Novias con proyección internacional
La Barcelona Bridal Fashion Week, celebrada esta semana, reúne 800 compradores de 70 países y 300 marcas, el 65% extranjeras
La moda nupcial va más allá del vestido de la novia, pero en la Barcelona Bridal Fashion Week, que terminó este viernes, el traje sigue siendo la estrella. La cita empezó el martes en el recinto de Gran Vía de la Fira de Barcelona con la parte más visual, la presentación de las colecciones para la siguiente temporada en la pasarela, y cerrará el domingo con la parte profesional, con la presencia de 800 compradores procedentes de 70 países y más de 300 marcas, el 65% de ellas internacionales.
Precisamente, este logro de la internacionalización es el que más destaca la directora de la feria, Estermaria Laruccia. “Es la edición más internacional en 27 años”, remarcó. Laruccia se fija, sobre todo, en lo que pasa en la feria de Nueva York.
Como es tradición, Rosa Clará inauguró la pasarela el martes con la colección más desestructurada y sensual de su historia, según reconocía la diseñadora. Clará, quen lleva casi 20 años de oficio y ha sido testigo de un gran cambio en las demandas de las novias, enfatizó que ninguno de los 25 vestidos que desfilaron llevaba forro. Las novias han dejado de ser recatadas y se cuidan mucho, explicaba, de forma que se pueden enfundar en vestidos de tejidos ligeros sin revestimiento, con transparencias y pronunciados escotes. Para la temporada 2018, la marca barcelonesa apuesta por trajes ligeros que toman cuerpo con el encaje y el chantillí. Entre sus modelos estaban Mariana Downing, la novia de Marc Anthony, y Joana Sanz, pareja del futbolista Dani Alves. La modelo checa Karolina Kurkova fue la estrella del desfile de Studio St. Patrick, la firma de Pronovias Fashion Group, que abrió la pasarela el miércoles. El director creativo, Hervé Moreau, explicó que la colección está pensada para mujeres urbanas y modernas y juega con los contrastes. En la primera fila del desfile, estuvieron Alejandra Silva, actual pareja del actor Richard Gere, Ana Boyer y la modelo española Jessica Goicoechea.
YolanCris es una de las marcas españolas más atrevidas (por algo Lady Gaga ha lucido alguno de sus trajes). Su desfile siempre es uno de los más esperados porque rompe los moldes del clasicismo nupcial. En esta edición, las hermanas Yolanda y Cristina Pérez presentaron una colección de inspiración folk y estilo zíngaro de los años setenta, ideales para bodas en la playa.
El invitado especial de esta edición fue el diseñador venezolano afincado en Nueva York Angel Sanchez, que el miércoles por la noche fue el protagonista de la Barcelona Bridal Night en el Palacio de Pedralbes. Presentó su colección Rose Mist, en el que fue su primer desfile en Europa, con vestidos de novia y de fiesta con el blanco como protagonista pero también rosas y azules suaves. Sanchez destacó la delicadeza como eje conductor de sus diseños, que también beben de su formación como arquitecto. Abrió su propio taller en Nueva York en 1998 y sus creaciones se venden en prestigiosas tiendas de Estados Unidos, México, Japón o Emiratos Árabes, entre otros.
La diseñadora vasca Isabel Zapardiez, que celebra 15 años de su firma, presentó 30 conjuntos con el título Oh!rigami: riqueza de tejidos y formas en una interpretación libre de la moda japonesa, que llenó la pasarela de rojos, coral, arena y blanco, en un homenaje al kimono.
Celebrando su 50 aniversario, la firma Raimon Bundó presentó una colección que recupera los rasgos más auténticos de su trayectoria. Para ella, se han rescatado dibujos y elementos de los archivos de la firma, sobre todo los bordados y el encaje. El resultado fue una colección dividida en dos líneas, la más tradicional fiel al espíritu Raimon Bundó, que falleció hace dos años, y la más atrevida, que propone un cambio en la firma con vestidos más informales, con escotes y transparencias.
La marca israelí Galia Lahav, que ya participó en la edición anterior de la Barcelona Bridal Week, volvió este año con un desfile en que presentó su línea urbana, más bohemia, y también la de alta costura, de inspiración victoriana. Pero el tono rompedor lo puso Jordi Dalmau, que coronó la pasarela con un barco pirata, fuente de inspiración para su nueva colección. Presentó vestidos transformables, estampados de flores y hasta una novia embarazadísima, que desfilaron al ritmo de Monica Naranjo, sentada en la primera fila.
Pronovias, como también parece marcar la tradición, puso punto final al show el viernes con una impresionante fuente en medio de la pasarela, instalada en el Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC), para mostrar una colección inspirada en el deseo y la ilusión. Wish, con el agua como elemento principal, pone movimiento, destellos y fluidez a unos diseños que destacan por sus volúmenes, sus pronunciados escotes laterales y transparencias de vértigo. Bordados, pedrería y flecos completan la gama, en que también hay lugar para los vestidos convertibles.
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