la de la formación reglada universitaria, como un grado o máster en Ingeniería Informática o de Sistemas o en Big Data e Inteligencia Artificial; y la de los bootcamps o cursos intensivos, que proporcionan, en un breve periodo de tiempo (generalmente entre dos y seis meses), los conocimientos básicos de programación necesarios para incorporarse al mercado laboral dentro de una amplia variedad de perfiles técnicos: desarrollo web, diseño UX/UI, ciberseguridad, marketing digital, creador de contenidos digitales, comercio electrónico o SEO, entre muchos otros. Unas opciones formativas en manos de escuelas digitales como Ironhack o EDIX, y que en algunos casos vienen incluso equipados con una bolsa de empleo. En el caso de EDIX, por ejemplo, han puesto en marcha una superbeca que, a partir del mes de octubre y en colaboración con varias empresas, posibilita que los estudiantes realicen el curso afrontando solo un 25 % del coste de la matrícula, y que tengan trabajo garantizado al terminar de formarse.

En el caso de optar por uno de estos bootcamps tecnológicos, es importante recordar que se trata de formaciones intensivas que exigen una dedicación y esfuerzo relevantes. Tanto Ironhack como EDIX coinciden en señalar que no es imprescindible tener conocimientos previos, más allá de una base en lógica y “una pasión por aprender, curiosidad tecnológica, ser incansables al cambio constante y que piensen que todo es posible”, esgrime Amorín. Desde Ironhack, no obstante, ofrecen una serie de consejos:

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Sobre la firma

Nacho Meneses
Coordinador y redactor del canal de Formación de EL PAÍS, está especializado en educación y tendencias profesionales, además de colaborar en Mamas & Papas, donde escribe de educación, salud y crianza. Es licenciado en Filología Inglesa por la Universidad de Valladolid y Máster de Periodismo UAM / EL PAÍS

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