6 fotosPonerle puertas a El BoscoEL PAÍS asistió al último momento del proceso de restauración de La adoración de los Magos el montaje del tríptico ya acabado todo el trabajoRut de las Heras BretínMadrid - 27 may 2016 - 23:56CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinBlueskyCopiar enlaceCada tabla del tríptico se separa para facilitar el trabajo de los técnicos, el manejo de la obra y, sobre todo, para que no peligre su buen estado, que todos los expertos del museo han coincidido en calificar de "excepcional", incluso de "milagro". El Bosco la pintó hacia 1494 y 520 años después mantiene todas las bisagras, algunos clavos y la mayoría del marco originales.Samuel SánchezLas bisagras de 'La adoración de los Magos' son originales, los clavos que las unen a la tabla central también lo son. Cuando se desmonta el tríptico los que se quitan y se ponen son los tornillos de las puertas, actualmente de acero inoxidable. No se usan clavos para evitar los impactos que sufriría la capa pictórica al ser martilleados.Samuel SánchezEl marco también es de la época de El Bosco, que lo ensambló a las tablas y trabajó en toda la obra como si no estuviera dividida en tres, les dio la misma preparación, luego doró los marcos (con pan de oro) y pintó las escenas. Herlinda Cabrero, la restauradora del Museo del Prado que se ha encargado de esta pieza, también ha mantenido esta unidad al trabajar con ella.Samuel SánchezLos trabajos llevados a cabo por el equipo de restauración del museo son: radiografías y reflectografía infrarroja de la obra, análisis de los barnices, estratigrafía para analizar las capas de pintura y así ver si hay repintes, limpieza, consolidación de los pigmentos y reintegración de las mínimas lagunas (pérdidas de pintura) que tenía.Samuel SánchezJosé de la Fuente, restaurador del Prado y experto en soportes de madera, montó el tríptico junto con dos colaboradores. Los postigos no solo se han separado para la restauración, si hay que mover 'La adoración de los Magos' también se hace por partes. Cuando está abierto, los laterales están bien calzados para que el peso no favorezca el descolgamiento de las puertas. Una vez expuesta la obra al público no se toca, pero no siempre fue así, hubo un tiempo en que los trípticos se abrían y se cerraban cada día, pero también las ventanas del museo. Los controles y los cuidados de conservación distaban mucho de lo que son ahora.Samuel SánchezGracias a las radiografías y a las imágenes sacadas por infrarrojos se pueden apreciar arrepentimientos del artista, escenas o momentos que en la preparación realiza de una manera y cuando ya está haciendo la pintura definitiva cambia sobre la marcha. En esta obra elevó la línea del horizonte para así dar más espacio a la ciudad y al paisaje, el cuello del vestido de la donante en un principio era de pico... Herlinda Cabrero, restauradora de la obra, está especialmente entusiasmada con la calidad del negro usado por El Bosco, "donde ni siquiera se nota la pincelada".Samuel Sánchez