Las ayudas del Gobierno
La pregunta es si al tragarnos toda esa basura nos estamos tragando también una concepción del mundo
La pregunta es si al tragarnos toda esa basura nos estamos tragando también una concepción del mundo, si detrás del dióxido de nitrógeno o el ozono troposférico hay una ideología, una filosofía económica, una doctrina, en fin, que nos administran y nos administramos dócilmente por vía oral, como un jarabe. La fotografía se obtuvo en Madrid en los días previos a la Cumbre sobre el Clima celebrada en París y que, francamente, no logré seguir por déficit de atención, aunque supongo que se resolvería, como todas, en mucho ruido y pocas nueces. La masa oscura que se aprecia a lo lejos (conocida como “boina”) es la suma de partículas ultrafinas, de un diámetro de 2,5 micras, en suspensión.
De cerca no la ves porque estás dentro de ella al modo en que se dice que los peces no ven el agua por lo mismo, pero si tomas distancia adviertes enseguida que el enunciado “contaminación atmosférica” no dice nada, pero nada de nada, no asusta ni a los niños, aunque en Europa mata a casi medio millón de personas al año. Ir al médico, si la consulta está céntrica y vives en las afueras, constituye una operación de riesgo. Para que el neumólogo te ausculte, has de atravesar todo ese océano de mierda, con perdón, que entra en los pulmones, desde donde se distribuye a través de la sangre por el resto del cuerpo, incluido el cerebro, que es el lugar donde se generan las ideas. Y con esto volvemos a la pregunta del principio: si la boina no es en sí misma una idea, ya que el consumo ha comenzado a crecer por la venta de coches, que cuenta con ayudas del Gobierno.
elpaissemanal@elpais.es
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