Cómo bailar cualquier estilo musical sin tener ni pizca de salero
Hay un grupo de hombres especialmente patán cuando saltan a la pista de la discoteca. Si es tu caso, tu artículo de hoy es este
Sábado noche. Tienes una cita con esa chica de Tinder con la que te has pasado toda la semana chateando. Después de la cena, en la que la cosa ha salido de maravilla, os plantáis en una discoteca. Pedís una copa y el pincha pone justo ese temazo que cantas a grito pelado en el coche camino del trabajo. Se te mueven los pies, tu cuerpo tira de ti para que salgas a darlo todo a la pista. La chica te nota las ganas en los ojos, pero tú le dices que es que eres de los que no bailan. Anticlímax.
En realidad, sí lo haces a diario, mientras te vistes y nadie te ve, aunque ahora te cortas porque lo que de verdad eres es eso que los ingleses llaman un ‘two left feet’ (tener dos pies izquierdos). Pero lo cierto es que no hace falta ser muy habilidoso para moverte con decencia en público; tan sólo necesitas dominar unos cuantos pasos básicos. En ICON hemos preguntado a bailongos de todos los estilos cuáles son, así que abre Spotify, haz hueco en el salón, y a por ellos:
1. Cómo bailar AC/DC. ‘Headbanging, así es como se llama a las sacudidas fuertes de cabeza arriba y abajo características de los heavies. Aunque hay estudios publicados en revistas médicas que aseguran que puede ser peligroso para el cerebro, el headbanging es un clásico de los conciertos, junto con el circular, llamado swing, y el side-to-side, que se hace de derecha a izquierda. Aunque, para Abraham, cantante del grupo de metal Paranoia Reunión, las tres modalidades de baile heavy son otras: “La primera consiste en mover la cabeza adelante y atrás con un brazo apoyado en la barra y el mini en la otra. La segunda es igual, pero haciendo un solo de guitarra imaginaria. Y la tercera es saltando desde el escenario de forma temeraria”. Abrahman dice que los heavies, en realidad, bailan poco. No conoce a ninguno que haya conseguido ligar pegando cabezazos al aire, y tampoco hay un estilo por parejas: “Los rockeros duros no bailan agarrados ni las baladas… Lo normal es que conozcas a tu chica en la barra. Si te tumba a cervezas, es ella”.
2. Cómo bailar a Benny Goodman. Existen pocos bailes más divertidos que el swing, ese ritmo estadounidense interpretado por las big bands de los años 30. En el último lustro, se ha vuelto a poner de moda entre los treintañeros como Manu, un habitual de las jams de Lindy Hop: “Estoy enganchado al swing. Es un baile muy alegre y la gente se maquea mucho para las fiestas, como en los años 30”. El swing es de lo más elegante, aunque también es bastante difícil. El chico es el leader y la pareja, su follower que le sigue. Se empieza con los dos pies en el centro y se da un paso hacia atrás con el pie izquierdo. Otro hacia atrás con un cuarto de giro, a la vez que se da uno para recuperar la posición inicial. Juntas los pies, otro cuarto y… Ya te hayas perdido. La buena noticia es que en las clases de swing faltan chicos: “Hay más chicas y necesidad de leaders. Los hombres somos un bien preciado en el swing”, asegura Manu. Así que, ya sabes, ponte unos tirantes y a dar patadas hacia atrás al ritmo de las trompetas.
3. Cómo bailar a David Guetta. Lo de bailar musicón de ese que revienta el altavoz subwoofer en la discoteca lo puede hacer bien cualquiera: en principio, todo vale. No hay que preocuparse por los pasos, sólo hay que seguir el ritmo, lo que suele ser fácil porque es pegadizo y repetitivo. Aunque, Manuel, un chico de Leganés habitual de las discotecas más comerciales, tiene algunas claves para los menos arrítmicos: “Si no tienes mucha gracia, no muevas demasiado los pies y céntrate más en menear los hombros”. Aconseja dar pasos cortos sin despegar mucho los pies del suelo y marcar el ritmo con las caderas como hacen los gogos: “Fijarte en ellos es lo mejor para aprender. En realidad, no suelen hacer cosas muy complicadas. Pilla los pasos que se adapten a ti y te quedan bien”. Movimientos sugerentes adelante y atrás con la pelvis pueden ser efectivos, aunque evítalos si eres de los que tienen flotador. Y lo más importante es que, cuando llegué el subidón, pegues unas cuantas palmas, luego unos botes, y ¡arrrrriba!
4. Cómo bailar a Carlos Gardel. Los poetas definen el tango como un romance de tres minutos. Hay que bailarlo con alguien especial, aunque eso no fue suficiente para Alfonso, un fotógrafo valenciano de 35 años: “Nunca había bailado, pero fui a clases con mi ex porque acababa de volver con ella y tenía que ganar puntos”. Quizás no fue la mejor elección para iniciarse en el mundillo porque el tango tiene su miga: “Sólo andar con equilibrio y erguido ya es complicadísimo”, asegura Alfonso, que ni siquiera llegó a dominar el paso básico. Consiste en avanzar el pie izquierdo de un modo lento, seguido después del derecho, a la misma velocidad. Luego mueves el izquierdo rápido, continuas con el derecho deprisa y llevas el pie izquierdo hasta su altura para juntarlo. Repites la rueda y te desplazas en la dirección de las agujas del reloj. “Nada, fui incapaz. Esperaba salir del curso bailando como Al Pacino en Esencia de mujer, pero abandoné al mes”, confiesa Alfonso: “Mi ex tardó un par de meses más en dejarme del todo”. Ya sabes, cuidado con los tangos que algunos suenan demasiado dramáticos.
5. Cómo bailar a los Hombres G. Si hay algo que nunca falta en un bar de copas nacional es pop español. Canciones que a primera hora acompañan, y a última se convierten en himnos para gente como Pedro, un abogado de 36 años que lleva dos décadas saliendo con esa banda sonora: “El Canto del Loco, M-Clan, Pereza, Tam Tam Go… Son grupos ideales para los que no pilotamos inglés”. Asegura que bailar esas canciones es sencillo para cualquiera que, en realidad, no sepa bailar, como le pasa a él. Basta con mover la cadera un poco, dar pasos en el sitio y seguir el ritmo con los brazos: “Si te pinchan una de esas con las que te vienes arriba, como Visite nuestro bar, de Hombres G, puedes hasta pegar unos cuantos saltitos”. Además, no hace falta pista, se pueden hacer corros por las esquinas: “Bailamos todos a la vez, dedicándonos la letra a gritos. Bueno, más que cantar, chillas”. El caso es mostrarse animado y pasarlo bien. En realidad, ese es justo el espíritu del pop.
6. Cómo bailar a Kanye West. El break dance, la danza urbana estrella de los 80, está de revival. Aunque Miguel, un graduado en Filosofía de 22 años, aclara que el verdadero nombre del break es B-boying: “Hay cuatro tipos de movimientos: el top rock, que es el baile de arriba; footwork o movimientos de pies; power moves, que incluye las vueltas en la espalda o sobre la cabeza, y el freeze, que consiste en congelar la figura”. Aunque hay academias en las que aprenderlo, Miguel asegura que el modo auténtico es al estilo each one teach one (cada uno enseña a uno) ya que, en realidad, el break es un baile destinado a la batalla (las competiciones entre B-boys sirvieron para zanjar peleas entre barrios enfrentados de los suburbios de Nueva York). En el break no hay que darse de puñetazos, pero sí es necesario que el físico acompañe: “Es un baile que exige fuerza, reflejos, elasticidad… Yo entreno todos los días de 3 a 4 horas”. ¿Asustado? Miguel añade algo que tal vez te anime a probarlo: “¡Claro que se liga bailando break! Te pone en forma y lo de ligar forma parte de la ecuación”.
7. Cómo bailar a los Sex Pistols. Compitiendo en peligrosidad con el headbanger, se encuentra el baile preferido de los punks: el pogo. Consiste en moverse frenéticamente dentro de un círculo de punks que dan patadas al aire y se pegan empujones. “Si se hace bien, nadie se hace daño”, asegura Jorge, el líder del grupo punk Psycholosers. Y es que los pogos, en realidad, tienen códigos: los codos hay que llevarlos hacia dentro, para no hacer daño y, si uno se cae, hay que parar y levantarle. En cualquier caso, hay un baile con menos contacto que el punk, el ska. Lo bailan perfecto el grupo Madness. Eso sí, Jorge asegura que hay algo que no hay que hacer en un bar punk si el objetivo es salir de allí con el Whatassp de una chica: “Nunca, jamás, hagas la guitarra imaginaria. Los punks la hacemos de un modo distinto a la de los heavies, rascando rápido, como si ramonearas. No vas a ligar ni de coña así… Pero te lo pasas bien, la verdad”.
8. Cómo bailar a Daddy Yankee. El reggaeton es ese cajón desastre musical que surgió a finales de los 90 para escandalizar a los padres, aunque, por lo que en realidad se caracteriza, es por su libertad. “Los pasos ni siquiera tienen nombre, casi todo es improvisado”, cuenta Javi, un ingeniero de 23 años que empezó a bailarlo de adolescente en las discotecas del madrileño barrio de Aluche: “Las chicas que sabían me enseñaban, pero incluso he llegado a bailar con hombres para aprender, porque los movimientos son diferentes”. Lo importante es separar las piernas, flexionar las rodillas y que las caderas hagan buenos círculos; hay que seguir el ritmo y encontrar la actitud. Aunque sí que existe un paso que todo el mundo conoce, el culpable del escándalo: el perreo. “La gente se cree que el reggaeton es un baile sexual y no lo es tanto”, asegura Javi, defendiéndolo: “Es cierto que los hay que se restriegan, pero porque no saben. Los que de verdad lo dominan, utilizan más la insinuación que otra cosa”. Pues, ya sabes: ¡perrea, perrea!
9. Cómo bailar a Johann Strauss. Para salvar la papeleta del vals en la boda, en realidad, sólo hacen falta dos o tres horas. Esas fueron las que invirtió Alberto, un madrileño de 40 años, antes de casarse: “Hice un curso exprés con mi mujer porque yo soy un torpe. Aprendí a seguir el ritmo y a llevar a la chica en los pasos básicos”. Los del vals son sencillos: das un paso hacia delante con el pie izquierdo, otro con el pie derecho hacia el lado y le sigue el izquierdo para quedar a su lado. Levantas el pie izquierdo y lo vuelves a dejar en el suelo, sólo un amago en el que apoyas el talón, y das un paso atrás con el derecho para cerrar. Repites, empiezas a dar vueltas avanzando por la pista, añades elegancia, y ya lo tienes. Bueno, Alberto dice que lo tienes más o menos: “El baile en el momento de la boda no tiene nada que ver porque, con el vestido, no ves los pies y te lías”. A no ser que te cases con Sisi Emperatriz, el vals es un trámite por el que no tendrás que pasar muchas veces en tu vida, así que a por él.
10. Cómo bailar a Bill Haley and the Comets. El rock and roll estuvo prohibido en las escuelas de danza durante años porque se lo había inventado el diablo. Poco le importó su fama a Jaime, un cántabro deportista profesional y DJ que baila el rock como Dios: “Lo descubrí de pequeño, en la tele, y ahora la cultura norteamericana de los 50 es mi estilo de vida y el de mi mujer”. Y es que el rock se baila siempre en pareja, tomándola de las manos y sin soltarla. Las piernas mandan, moviendo primero el pie izquierdo hacia atrás, seguido del derecho y vuelta al centro con los dos. Después, los mismos pasos, pero hacia delante. Luego toca dar un par de patadas cruzadas a un lado y a otro, y a repetir desde el principio. Tu pareja hará lo mismo, pero con el lado contrario. El grado te lo da la velocidad, aunque, para Jaime, lo de los pasos es lo de menos: “Los que bailan bien no cuenta pasos, sino que los sienten. No vas a ver bailar a dos parejas igual, cada una tiene su estilo”. Mecánico o sentido, no te olvides de llevar un peine en el bolsillo para mantener en alto el tupé mientras meneas el esqueleto.
11. Cómo bailar a Rubén Blades. Apuntarse a clases de salsa está en el top ten de planes para ligar. No fue el caso de Kapler, un hostelero madrileño de 36 años con tatuajes que lleva un par de años enganchado a los salsódromos: “El 80% de los que se apuntan para ligar, abandonan porque bailar salsa no es para nada sencillo”. Hay miles de pasos, pero el básico, llamado paso del mambo, es ideal para empezar. Se hace en cuatro tiempos, siguiendo el ritmo; paso hacia delante con el pie izquierdo en el primer copas, se toca el suelo con el derecho en el segundo y se vuelve atrás con el izquierdo en el tercero. El cuarto tiempo es para la pausa. Hay que acompañar todo de un buen movimiento de cadera, y repetir empezando con el pie derecho. “Los pasos son importantes, pero en este tiempo que llevo aprendiendo me he centrado en entender la música, sentirla”, cuenta Kapler, que asegura que eso es lo más difícil: “Los latinos son los mejores bailando porque lo sienten, lo llevan dentro”. Es cierto, pero Patrick Swayze era de Texas y se llevó a la chica. ¡A bailar!
12. Cómo bailar Arcade Fire. “Jamás he visto a un indie bailar bien. Es un grupo de gente que queda mucho mejor en foto que en vídeo”, asegura Gerard, un periodista catalán que cubre el Primavera Sound para la revista RockDeluxe. Lo cierto es que no parece fácil encontrar unos pasos para bailar el Power Out de Arcade Fire que además se puedan trasladar a una canción de MGMT. “¿Cómo bailas The Weading Present? ¿Los movimientos de Jarvis Cocker son bailes indies?”, se pregunta Gerard: “Es que, en realidad, es un género que no anima a bailar de verdad. Tú vas a un concierto de soul, o de salsa, y la comparación es ridícula. Lo del indie es más una experiencia… Por ejemplo, Brett Anderson, de Suede, lo hace bien, pero no sé si eso es bailar. Es otro tipo de presencia”. Aunque hay grupos indies, más cercanos a la electrónica, como Hot Chip, que sí que pueden hacer delicias en la pista. Movimientos sencillos de pasos a un lado y otro, con la copa en la mano, y sin dar grandes saltos, parece el mejor modo de disfrutarlos. Con cosas más calmadas, como Nacho Vegas, Gerard tiene claro lo que hay que hacer: “Si es en un concierto y la gente se calla y escucha, ya hemos logrado mucho”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.