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La herida armenia El Gobierno de Turquía sigue negando oficialmente que la deportación y muerte de más de un millón y medio de armenios en 1915 constituya un genocidio. Pero el debate se ha abierto en la sociedad turca, algo impensable hace pocos años. Hoy, en el centenario de aquella tragedia, ya se habla públicamente de la herida armenia. Este es un recorrido por la memoria de la matanza a través de los descendientes de quienes sobrevivieron al Meds Yeghern. Trono eclesial de la iglesia de Surp Giragos (siglo XIX) de Diyarbakir, al sureste de Turquía. Este es uno de los templos armenios más grandes de Oriente Próximo. Andrés Mourenza El señor Musa reside en Vakifli, provincia de Hatay, al sur de Turquía, la única localidad exclusivamente armenia que queda en el país. En 1915, Vakifli y otras aldeas armenias de los alrededores resistieron durante más de 40 jornadas en la cima de Musa Dag (la montaña de Moisés) los intentos otomanos de deportarlos, hasta que un barco francés los rescató. Andrés Mourenza Un armenio, un musulmán suní y un musulmán chií juegan a las cartas en un café de Vakifli (al sur de Turquía), el único pueblo exclusivamente armenio que queda en Turquía. Andrés Mourenza Tatul Anusyan, presidente del consejo espiritual del Patriarcado Armenio de Constantinopla, posa junto a los retratos de varios patriarcas en la iglesia de Surp Vartanants, en Estambul. Andrés Mourenza El padre de Irag Vardjavedian nació en Maras (sur de Turquía), pero fue deportado en 1915. Vardjavedian reside hoy en Estados Unidos y posa, durante la conmemoración del centenario del comienzo del genocidio armenio, con un retrato de su padre y sus tíos tomado en un orfanato libanés en 1920. Andrés Mourenza En la imagen de la derecha, un armenio pasea por Vakifli. Andrés Mourenza