Retos y promesas de los criptoactivos
Solo el euro y el yuan representan alternativas futuras a la hegemonía del dólar, pero no por las versiones digitales de sus monedas, sino producto de la fortaleza de sus economías y la solidez de sus instituciones
Con el fin de regular y desarrollar ordenadamente el uso de criptoactivos, el presidente Joe Biden ha pedido a varias agencias federales elaborar los estudios necesarios para actuar de forma comprensiva y coordinada ante estos mercados. Muchos han visto este anuncio como una respuesta rápida de EE UU para prevenir que Rusia esquive las sanciones impuestas por Occidente. Pero lo cierto es que ha sido un paso esperado, y nada precipitado, tras los diversos intentos de las agencias norteamericanas por regular de manera independiente las numerosas aristas de un mercado altamente complejo. El anuncio ya enumera varios de los riesgos que habría que erradicar o mitigar (como los posibles perjuicios a consumidores e inversores, la desestabilización financiera o la facilitación del lavado de dinero), al mismo tiempo que reconoce las promesas que este tipo de activos alberga (como la inclusión financiera, su potencial innovador y el fortalecimiento de la competitividad).
La orden firmada por Biden incluye un detallado cronograma para la entrega de los distintos informes, con plazos que van de pocos meses a un año como máximo. Aunque el tiempo no es mucho, los distintos análisis ya cuentan con trabajo previo. Sin ir más lejos, el Consejo de Estabilidad Financiera publicó el mes pasado un informe identificando futuros riesgos a la estabilidad financiera global, invitando a los países miembros a coordinar una respuesta antes de que estos mercados adquieran un tamaño crítico.
Biden también solicitó un análisis del dólar digital, informe que cuenta igualmente con amplios precedentes. Son 40 los países que hoy desarrollan, o ya han implementado, versiones digitales de sus monedas, con otras 40 economías estudiando dicha posibilidad (incluida aquí la Unión Europea). Y dentro de EE UU, la Reserva Federal publicó en enero un primer estudio de un hipotético dólar digital, iniciando junto al MIT la exploración de las posibles tecnologías que lo sustenten (proyecto Hamilton).
Así, EE UU acelera el paso para hacer frente al mundo de criptoactivos. Lo hace de manera coordinada, haciendo gala de serenidad frente a los que vaticinan la muerte del dólar a manos de alguna moneda digital. Una actitud correcta del Gobierno norteamericano, pues existe un amplio consenso de que la actual hegemonía del dólar no deriva de una mejor tecnología de sus billetes, más bien de otros dos factores: ser la moneda de curso legal de la economía más grande del planeta y las credenciales antiinflacionistas de su institución emisora. Solo la Unión Europea y China presentan alternativas que pudiesen en un futuro romper dicha hegemonía. Y no, no sería debido a versiones digitales de sus respectivas monedas, sino producto de la fortaleza de sus economías y la solidez de sus instituciones.
Alejandro Neut, de BBVA Research.
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