Furaco y Tola, separación en septiembre
La osa será trasladada al cercado del Monte Fernanchín para que pase sola el periodo de hibernación
La convivencia entre la osa Tola y Furaco, el oso del parque de Cabárceno (Cantabria) con el que lleva meses compartiendo recinto para intentar la reproducción, tiene los días contados. Aunque habrá que esperar hasta mayo para saber si Tola ha tenido crías, la osa pasará sola el periodo de hibernación en el cercado del Monte Fernanchín, situado en el concejo de Santo Adriano (Asturias). El motivo es prevenir que la hermana de Tola, Paca, pueda matar a los posibles oseznos. El futuro hogar en el que Furaco y Paca hibernen se decidirá en septiembre.
No es la primera vez que Furaco intenta dejar embaraza a Tula o a Paca. Ya lo hizo el año pasado, pero las hembras le rechazaron, lo que no ha sucedido este año. Es una buena noticia dado que la perpetuación del oso pardo depende en gran parte de estos tres ejemplares.
Así lo han decidido hoy representantes de la Consejería asturina de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio e Infraestructuras, de la Fundación Oso de Asturias, y del equipo de científicos que asesoran al programa de reproducción de las osas Paca y Tola, que han mantenido un encuentro para decidir su futuro inmediato. Los asistentes ha constatado el éxito y el buen desarrollo del programa hasta la fecha, ya que, al haberse producido montas a la osa Tola durante estos meses, puede ser que esté embarazada.
Otras ventajas
El equipo de científicos opina que, tanto en un proceso poco habitual en plena naturaleza como en aquellos animales que se crían en cautividad, existe un riesgo de depredación entre las hembras que no han parido crías. Ante estos hechos, se ha decidido que no se debe reforzar la relación entre las dos osas.
La viceconsejera de Medio Ambiente del Principado de Asturias, Belén Fernández, ha destacado que "aunque la razón fundamental para el traslado de la osa es ese riesgo de depredación por parte de su hermana hacía las posibles crías, existen otra serie de ventajas que aconsejan ese proceder, como el mayor espacio de territorio para reconocer nuevamente, ya que lo conoce y hay una mayor cantidad de comida en esa zona".
Desde la Fundación Oso Pardo de Asturias, Carlos Zapico ha puntualizado que "si hubiese gestación la implantación embrionaria se produciría en noviembre, y el parto de estos animales suele ser en enero, permaneciendo en la osera hasta el mes de mayo, fecha en que las crías ya han adquirido mayor tamaño y volumen para salir al exterior".
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