La conquista de la charla
Desde el paso del ordenador al móvil, la mensajería inmediata como WhatsApp ha ganado terreno y, aunque mantiene su posición dominante en España, otras aplicaciones tratan de llevarse a los usuarios a su terreno incorporando novedades
Una de las ventajas de que los jóvenes marquen la pauta del mundo digital es que tienen las cosas claras. A Álex le pasa. “Me aportan más las tonterías que me digan mis amigos que las tonterías que le digan mis amigos al mundo en general”. Álex tiene 20 años; primero fue un asiduo de Facebook como sus compañeros de instituto, y luego, un parroquiano de Twitter como sus colegas de Periodismo. Pero de eso hace siglos (o un año, en tiempo de adulto). Ahora ha reducido su vida 2.0 a WhatsApp, la ubicua aplicación que manda mensajes gratuitos de smartphone a smartphone. “No sé cuánta gente hay como yo. Solo sé que desde que dejé Twitter hace cuatro meses, WhatsApp es lo más parecido a una red social que uso. Y la uso constantemente”, ahonda.
Álex personifica el fenómeno que está transformando Internet. Desde 2010, cuando la Red pasó del ordenador al móvil, el enfebrecido auge de las redes sociales se ha visto eclipsado por la mensajería inmediata y personalizada. WhatsApp es el buque insignia del género en España: el 84% de los dueños de un smartphone lo usan a diario, según un estudio realizado por la consultora The Cocktail junto con Zenith Seguros. Un 28% más que en 2011. Todo en detrimento de las redes sociales clásicas. “WhatsApp es personal y, por tanto, auténtico y adictivo”, explica Felipe Romero, uno de los autores del estudio. “Facebook es cada vez más publicitario, y Twitter, genérico. Han perdido el mimo del usuario”.
Transiciones así suelen ser antesalas de un boom, dado lo infiel del público digital. “Hay un momento de euforia que luego pasa”, prosigue Romero. “Le ocurrió al Messenger en los noventa, a Facebook la década pasada y le ocurrirá a WhatsApp. Así, hay una plétora de aplicaciones con nombres floridos –WeChat, KakaoTalk, Imo, TextPlus– que buscan rizar el rizo del mensaje. Conquistar, en definitiva, la conversación privada.
Arjun Sethi llevaba cinco años trabajando en empresas de Silicon Valley cuando decidió crear la mejor plataforma de mensajería. El resultado fue MessageMe, una de las aplicaciones más completas del año. Se lanzó en marzo y tiene cinco millones de usuarios enviando 1.500 mensajes por segundo en todo el mundo. Si el éxito reside en colonizar parcelas emocionales en la mente del usuario, como hizo WhatsApp con la cercanía, MessageMe abre todos los frentes: además de intercambiar las palabras que antaño conformaban una conversación, permite aderezarlas con vídeos de YouTube, imágenes de Google y canciones sin cambiar de aplicación. También se pueden enviar dibujos realizados con el dedo. WhatsApp es el verbo desnudo y funcional; MessageMe pone todo Internet al servicio de una conversación.
Trascender el verbo permite, de paso, afrontar el talón de Aquiles del sector: la financiación. Por cada millón de personas que usan una aplicación concreta, solo hay una docena dispuesta a pagar por ello. Sethi espera que la venta de emoticonos adicionales le dé los réditos que rechaza de los anunciantes.
Esta euforia por la comunicación inmediata es una versión online de la fiebre del SMS que vivió Estados Unidos la década pasada y Japón en los noventa. En todos los casos lo protagonizan los jóvenes. “El SMS fue revolucionario para los adolescentes porque tenían un espacio mucho más limitado que los adultos en el que mantener conversaciones privadas”, explica Mimi Ito, antropóloga cultural de la Universidad de California. Los adolescentes son dados a crear sus propios códigos. Con la mensajería crearon el escudero virtual, esa persona con la que se mantiene una conversación sin principio ni final sobre las minucias del día a día. Ahora, el futuro del sector depende de novedades autóctonas que hagan de las nuevas aplicaciones algo indispensable. Si es demasiado tarde para que el usuario se interese por algo más que palabras, todo se quedará en burbuja.
Todo depende, como siempre, de cómo respondan los consumidores. “En los mensajes, absolutamente todo tiene significado personal”, sentencia Jason Hreha, asesor de psicología de usuarios para la consultora 500 Startups. “Han dejado de ser recados para ser piezas compartidas de emoción”.
Line
El WhatsApp asiático que barrió Japón en menos de dos años alcanzó los cien millones de usuarios en enero, justo cuando abrió sus oficinas en Estados Unidos. En julio de 2012, la muy opaca empresa que lo creó, la surcoreana Naver, filtró que generaba unos cuatro millones de euros al mes en la venta de stickers. En España, su agresiva campaña de publicidad busca poner fin al predominio de WhatsApp. Disponible para iPhone, Android y Windows.s.
Pinger
La aplicación que habla con el resto de aplicaciones. Una forma de evitar los problemas de compatibilidad entre diferentes usuarios (“¿No usas WhatsApp?”), es la mejor aliada de las operadoras, que en 2013 perdieron 23.000 millones de dólares con los mensajes gratuitos. Esta alquila sus líneas para el envío de SMS a móviles que no sean smartphones y recupera la inversión en publicidad. Disponible para iPhone, Android y Windows.
No solo se incluyen los consabidos mensajes y las llamadas. También permite compartir información con un amigo que se tenga físicamente cerca con el simple gesto de sacudir el móvil como un salero. Basta con activar la función de geolocalización para descubrir qué amigos están por la zona. Disponible para iPhone, Android y Windows.
textPlus
La veterana más famosa del lugar por sus mensajes en grupo, que no necesitan que un móvil sea un smartphone para llegar sin problemas. También permite el envío de fotografías y notas de voz. Disponible para iPhone, Android y Windows.
MessageMe
La niña bonita. Tras su lanzamiento en marzo, ya tiene un millón de usuarios enganchados a lo simple que resulta realizar una conversación compleja: sin salir de la aplicación se pueden incrustar y reproducir vídeos de YouTube, enviar fotos o dibujar sobre ellas, enviar garabatos o conectar la geolocalización a FourSquare. Disponible para Android y iPhone.
KakaoTalk
La apuesta comercial más osada. Esta aplicación recompensa al usuario que añada marcas como contactos con stickers y emoticonos que enviar gratis a amigos con cualquier tipo de móvil y que usen cualquier sistema de mensajería. Incluye filtros para la voz durante las llamadas (también gratis). Disponible para iPhone, Android, BlackBerry, Bada y Windows.
imo
Permite escribir a los amigos que se tengan en las redes más populares: Facebook Chat, Google Talk, Skype… A cambio, requiere sincronizar la cuenta. Se pueden realizar llamadas online gratis y organizar chats en grupo. Disponible para iPhone, iPad, Android, BlackBerry y Nokia.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.