15 fotosLa rebelión de un vecindarioLos habitantes de la calle San Francisco, en Buenaventura, decidieron plantar cara a la violencia neoparamilitar . Ahora se enfrentan a un plan urbanísticoJavier Sulé OrtegaColombia - 15 abr 2016 - 09:20CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinBlueskyCopiar enlaceUnas 300 familias, cerca de mil personas habitan la Calle San Francisco del barrio La Playita. En la imagen, varios de ellos aprovechan la subida de la marea para darse un chapuzón.Javier SuléLas viviendas palafíticas de la zona son una seña de identidad de la población afrodescendiente del Pacífico colombiano. La pesca tradicional continua siendo una de las actividades de los habitantes de esta calle.Javier SuléDos años después de declararse espacio humanitario, la tranquilidad ha vuelto a la calle, yel ambiente que se respira podría parecerse hoy al de cualquier calle de La Habana Vieja en Cuba.Javier SuléVer jugar a los niños y niñas a todas horas en la calle es uno de los síntomas más evidentes de la normalidad recobrada.Javier SuléUn domingo de bautizos colectivos en la calle San Francisco por parte del Padre Alberto Franco, de Justicia y Paz.Javier SuléCon la recuperación de la calle como territorio de paz, cualquier actividad cotidiana se realizan en el exterior y forma parte del ambiente común del espacio.Javier SuléHabitantes de la calle San Francisco en su vivienda palafítica de madera.Javier SuléLos jóvenes de la Calle San Francisco hoy pueden jugar a futbol mientras antes corrían el riesgo de ser utilizados o reclutados por los grupos armados.Javier SuléA los niños, que habían estado reproduciendo prácticas altamente violentas, se les cambio sus armas de palos por instrumentos musicales del Pacífico como la marimba.Javier SuléAsamblea de los vecinos y vecinas del espacio humanitario con el apoyo de miembros de Naciones Unidas y presencia de colectivos indígenas de la región.Javier SuléDesde que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos otorgó medidas cautelares de protección a los residentes e instó al Estado a brindarles seguridad, la presencia y vigilancia policial en la calle es permanente.Javier SuléYuri Jiménez llora un año después la muerte de su hijo Carlos Angarita, de 16 años, y que fue descuartizado en una 'casa de pique' por paramilitares.Javier SuléNieves Torres perdió a su hijo Óscar, asesinado por no dejarse reclutar por los grupos paramilitares y una de las infinitas víctimas de la violencia en Buenaventura.Javier SuléTorres dice no tener miedo de enfrentarse a los paramilitares después que asesinaran a su hijo Óscar hace dos años.Javier SuléBuenaventura es uno de los puertos más importantes del Pacífico y con su expansión portuaria está llamada a ser una de las puntas de lanza de la economía colombiana. La actividad del puerto no ha parado de crecer, pero apenas beneficia a la población de la zona, que sigue sumida en la pobreza y la violencia.Javier Sulé