Es la luchadora más famosa, es sexy y gana 190.000 euros por segundo trabajado
Devota del sexo antes del combate, ha dado el salto al cine con Stallone y dice ganar más dinero que Mayweather. Su nombre: Ronda Rousey
Si se echa un vistazo a la lista de los nombres propios más buscados a nivel mundial en Google el pasado año, nos llevamos una sorpresa. No por los dos primeros, pertenecientes al invencible clan Kardashian: Lamar Odom y Caitlyn Jenner. Ni por el cuarto (el inefable Donald Trump) ni por el quinto (la bella y talentosa protagonista de la serie Orange is the new black, Ruby Rose) ni si quiera por el sexto (el díscolo actor Charlie Sheen). La que llama la antención es la que ocupa la tercera posición de las más buscadas, la para muchos desconocida Ronda Rousey (California, EEUU, 29 años). Bien, pogamos sobre el tapete las ansias de información que provoca esta mujer.
En noviembre de 2015 sufrió su derrota más amarga frente a Holly Holm. Entonces, confesó a Ellen DeGeneres, que se le pasó por la cabeza acabar con todo: “Pensé en matarme"
Estamos ante una de las deportistas más populares en EE UU, una luchadora que no le hace ascos a ninguna modalidad que implique tumbar a un rival en la lona. En todas arrasa. Fue la primera estadounidense en ganar una medalla olímpica en judo (en los JJOO de Pekín, 2008), es una reconocida campeona de UFC (artes marciales mixtas o lo que es lo mismo, el “todo vale”) y, tal vez por hobby, se deja ver dando mamporros en los cuadriláteros de la WWE, el entrañable pressing catch. Como luchadora femenina más famosa del momento, cotiza al alza: es portada de revistas, se está forrando y ha terminado luciendo su portentosa anatomía en el cine.
Y es valiente a la hora de revelar cosas que otros deportistas consideran tabú. Por ejemplo, ante la peliaguda cuestión de si sexo sí o no antes de la competición, Ronda Rousey lo tiene claro: todo el que pueda. Asegura que la actividad sexual en las horas previas a saltar al ring eleva sus niveles de testosterona, lo que potencia su fuerza. Vamos a seguir conociendo un poco más a esta talentosa deportista...
La cuestión del sexo…
Recordemos que Mohammed Ali practicaba la abstinencia sexual seis semanas antes de cada combate (y no le iba mal), pero Ronda no es de la misma opinión. “A las chicas nos sube la testosterona, así que intento tener tanto sexo como sea posible antes de una pelea”, declaró en un programa del canal Showtime a finales de 2012. Se apresuró a aclarar cómo organizaba esas peculiares sesiones de entrenamiento cuerpo a cuerpo. “No es que lo haga con cualquiera. No publico un anuncio ni nada de eso, pero si tengo pareja me pongo en modo: ¡Ey, se acerca un combate!”. Entendemos que su novio se presta de buen grado a ejercer de revulsivo hormonal. Y encima los del control anti dopaje no pueden decir ni pío.
¿Y quién es él?
Su novio comprende que Ronda se lleve el trabajo a casa, porque él también está en el ajo. Se trata de Travis Browne, hawaiano de 33 años, luchador en la categoría de peso pesado en la UFC y compañero de equipo y de gimnasio. Pese a que no le gusta hablar de su vida privada (“por eso se llama vida privada”, dijo con malas pulgas), Ronda tuvo que confirmar la relación por medio de un comunicado el pasado octubre, después de que la despechada ex de Travis (y víctima de los supuestos malos tratos del luchador, acusación que le mantuvo apartado un tiempo de la competición) desatara los rumores.
Un desnudo milimétrico
Todos los años la revista ESPN publica The body issue, un número especial destinado a mostrar los asombrosos cuerpos de los atletas, muchos de los cuales aceptan lucirlo sin ropa. Ronda fue la portada de 2012, en unas fotos en las que, para ser honestos, no enseñaba nada, pero únicamente porque el recorte de la imagen por la parte inferior debió de hacerse con precisión de cirujano, apurando al milímetro y con la pantalla ampliada al 400% para no perder ninguno de los aros olímpicos tatuados en la ingle. Mientras por abajo el efecto era de un pubis interminable, por arriba la luchadora se cubría con los puños enfundados en cintas protectoras de color rosa. Ella explicó así el cropping: “Es un consejo que me dio mi madre: ‘Un día tu hijo de 12 o 13 años verá las fotos’. Lo que no enseño en la playa no lo voy a mostrar en una revista”. Siempre han tratado con mimo a la deportista en esa publicación, que en 2015 la coronó (por votación popular) como mejor atleta femenina de todos los tiempos, por encima de Serena Williams, Steffi Graf, Martina Navratilova o Nadia Comaneci.
Mejor no la hagas enfadar
En su autobiografía, My fight, your fight (2015), relata su airada reacción tras descubrir que un antiguo novio le había sacado fotos desnuda a escondidas. “Le abofeteé por toda la cara con tanta fuerza que me dolía la mano”, describe. Y cuando una luchadora de la UFC dice que le duele la mano por dar bofetadas es que no han sido carantoñas. También conocemos un extraño episodio acaecido tiempo atrás en una sala de cine en la que Ronda estaba tranquilamente viendo Juno. La chica de la fila posterior no paraba de darle pataditas en su respaldo, así que se levantó, le arrancó su bota Ugg y la lanzó al otro lado de la platea. Cuando el novio de la chica intervino, dándole un empujón a Ronda, esta se empleó a fondo con él, dejándolo KO. Entonces apareció el amigo del novio de la chica, y Ronda se ocupó convenientemente de él. Y eso que era Juno; si llega a ser una de Tarantino…
Dinero, dinero
Como a gran parte de los luchadores, le gusta presumir de que gana mucho dinero. No se lo gasta de forma extravagante como el boxeador Floyd Mayweather, pero sí dejó claro que nada en la abundancia en una entrevista con Ellen DeGeneres, el pasado septiembre: “Soy el deportista mejor pagado de la UFC”, dijo. A lo que la presentadora respondió: “Claro, porque si no te pagan les pateas el culo”. En 2015 Forbes reveló que sus ganancias globales estaban muy lejos de las de Money Mayweather, pero por encima de las de este si se dividían por segundo trabajado: Rousey se había embolsado el último año 6,5 millones de dólares (5,8 millones de euros); teniendo en cuenta que los dos combates de ese periodo los había ganado en menos de 30 segundos en total, su minuta ascendía a 217.000 dólares (190.000 euros) por segundo trabajado.
Su lado sensible
Ya en la mencionada entrevista con Ellen DeGeneres mencionó que detrás de esa pétrea fachada se esconde una chica que llora casi con cualquier cosa. La siguiente vez que acudió al plató de esta presentadora se mostró aún más frágil, ampliando detalles de su cara más vulnerable. En noviembre de 2015 sufrió su derrota más amarga frente a Holly Holm, quien la mandó a la lona de una contundente patada en la boca. Entonces, confesó a Ellen, que se le pasó por la cabeza acabar con todo. “Pensé en matarme. Sentada allí [en el suelo, mientras se recuperaba] pensé que estaba acabada y ya no iba a significar nada para nadie”, contó entre lágrimas. “Luego vi a Travis y me di cuenta de que necesitaba tener sus hijos, que necesitaba estar viva”.
Salto al cine
Siguiendo los pasos de otros gladiadores del ring (de The Rock a Randy Couture), Ronda Rousey también ha puesto su talento al servicio de la gran pantalla. En 2014 hizo su debut en el cine en la película Los mercenarios 3, y el año siguiente apareció en los créditos de Furious 7 y El séquito. Ya ha firmado el contrato con Universal Pictures para protagonizar Do nothing bitches, una comedia producida por Tina Fey basada en una frase vertida por la propia luchadora en un documental (“Me han educado para ser alguien, no una de esas perras que no hacen nada”), que llegó a estamparse en camisetas y venderse por Internet. Hasta donde sabemos, Rousey encarnará a una rígida instructora en un campamento para señoras de la alta sociedad. De ahí al Oscar, solo un paso.
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