5 fotosNueve libros de esta semanaVirginia Woolf y su cerebro despistado, Sara Mesa, Juan Larrea, o la historia del pop, en las críticas de BabeliaBabelia26 feb 2016 - 23:03CETWhatsappFacebookTwitterLinkedinBlueskyCopiar enlace"Que los Beatles no eran tan mansos como se cree; que el deep soul es una de las cimas del arte contemporáneo; que el rock and roll de los cincuenta era “antiaburrimiento”; que el pop es urbano por definición; que Abba o The Bee Gees son tan maravillosos y remarcables como los Rolling Stones o Dylan; que géneros denostados por los puristas-clasistas como el glam rock o el country soul son la monda; que el enemigo es el “rock clásico”; que la verdad está muy bien, pero en el pop la leyenda suele ser incluso mejor; que cuando alguien dice que un estilo no está muerto, está criando malvas y viceversa; que los fans del pop reluciente siempre escogeremos a The Turtles antes que a pelmas como Grateful Dead; que la perspectiva oficial suele estar falseada (el #1 en 1969 era Desmond Dekker, no Eric Clapton). Y un larguísimo, didáctico y ameno etcétera". Por KIKO AMATTURNER"Algunas de las historias de Mala letra, de Sara Mesa, parecen postularse como novelas, pero en la merma de la tentativa no se malogran en su adscripción al cuento. Señalo esta cualidad debido a que, aún con los ecos de la extraordinaria acogida de su novela Cicatriz, la publicación acaso apresurada de este volumen induce a pensar en un aprovechamiento del viento favorable, ahora que tan fácilmente se diluyen los acontecimientos. Después de una obra tan resonante, un libro de cuentos puede ser un agregado que sólo añade bibliografía. Pero no es el caso. Quienes hayan descubierto a Sara Mesa por los efectos mediáticos, acreditarán su encuentro con una escritora muy sólida, capaz de logros aún mayores". Por FRANCISCO SOLANOANAGRAMA"Parafraseando a Kant, cabría afirmar que el espacio y el tiempo son las dos formas a priori de la sensibilidad política. Pero existe un cierto desequilibrio entre ambas, pues, por razones fáciles de entender (ya que la lucha política parece igual en todas partes, y suele basarse en la instrumentación del pasado como arma para conquistar el futuro), el pensamiento político ha solido inspirarse en el tiempo mucho más que en el espacio. Esto explica su tradicional dependencia de los estudios históricos; y hoy mismo su metodología más prestigiosa es el (neo) institucionalismo de la path dependency (dependencia de la trayectoria o inercia institucional de la continuidad histórica), a partir de autores como Douglass North o Paul Pierson. Pero desde la caída del muro que fijaba la frontera entre ambos bloques geopolíticos, con la consiguiente irrupción de la globalización neoliberal, se diría que se está produciendo una cierta restauración de lo que bien se puede llamar el principio territorial, tantas veces reafirmado por Max Weber, al que los autores aquí comentados en primer lugar denominan giro espacial, reequilibrando así la paridad de los aprioris kantianos". Por ENRIQUE GIL CALVOANTHROPOS"El poeta Juan Larrea entendió su vida como la espera de la revelación de su sentido. Fue un heredero de las corrientes gnósticas, al igual que fue un creyente de las abstracciones cíclicas de la historia y, en el fondo, un epígono nostálgico de las religiones reveladas. Creyó que todo esto era una personal arca de Noé que le permitiría transitar lúcidamente por un mundo convulso y autodestructivo. Y a ese ideal ofreció muchas renuncias: la de su propia lengua, para escribir en francés; la de la poesía, al preferir a la postre el diario íntimo y el ensayo visionario; la de sus derechos de primogenitura, al convertirse en exégeta de su compañero de exploraciones líricas, César Vallejo; la de su Europa originaria, para descubrir en América la tierra del futuro. El exilio de 1939 agudizó en algunos escritores una tendencia neomisticista y milenarista; Larrea era ya, antes de 1939, un exiliado voluntario". Por JOSÉ-CARLOS MAINERFUNDACIÓN BANCO SANTANDER"En la presentación de Cómo piensan los artistas. Entrevistas, Fietta Jarque escribe: “Lo que resulta cierto es que el arte contemporáneo necesita explicaciones”. Y este libro es de lectura recomendada para aquellos que quieran encontrarlas. El volumen es una recopilación de 51 entrevistas con artistas contemporáneos, revisadas, actualizadas y publicadas en su mayoría en este diario entre 1985 y 2012. En sus más de tres décadas de ejercicio del periodismo cultural, Jarque realizó más de 200 entrevistas, pero para este libro ha seleccionado tan solo “las más reveladoras”, aquellas en las que Joseph Beauys, Donald Judd, Marina Abramovic, Santiago Sierra o Yayoi Kusama le mostraron sus “íntimas tácticas de su creación”. Las entrevistas de Jarque no se suman a la abundante literatura de terceros que suele apuntalar el universo de un artista: interpretaciones de sus obras escritas por críticos, comisarios, académicos que suelen infundir frustración en los lectores no especializados (aunque probablemente sí interesados). A quienes se sientan identificados les gustará leer esta declaración de la estadounidense Cindy Sherman: “Hay muchas ocasiones en que no llego a comprender del todo las interpretaciones que se le dan a mi obra. No me siento, por ejemplo, como una deconstructora del sí mismo cuando juego disfrazada ante el espejo. Yo hago lo que hago y después vienen todas esas teorías, y pienso, bueno, eso no está mal, suena interesante”. Cómo piensan los artistas da la palabra a los creadores para que expliquen, y lo hacen con claridad, los porqués que se esconden tras sus obras. Por ejemplo, una clave para entender la fotografía de Nan Goldin: “Temo la pérdida. A los ocho años empecé a escribir un diario para no olvidar cómo pasaron en realidad las cosas. Cuando tuve mi primera cámara a los 15 años encontré una manera innegable de probarlo. Yo todavía creo que una foto puede decir la verdad”. Por VIRGINIA COLLERAFONDO DE CULTURA ECONÓMICA