Erasmus se crece en tiempos de crisis
Los programas de movilidad, aún por aprobar, tendrán 18.000 millones entre 2014-2020 Las becas para universitarios crecen un 85% con respecto al anterior presupuesto La iniciativa se votará en el Parlamento en abril y deberá ser ratificada por el Consejo
“Yo siempre tuve la semillita de querer irme a vivir fuera de España y supongo que tener una buena experiencia como el Erasmus hace que esa semilla florezca y se haga planta. Te hace sentir que las barreras o las fronteras no existen”. Las palabras de María Sánchez, malagueña de 26 años y que hace seis disfrutó de esta beca en la ciudad holandesa de Groningen, reflejan la esencia de este programa de movilidad que, tras un cuarto de siglo de vida, ha sido reforzado por la Unión Europea dentro de una iniciativa que engloba los convenios similares existentes.
La nueva propuesta, que aleja la sombra de los recortes del programa Erasmus —el pasado mes de octubre se puso en entredicho su continuidad ante la falta de liquidez para cubrir las becas de este curso—, permitirá que más de cinco millones de personas disfruten de esta experiencia los próximos siete años, según los cálculos de la Comisión. La iniciativa, que contará con una inversión de 18.000 millones de euros entre 2014 y 2020, se someterá a votación en el pleno del Parlamento Europeo en abril y deberá ser ratificada por el Consejo.
Erasmus, en cifras
• Número de becados: Casi tres millones de alumnos en sus 25 años. Para 2012-2013, la Comisión Europea calcula que 270.000 estudiantes disfrutarán de la ayuda.
• Beca: Para el curso 2012-2013, la UE aporta una cuantía de 110 euros mensuales por alumno. La ayuda del Ministerio de Educación español oscila entre los 100 y los 185 euros. La partida de las autonomías varía según la comunidad (por ejemplo, hasta 200 euros en Cataluña o 272 en Andalucía).
• Requisitos: Los criterios de selección más habituales son el expediente académico y el nivel de idioma, además de la motivación.
• Países participantes: Junto a los 27 miembros de la UE, colaboran Croacia, Suiza, Islandia, Noruega, Turquía y Liechtenstein.
• Destinos: España es el país que más estudiantes envía y recibe. Según los datos del periodo 2010-2011, acogió 37.432 alumnos y se marcharon 36.183. En el segundo puesto está Francia que envía 31.747 y recibe 27.722. En la otra cara, se encuentra Croacia, que recibió 13 estudiantes.
Aún por bautizar —la Comisión de Educación del Parlamento propone Yes Europe frente a Erasmus for All de la Comisión Europea—, la partida para los próximos siete años crece en 7.000 millones (casi un 70%), ya que la cantidad para 2007-2013 era de 11.300 millones. El incremento presupuestario más significativo se registra en el buque insignia de estos intercambios: las becas a universitarios, que aumentan un 85% hasta los 1.100 millones anuales.
La opinión sobre la importancia de este programa de María Sánchez, que actualmente trabaja como periodista en Uruguay, es compartida por la mayoría de erasmus consultados para este reportaje. Estos estudiantes aseguran que la desaparición de esta beca habría sido “un grave error”. “Erasmus ha permitido saltar los cerrojos de las fronteras en materia universitaria, ha facilitado el intercambio y, sobre todo, ha conseguido crear una visión correcta de lo que es Europa: una integración muy compleja. Es un programa tan importante que dudo que desaparezca algún día", afirma Manuel Marín, "padre, madre y tía" del programa Erasmus. Marín fue comisario europeo de Educación cuando la UE dio luz verde al proyecto.
A la hora de hacer la maleta, los motivos para marcharse van más allá de perfeccionar un idioma, conocer la cultura del país o salir de fiesta. "En mi opinión, la arquitectura portuguesa es una de las mejores de Europa. Estar en esta universidad me va a ayudar a adquirir esa sensibilidad por la profesión", reconoce José Manuel Ruiz, malagueño de 23 años que cursa Arquitectura en Guimarães, al norte del país. "Estudio Traducción e Interpretación, para mi aprendizaje es necesario salir y vivir en otros países", apunta la vallisoletana Cristina Alonso, que está de Erasmus en la ciudad alemana de Colonia. Para Marín, las razones para irse a estudiar fuera sobran. "Viajar, vivir en otro país, en otra cultura, con otras personas es también una forma de formarse. Te da una visión del mundo más abierta y mucho más cosmopolita”, apunta el excomisario.
En sus 25 años de existencia, el número de erasmus ha ido en aumento hasta alcanzar los tres millones de becados. De los 3.244 alumnos que en 1987 se lanzaron a la aventura a los 249.764 del curso pasado. Este crecimiento ha ido acompañado de un incremento del presupuesto para el programa. Solo en España, se ha pasado de los casi 14,7 millones de euros del curso 2003-2004 a los más de 51,7 millones para el periodo 2013-2014. “La ayuda pretende contribuir a los gastos adicionales a los habituales que puede tener el estudiante en su país de origen, no busca que cubra todos los gastos de su estancia. Los estudiantes no pagan ninguna tasa de matrícula en la universidad de destino, ya que lo hacen en su universidad de origen”, asegura el director del departamento de Erasmus del Ministerio de Educación español, José Manuel González.
Precisamente de lo que más se quejan los alumnos, junto al “excesivo” papeleo, es de la escasa ayuda que perciben de la UE —en el curso 2012-2013 es de 110 euros—. “Portugal es bastante más caro de lo que la gente se piensa. El aumento de los impuestos por la crisis ha disparado los precios. Creo que va a ser bastante complicado llegar con la beca a final de cuatrimestre”, afirma el estudiante de arquitectura malagueño. “Con el dinero que recibimos no se puede vivir. En mi caso, tengo mucha suerte de tener alojamiento con un precio más que razonable que, al menos, lo cubre parte de la beca”, afirma la vallisoletana que está de Erasmus en Colonia. En esta misma situación se encuentra Enrica de Marco, italiana de 21 años que cursa Derecho en Madrid. "Apenas recibo 200 euros de beca, solo el alquiler me cuesta 380. Si no fuera por la ayuda de mis padres no podría costearme vivir fuera", asegura.
También existen los miedos a no saber adaptarse a la vida del país o a no dominar el idioma, que se unen a la incertidumbre de desconocer cómo se desarrollan las clases en las universidades de destino —dependiendo del centro, las materias pueden impartirse en la lengua nacional, en la cooficial o, incluso, en otra distinta, como es el inglés— y si tendrán problemas a la hora de convalidar las materias. “Me arrepiento de haber cursado asignaturas que me gustaría haber estudiado en España. Deberían ser más rigurosos a la hora de convalidar las asignaturas troncales”, afirma Guillermo Ruenes, santanderino licenciado en Derecho y Periodismo y que estuvo de Erasmus en la ciudad italiana de Bolonia. "En España las clases son más teóricas y los exámenes, en su mayoría, son por escrito. En Italia, todos son orales", señala De Marco. “Las clases son más productivas que en España y requieren una alta participación de los alumnos. Son absolutamente prácticas”, asegura Alonso.
La mayoría de los consultados afirma que, gracias a este programa, se sienten más europeos y que ha supuesto el salto para animarse a vivir más allá de España. “Si no hubiese estado en Italia", señala Ruenes, "nunca habría tenido el gusanillo de seguir formándome fuera y no me habría atrevido a irme a estudiar a México un año después o a irme a hacer unas prácticas a China”.
Radiografía del nuevo plan
El nuevo programa aúna los diferentes convenios de movilidad que ofrece la Unión Europea:
•Erasmus: para los universitarios
•Erasmus Prácticas: para universitarios y licenciados
•Grundtvig: para la educación de adultos
•Leonardo da Vinci: para estudiantes de formación profesional
•Erasmus Mundus: para estudiantes y profesores fuera de la UE
•Comenius: para la educación escolar
•Juventud en Acción: de cooperación juvenil
En cuanto a su presupuesto, el programa contempla destinar anualmente 1.100 millones para becas a universitarios (85% más que en años anteriores), 259 millones de euros para universitarios fuera de la Unión Europea (aumento del 17%), 500 millones de euros para hacer prácticas en empresas de otros países para jóvenes y adultos (aumento del 50%) y 34 millones para actividades relacionadas con el deporte, no subvencionadas hasta el momento.
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