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3.500 Millones
Coordinado por Gonzalo Fanjul y Patricia Páez

Sillas vacías

Un foro en Extremadura analiza el papel de los medios en la crisis de refugiados

Participantes en una de las mesas de la jornada celebrada en la Asamblea de Extremadura.
Participantes en una de las mesas de la jornada celebrada en la Asamblea de Extremadura. I. SÁNCHEZ.

Siete personas, casi todas mujeres, caminan con una maleta vieja colgando del brazo. Dan vueltas a una plaza, bailando entre encuentros y desencuentros mientras alzan sus miradas hacia lo que parece ser un horizonte recién conquistado. El ritmo de sus pasos los va marcando una antigua canción de Juanito Valderrama: “…cuando salí de mi tierra, volví la cara llorando, porque lo que más quería, atrás me lo iba dejando…”. Con esta representación en la Plaza del Potro de Córdoba, un grupo de actores y actrices quisieron visibilizar una de las mayores crisis humanitarias de nuestro tiempo: el de las personas que se ven obligadas a huir de su país.

“Es la injusticia máxima al lado de la impunidad máxima”, así resumía aquella misma escena Sami Naïr, especialista en movimientos migratorios, en el marco del Foro de la Solidaridad celebrado en Córdoba. Aunque el tono duro del politólogo francés apuntaba a algo más que a una crisis humanitaria global: “Basta con ver el trato que se le ha dado a las personas refugiadas: vivimos en una época de insolidaridad”.

Y en medio de este escenario poco alentador, ¿cuál es el papel que desempeñan los medios y los profesionales de la comunicación? Nos trasladamos a Extremadura, donde se plantea con fuerza esta pregunta en una jornada organizada por la Agencia Extremeña de Cooperación Internacional. Su director, José Ángel Calle, da paso al debate expresando el convencimiento, propio y de la región, ante la necesidad “urgente” que existe de abordar una política digna en materia de asilo y refugio.

“Los medios de comunicación le están dando más espacio a lo que impacta que a lo que importa”. Alrededor de una mesa de centro, la antigua corresponsal de RTVE Rosa María Calaf, inicia el debate. “Eso nos hace creer que se está informando, cuando en realidad lo que se está haciendo es entretener; en el mejor de los casos, con un fin mercantilista; y en el peor, con un claro fin manipulador”.

“Los medios siempre optan por darnos respuestas, acepciones, cuando deberían dirigirnos más hacia la reflexión”, apunta, a la derecha de Calaf, David del Campo, director de Cooperación Internacional de Save the Children en España. “Una crisis de refugiados no cabe en 140 caracteres, ni en una pieza de 1 minuto y medio; su complejidad es mucho mayor. Por eso. Ese minuto y medio no debería servir para confirmar cosas, sino para abrir preguntas, para invitar a que la ciudadanía reflexione”.

Leila Nachawati, especialista en comunicación y en derechos humanos en Oriente Medio y el norte de África, atiende a la conversación antes de apuntar hacia la mala costumbre que tienen los periodistas de construir “otros”: “El otro gitano, el otro inmigrante, la otra mujer árabe - si es mujer, se es doblemente otra –“. Y advierte: “Cuando vemos a una persona como el otro o la otra, creamos, entre ella y nosotros, una distancia que nos impide la empatía, que impide que nos identifiquemos con su situación, que impide la solidaridad”.

“Yo creo que no hay crisis de refugiados mal contadas”, interviene José Antonio Guardiola, director de En Portada de Televisión Española. “Lo que hay -aclara- son conflictos mal contados que desencadenan crisis de personas refugiadas que, en consecuencia, son también mal contadas”.

En la misma línea continúa Leila Nachawati: “Cuando abordamos el contexto español, o el europeo, no dividimos a la población en radicales o moderados, sino que hablamos de cuestiones económicas, sociales, políticas… Sin embargo, cuando hablamos de Oriente Medio, dividimos a toda esta región tan compleja en sunitas y chiíes; en qué quiere Rusia y qué quiere Estados Unidos; en mujeres sumisas o mujeres empoderadas”. ¿Qué hacer para salir de esas dicotomías y entrar a analizar de verdad las causas y los orígenes de los conflictos? Nachawati lo tiene claro: “El primer paso es hablar menos de las comunidades locales, y más con ellas”.

Mientras el debate continúa, la plaza de Mérida comienza a llenarse de sillas. Pero nadie se sienta en ellas; esos asientos están reservados para quienes aún estar por llegar: todas aquellas personas refugiadas que el Gobierno español se comprometió a acoger antes de septiembre: 17.000 en España (de las que solo hemos recibido a 1.200), y 350 en la región extremeña (donde apenas han llegado 75). Aunque las cifras bailan ahora por debajo de otro tipo de gestos: un grupo de adolescentes acaba de acercarse a las sillas en silencio y ha desplegado una pancarta que, con letras rojas, recoge el grito que llevan dentro: “Yo soy tierra de acogida”. Las sillas continúan vacías cuando el cielo rompe a llover. Nadie se mueve: Todos continúan esperando a que esas sillas se llenen.

Sobre la autora

Isabel Sánchez es periodista especializada en cooperación. Acaba de regresar a España después de vivir cinco años en Chile. Convencida de la función social del periodismo, ha buscado siempre vincularse a la labor que realizan organizaciones sociales, agencias de cooperación y medios de comunicación comprometidos con los derechos humanos, como Periodismo Humano.

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