Gallizo insta a los funcionarios de prisiones a denunciar cualquier irregularidad

La secretaria general de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, ha requerido a los funcionarios de la prisión Madrid I (Alcalá de Henares) a colaborar con la inspección y a denunciar cualquier irregularidad de la que tengan conocimiento. Ante las informaciones de que en la cárcel se habían producido juergas con alcohol entre funcionarios y reclusas e intercambio de favores sexuales , Gallizo ha insistido en que los hechos están aún bajo investigación, pero que la política del departamento es de "absoluta contundencia y mano dura"

Hasta ahora, dos funcionarios han sido expedientados y suspendidos de forma cautelar por "comportamientos inaceptables" y "de extrema gravedad", según explicó Gallizo en conferencia de prensa. Mientras, la cúpula de la prisión -el director, José Luis Cuevas, el subdirector de seguridad y el administrador- ha sido destituida por no responder "con la debida celeridad" tras conocerse los incidentes.

La responsable de prisiones conocía la existencia de irregularidades en Madrid I desde finales de 2009, aunque de forma verbal. Sin embargo, no se actuó hasta que, a principios de enero, una funcionaria denunció un incidente concreto por escrito a la dirección del centro: la pasada Nochevieja, un trabajador introdujo alcohol en la prisión y lo consumió con varias internas.

El segundo incidente, conocido también a raíz de una denuncia, se produjo en abril, cuando otro funcionario entró de noche en una celda donde había dos internas, "y permaneció ahí un tiempo prolongado", según Gallizo. "No descarto que se haya producido nada", respondió la secretaria general a la pregunta de si habían mantenido relaciones sexuales. Sí dijo que, según los datos iniciales, no había constancia del manejo de drogas por funcionarios. "Lo que sucedió lo determinará la investigación", repitió. Ambas reclusas han sido trasladadas del centro, según la responsable de prisiones.

Gallizo pidió la colaboración de todos los funcionarios, "en especial, a los que hacen declaraciones sin identificarse", para que pongan en conocimiento de los servicios de inspección penitenciarios los intercambios de favores sexuales u otras irregularidades. De hecho, aseguró que había decidido suspender de forma cautelar a los expedientados, antes incluso de acabar la investigación, porque aparte de los hechos conocidos a través de los inspectores, había recibido también informaciones creíbles "directamente de algún funcionario".

"Preferimos arriesgarnos tomando medidas preventivas" antes de que la persona investigada siga en contacto con las internas, dijo la secretaria general, que explicó que se trata de la acción más contundente que el reglamento permite. Gallizo, que solicitará una comparecencia en el Congreso para explicar los hechos, subrayó que se trata de "actuaciones individuales" que no deben "empañar el buen nombre" de los más de 25.000 funcionarios de la institución.

"Debemos ser ejemplares en nuestro comportamiento", dijo la secretaria general, que advirtió que "quien no lo sea, tendrá su merecida respuesta". Dentro de esta política, Gallizo justificó la destitución de la cúpula de Madrid I en que no habían actuado con la "celeridad debida" ni con "el altísimo nivel de exigencia" propio de Instituciones Penitenciarias ante la sospecha de conductas irregulares.

Por su parte, el ex director de la prisión, José Luis Cuevas, negó en declaraciones a la Cadena Ser que hubieran reaccionado tarde, pues pusieron los hechos en conocimiento de Instituciones Penitenciarias en cuanto recibieron denuncia de los mismos. Cuevas achacó las destituciones a la desesperación de Gallizo ante el "ruido mediático