Frases que los hombres no quieren oír de las mujeres en la cama
Una treintena de hombres exponen experiencias poco satisfactorias. Porque no hay nada mejor que contarlo para aprender y restarle dramatismo
Si hablamos de sexo desde el punto de vista de un hombre seguramente lo mejor es recurrir a un experto estudioso del tema como Woody Allen. El cineasta siempre ha hablado del tema abiertamente. El resto de los humanos lo pensamos, pero Allen lo dice y con una inteligente ironía a la que pocos llegan. Algunos ejemplos: “El sexo sólo es sucio si se hace bien”; “el sexo sin amor es una experiencia vacía, pero de todas las experiencias vacías que existen, hay que reconocer que es una de las mejores”; o “el sexo es lo más divertido que se puede hacer sin reír”.
Según un estudio realizado por el estadounidense Centro Nacional de Estadísticas de Salud (National Center for Health Statistics) los hombres tienen una media de 7 parejas a lo largo de su vida, y las mujeres una media de 4. Tras años de experiencia en una consulta, el sexólogo Carlos Horrillo recuerda con facilidad los reproches más comunes de los pacientes hacia sus parejas, destacando por ejemplo los orgasmos (mal) fingidos. Otra de las cosas que les irrita es que la pareja no pare de hablar de cosas que al otro no le importan mucho en ese momento. “Si hablas que sea para decir algo que excite a la pareja. Pero la comunicación no es sólo la capacidad de hablar, es mucho más: una mirada ardiente, una boca húmeda de deseo, un gesto de cómo me pones. Hay que usar la imaginación y ser creativo”, afirma Horrillo. Pero tampoco es bueno irse al extremo contrario: los exageradamente comunicativos que van avisando cada próximo paso pueden poner nervioso a la pareja. “No lo anuncies; si te apetece hacerlo hazlo, y ya veremos cómo reacciona tu pareja. Si lo vas anunciando lo más probable es que se niegue a ello”, concluye el sexólogo. Esto, por supuesto, es igual para ellos que para ellas.
Con cierta frecuencia los hombres demandan explorar otras facetas, prácticas o juegos sexuales (Juan Macías, terapeuta sexual)
El mayor conflicto sexual entre hombres y mujeres se da por lo complicado que es llegar a un acuerdo sobre la frecuencia y el momento de las relaciones sexuales. “Una cantidad importante de hombres se lamenta de la escasez de relaciones sexuales o de la dificultad de acceder a ellas, y demandan una forma sencilla de comunicarse y de tener códigos de complicidad que clarifiquen el inicio de los juegos sexuales”, explica Juan Macías Ramírez, psicólogo especializado en terapia sexual y de pareja. Otro de los motivos de queja más habituales en algunos hombres es la falta de iniciativa sexual por parte de las mujeres. “A muchos hombres les gusta contar con compañeras sexuales activas; que les busquen, que les sorprendan y que expresen sus deseos”, revela Cristina Prieto, psicóloga especializada en educación sexual. Además, los hombres tienen una erótica más visual y les encanta contemplar el cuerpo femenino. “Les resulta muy atractiva la seguridad que una mujer desprende con respecto a su imagen corporal”, añade Prieto.
Hay que tener en cuenta que la sexualidad masculina tiende a ser, por razones educativas y culturales, más desinhibida que la femenina. “Con cierta frecuencia los hombres demandan explorar otras facetas, prácticas o juegos sexuales”, señala Juan Macías. Para evitar este choque entre ambas sexualidades es muy importante conocerse y crear registros compatibles. “Es necesario quitarse los prejuicios y hablar de sexo abiertamente, de esta forma se toman distintos referentes de intimidad en pareja, que ayudan a afrontar los cambios deseados”, afirma Macías. Siempre es bueno encontrar excusas para hablar de sexo, ya que mejora la calidad de las relaciones íntimas y afectivas. “En general sabemos cuál es la zona de confort de nuestra pareja y su preferencias. Además, intuimos qué nuevas experiencias pueden ser compatibles con este marco de referencia, lo que nos permite innovar y crear en la rutina sexual”, apunta Macías.
Hace unas semanas publicamos en ICON el artículo Frases que las mujeres no quieren oír de los hombres en la cama, donde recogimos declaraciones de lo más variopintas en las que una treintena de mujeres compartían sus poco satisfactorias experiencias sexuales. "Algo que nunca me ha gustado es que durante el sexo oral me empujen la cabeza haciendo presión. Sé perfectamente dónde tengo que ir, y con esa insistencia consiguen que se me quiten las ganas", reconocía Teresa, una psicóloga de 55 años. Ana, una estudiante de 24 años, confesaba: "Algo que me parece de lo más antiestético del mundo es el sexo con calcetines. Prefiero que se deje puesto el abrigo a que se quede sólo con los calcetines".
Ahora ha llegado el turno de ellos. Las situaciones embarazosas no entienden de géneros. Además, no hay nada mejor que contarlo para reírnos todos juntos, restarle dramatismo, y seguir contribuyendo a que hablar de sexo se convierta en algo natural. Hay que desinhibirse y disfrutar. A continuación tenemos el testimonio de varones que nos confiesan sus encuentros sexuales más decepcionantes. Los protagonistas han querido mantener en secreto sus apellidos.
1. Juan Pablo (50 años, profesor de matemáticas): "Es una frase que ya me han dicho dos mujeres diferentes. Justo antes de empezar a hacer el amor: 'Espera un momento, que tengo que llamar a mis hijas".
2. José Miguel (27 años, relaciones públicas): "Una chica me mordió el labio hasta hacerme sangre cuando estábamos haciendo el amor. No es eso lo que yo entendía por sexo salvaje".
3. Guillermo (38 años, diseñador gráfico): "Estábamos en plena consumación del acto cuando a ella se le escapó un 'te quiero'. Me cortó mucho el rollo porque los dos sabíamos que eso sólo era sexo".
4. Alex (39 años, arquitecto): "Algunas veces mi mujer y yo vemos vídeos porno, para excitarnos. Y cuando estamos haciendo el amor, siempre me dice: 'Seguro que estás pensando en la del vídeo'. Esos ataques de celos no tienen sentido".
5. Jorge (32 años, pequeño empresario): "Igual es egoísta por mi parte, pero se me hace muy cuesta arriba cuando, después de haber tenido buen sexo, se pone a hablar de cosas sofisticadas. No creo que sea el momento...".
6. Armando (35 años, fotógrafo): "En mi caso, lo habitual es que ella llegue al orgasmo después que yo. Yo necesito un tiempo para recuperarme. Con la mayoría de las chicas con las que he estado no ha habido problema. Pero una me dijo algo que me sentó mal: 'No puedes más, o qué'. Solo necesitaba un poco de tiempo...".
7. Jesús (42 años, comercial): "Desde que tuvimos el niño es dificil cuadrar un momento. A ella le suele apetecer por la noche. Yo a esa hora estoy francamente cansado. Y me dice: 'Eso es que ya no te excito'. Y no es verdad. Solo que prefiero a otra hora. Por ejemplo, levantarme antes de que lo haga el niño y hacerlo".
8. Alexis (29 años, policía): "Una chica me dijo 'cómeme el bacalao', y me bajó la libido a los pies. Usar palabras que denoten olor a pescado o suciedad me parece contraproducente".
9. Alejandro (42 años, publicista): "Me da bajón que después de un encuentro intenso, y hasta salvaje, me hagan comentarios cutres de película porno de serie B, en plan: 'Has sido un niño malo' o 'voy a tener que castigarte”.
Estuve saliendo con una chica que sólo quería hacerlo en sitios públicos. Cada vez buscaba lugares más comprometidos. Era imposible concentrarse y disfrutar
10. Manu (32 años, entrenador personal): "Me quedé a cuadros cuando una chica se puso a cantar con mi pene en la mano justo antes de una felación. Fue tan ridículo que el micrófono se vino abajo en un momento".
11. Francisco (52 años, abogado): "Me sentí mal cuando, nada más terminar, una chica se levantó y se puso a hacer cosas, como contestar mensajes, mientras me quedé mirando, tumbado y desnudo, con cara de no entender nada".
12. Fernando (35 años, fisioterapeuta): "Me ha pasado varias veces: que me pregunten insistentemente si ella es la mejor de todas con las que he estado. Creo que no hay necesidad de establecer un ranking".
13. Antonio (26 años, estudiante): "Estaba acostándome con mi novia en su casa, por segunda vez, cuando su madre atravesó la puerta de la habitación gritando: '¡Te he dicho mil veces que no te encierres en tu cuarto!”.
14. Pablo (41 años, empresario): "Me lié con una chica que tenía un cerdo de mascota y se empeñó en dejarlo en el cuarto mientras lo hacíamos. Ninguna broma con esto, ¿eh? El cerdo no paraba de hacer ruidos y olisquearme los pies. Así es imposible"
15. Santiago (35 años, ingeniero): "Una noche salí con mi compañero de piso de fiesta. Conocimos a unas chicas y fuimos a nuestra casa. Las habitaciones daban pared con pared y me dio la impresión de que ellas estaban compitiendo a ver quién gemía más. Nos sentimos como parte de un juego".
16. Andrés (30 años, traductor): "En una fiesta de Erasmus, me acosté con una chica que regresaba a su país al día siguiente. Justo antes de acabar me dijo que tenía novio y se fue de golpe. Me quedé hecho polvo, la verdad".
17. Óscar (44 años, psicólogo): "Estuve saliendo con una chica que sólo quería hacerlo en sitios públicos. Cada vez buscaba lugares más comprometidos, como una sala de cine, probadores hasta arriba de gente o el baño de casa cuando estaban todos los miembros de mi familia en el salón. Era imposible concentrarse y disfrutar".
18. Rubén (37 años, informático): "Una noche acabé con una chica que, mientras hacíamos el amor, me preguntó quién era yo. Hasta ese momento no fui consciente de lo borracha que estaba, y me cortó el rollo".
19. Ricardo (51 años, odontólogo): "Una antigua novia que tuve de joven me dijo en pleno acto que quería tener un hijo. Ya no pude seguir".
20. Jaime (36 años, farmacéutico): "Contacté con una chica por Internet. Me llevó a su casa y cuando estábamos teniendo sexo me dijo que no hiciese tanto ruido, que su abuela estaba durmiendo en el cuarto de al lado".
21. Francisco (44 años, profesor): "Me corta muchísimo el rollo que una chica me pida que le pegue. Aunque sea parte del sexo, me agobio y no sé reaccionar".
22. Pedro (53 años, arquitecto): "Que se refieran a mi pene con diminutivos o apodos me parece lo menos excitante".
23. David (33 años, músico): "Una chica me empezó a gritar con voz de loca mientras lo hacíamos: '¡Quiero ser la única!'. No sabía dónde meterme".
24. Juan (47 años, coach): "Me enfadé mucho cuando me llamaron 'cuerpo escombro' en mitad del coito. ¿De verdad pensaba que me iba a excitar con eso?".
25. Javier (33 años, camarero): "Entré en un foro de sexo y descubrí que en ese mismo foro estaba mi novia preguntando por consoladores. Y lo peor es que muchas veces me decía que no tenía ganas".
26. Luis (29 años, reponedor): "Una vez me acosté con una mujer y al poco tiempo lo hice con su hija. Al terminar de hacerlo con la segunda me preguntó que cuál de las dos era mejor en la cama, y no supe qué contestar a eso".
27. Manu (27 años, camarero): "Estaba teniendo sexo con una chica en el coche y de repente se acercó la policía. Pensé que nos iban a multar por escándalo público, pero fue peor. Se pensaban que la mujer con la que estaba era una prostituta".
28. Ricardo (32 años, comercial): "Después de tener sexo, una chica me dijo: 'Me lo has dejado como una piña'. Me pareció un comentario un poco feo".
29. Pablo (38 años, funcionario): "Hice un trío con una chica y otro chico, y al rato la chica decidió decantarse descaradamente por el otro. Fue un duro golpe para mi autoestima".
30. Luis (37 años, mecánico): "Una vez estaba teniendo sexo con una chica (en la postura del perrito) mientras ella hablaba por teléfono con su novio diciéndole que le quería. Me sentí muy incómodo".
31. Jesús (19 años, estudiante): "Estuve saliendo con una chica que tenía la costumbre de contestar el Whatsapp mientras teníamos sexo. ¡No sé qué sería tan importante!".
32. Rodrigo (42 años, médico): "Hace muy poco me dijeron en mitad del acto que me parecía a Pedro Sánchez. Reconozco que podía ser peor, pero en ese momento me sentó tan mal que no pude seguir".
33. José (33 años, aparejador): "Una noche ligué con una chica que me llevó a su casa y cuando entramos en su cuarto vi que había un preservativo usado en el suelo, al lado de su cama. Dejé de sentirme especial al momento".
34. Julián (36 años, técnico de mantenimiento): "No entiendo cuando dicen 'nunca hago eso la primera cita'. Me parece muy soberbio".
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