11 fotosEl legado del ‘obispo de la silla de ruedas’Programas y centros de formación creados por un jesuita español suplen el deficiente sistema educativo para discapacitados en Camboya, donde la sociedad los margina 14 may 2015 - 11:11CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceSam Kung, de 30 años, aprende a coser en uno de los talleres de formación para discapacitados del centro, donde también realizan labores domésticas para no depender de nadie.Ángel L. Martínez CanteraEm Na atiende talleres de electrónica. Se casó hace poco y le dijo a su mujer que entendería si ella busca a alguien que la pueda mantener durante el tiempo que él pasará en Banteay Prieb. Ella le prometió que le esperaría.Ángel L. Martínez CanteraBantey Prieb fue el segundo centro de formación para discapacitados creado en Camboya y uno de los dos que continúan activos. En la actualidad, 111 discapacitados físicos y mentales residen allí, 22 de ellos mujeres.Ángel L. Martínez CanteraPrum Sapia, de 28 años, corta patrones en el taller de costura en el centro. Ella es también la instructora del curso.Ángel L. Martínez CanteraA Tani Nat, de 21 años, se le paralizó el lado derecho del cuerpo a los 12. Sólo estuvo un mes en el hospital por falta de recursos. Camboya invierte muy poco en salud y el sistema no está preparado para la discapacidad.Ángel L. Martínez CanteraMás de 1.500 jóvenes han aprendido oficios como costura, cerámica, mecánica o electrónica desde su creación en 1991. Los alumnos asisten a los diferentes talleres hasta que se incorporan al mercado laboral.Ángel L. Martínez CanteraEn los talleres del centro se empezó a producir la única silla de ruedas adaptada a la superficie irregular de la región del sureste asiático. La ‘silla del Mekong’ se fabrica ahora en países como Indonesia, Sri Lanka y Bangladesh.Ángel L. Martínez CanteraLos jóvenes que conviven en el Centro de Banteay Prieb aprovechan sus horas libres para disfrutar del deporte al aire libre.Ángel L. Martínez CanteraEl padre Kike ha dedicado su vida a los discapacitados camboyanos. Primero en los campos de refugiados, luego en Banteay Prieb y ahora en Battambang. Su labor le ha merecido el sobrenombre del ‘obispo de la silla de ruedas’.Ángel L. Martínez CanteraEl proyecto de educación en pueblos aislados asiste a 1.600 niños de 16 colegios de aldeas de difícil acceso. El 80% de la población camboyana vive en las zonas rurales.Ángel L. Martínez CanteraEl programa combina salarios dignos con la preparación de maestros locales. El sueldo de un profesor en Camboya es muy bajo y los maestros no van a clase, más aun en zonas de difícil acceso donde el control institucional es menor.Ángel L. Martínez Cantera