La hija de Estefanía de Mónaco estalla en las redes sociales

Camille Marie Kelly Gottlieb, de 18 años, y Pauline Ducruet, de 22, hijas de Estefanía de Mónaco, son unas usuarias muy activas de las redes sociales. Y eso les está acarreando ciertos problemas. Ambas exponen su día a día a través de Instagram: fiestas, amigos y sesiones de playa y piscina. Sin embargo, la benjamina ha estallado contra quienes la critican por ser la hija de quien es, por su ritmo de vida y por su físico. 

"Me he encontrado con algunos comentarios muy crueles en foros, blogs y otros sitios. Vuestros insultos, mensajes y reflexiones son ridículos. Yo no soy 'la hija de Estefanía Grimaldi', yo soy hija de mi madre, como cualquier otra persona", ha escrito Gottlieb en Instagram —donde acumula más de 15.000 seguidores— junto a una fotografía en la que lanza un beso. Un gesto sin duda desafiante para quien le critica. 

La hija de Estefanía de Mónaco ha relatado alguno de los comentarios despectivos que recibe, como que su cara fue deformada por un accidente, que se ha hecho cirugía estética, que es falsa o la más fea de su familia. "Tengo 18 años y ya no tengo el mismo aspecto que cuando era pequeña. Al final del día voy a publicar lo que me apetezca en Instagram", ha afirmado. Además, Camille Marie Kelly ha hecho alusión a su hermana como víctima también de las críticas: "Respecto a mi hermana, tenemos 18 y 22 años, hacemos lo que queremos. ¡Somos jóvenes! No publicamos fotos en Instagram para que os gusten. ¿Esperáis que me crea que a los 18 y 22 años vosotros no salíais a divertiros con vuestros amigos? ¿No os sacabais fotos en bañador al lado de la piscina? ¿No habéis fumado nunca un cigarrillo en vuestra vida?". La joven también publica fotografías con su novio, con el que lleva ocho meses de relación. El afortunado es un modelo llamado Thomas Martni. 

Camille Marie Kelly Gottlieb, nacida el 15 de julio de 1998, es fruto de la relación entre Estefanía de Mónaco y su guardaespaldas Jean Raymond Gottlieb. Para la princesa de Mónaco es su tercera y última hija, que no forma parte de la línea de sucesión al trono de Mónaco al no haberse casado nunca con Gottlieb. Parece que sus hijas han heredado su espíritu rebelde y disfrutan sin límites de su juventud y de las mejores fiestas del verano, aunque parece que no tan ajenas a las críticas. Al final, como a cualquier mortal, acaban afectándolas.