Cinco militares españoles heridos en un ataque cerca de la base iraquí de Diwaniya
Los soldados regresaban de una patrulla de vigilancia cuando les lanzaron una bomba desde un edificio.- Su estado no reviste gravedad.- Dos iraquíes han sido detenidos por la policía
Cinco militares españoles y el traductor iraquí que les acompañaba han resultado heridos hoy al ser atacados con un artefacto explosivo lanzado desde un edificio cuando regresaban a la Base España en Diwaniya tras una misión de vigilancia, según ha informado el ministerio de Defensa. Ninguno de los militares ha sufrido lesiones de gravedad, aunque cuatro se encuentran aún bajo observación, y el otro ha sido dado de alta.
El alférez José Javier Contreras Navarro ha resultado herido de metralla en el muslo derecho, la mano y el pie izquierdo, y sufre además una herida incisa en el labio superior. El sargento Sebastián Santisteban Peña Sergio del Cristo sufre heridas múltiples de metralla en el muslo izquierdo. El cabo Sergio Ramos Miguel, una herida de metralla en la pierna izquierda. El cabo César Pérez Gemio, una erosión en la ceja derecha. Y el soldado Francisco Galán Estega y el intérprete iraquí Amar Ibrahim Fata, un traumatismo sonoro sin heridas.
Dos iraquíes detenidos
Los militares heridos, que forman parte de la Brigada Plus Ultra II, regresaban a pie a la base con el apoyo y escolta de dos vehículos blindados cuando fueron alcanzados por un artefacto explosivo lanzado desde un edificio próximo. La policía ha detenido a dos iraquíes "sospechosos del ataque". El ministro de Defensa, Federico Trillo-Figueroa, "se mantiene en permanente contacto" con el general jefe de la Brigada, Fulgencio Coll, y "ha informado de los hechos" al presidente del Gobierno, José María Aznar.
El Ejecutivo español autorizó el año pasado el envío de un contingente de hasta 1.300 soldados a Irak para contribuir a la estabilización y reconstrucción del país tras la caída del régimen de Sadam Husein. La misión de las tropas españolas, asignadas a la zona centro-sur del país bajo mando polaco, era en un principio dar seguridad a la población mediante la realización de patrullas y controles de carretera, o como mucho enfrentarse a las mafias y bandas de delincuentes. Sin embargo, en los últimos meses han tenido que asumir además la labor de limpiar las bolsas de resistencia armada en la zona, una misión hasta entonces de las fuerzas estadounidenses, para lo que sólo cuentan con el apoyo adicional de la policía iraquí.
Despliegue hasta julio
El despliegue español comenzó el 12 de julio de 2003, y en principio fue autorizado hasta el 30 de diciembre de ese año, aunque con posterioridad ha sido prorrogado por el Gobierno hasta el 30 de junio de 2004. Los 1.300 soldados asignados en la actualidad forman parte de la Brigada Plus Ultra II, junto con otros 1.200 militares de cuatro países centroamericanos (Nicaragua, El Salvador, Honduras y República Dominicana). Su ámbito de actuación se circunscribe a las provincias de Al Qadisiya y An Najaf, de población mayoritariamente chií.
La Brigada Plus Ultra II se encuentra en alerta máxima desde los atentados que el pasado 27 de diciembre costaron la vida en Kerbala a tres soldados búlgaros y uno tailandés (bajo mando polaco, como los españoles). Ello significa que cualquier patrulla debe contar con un mínimo de dos vehículos y sus integrantes llevan siempre las armas montadas. Además, el perímetro de Base España se ha reforzado con bloques de hormigón para impedir el acceso de un coche bomba, y es obligatorio llevar casco y chaleco antibalas para circular entre edificios en el interior del acuartelamiento de Nayaf.
11 muertos españoles
La mayoría de las víctimas españolas en Irak (salvo el sargento Luis Puga, que murió el 26 de octubre en Diwaniya por el disparo accidental de un compañero) han muerto lejos del cuartel. Siete agente del servicio secreto CNI perdieron la vida en una emboscada al sur de Bagdad el 29 de noviembre. Antes, el 9 de octubre, su compañero José Antonio Bernal había sido asesinado en su domicilio de Bagdad. El capitán de navío Martín-Oar murió en el atentado contra la sede de la ONU el 19 de agosto, también en la capital del país. Y la última víctima mortal, el comandante de la Guardia Civil y asesor de seguridad de la Brigada Gonzalo Pérez García, falleció en España tras ser traslado en coma irreversible desde Irak; había recibido un balazo en la cabeza el 22 de enero mientras participaba con la policía iraquí (era el enlace en esta cooperación) en una operación antiterrorista en Al Hamza, a 40 kilómetros al sur de la base española.
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