_
_
_
_
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

La mejor purga es siempre voluntaria

Cataluña es un paraíso de sospechosos y traidores y hay que darles donde más les duela

Carles Puigdemont y Oriol Junqueras durante el anuncio de los cambios en el Gobierno de la Generalitat.Vídeo: Massimiliano Minocri (EL PAÍS)
Xavier Vidal-Folch
Más información
Sin titulo
Puigdemont nombra a consejeros fieles al referéndum tras la presión de Junqueras

El paraíso de todos los sistemas inquisitoriales llega cuando los prisioneros se toman la purga por su propio deseo. Cataluña es un paraíso. La purga de la destitución es voluntaria. Se la denomina “dar un paso al lado”.

Conviene que sea así. Los pueblos cercados primero deben atacar a los enemigos, y sucesivamente castigar a los rivales, anular a los socios federados de toda la vida, debelar a los dirigentes veteranos, acogotar a los torturados por las dudas, sancionar hasta a los colaboradores más íntimos, pasando por cualquier ciudadano, periódico o contribuyente receloso. Cataluña es un paraíso de sospechosos y traidores y hay que darles donde más les duela, hasta extraterrarles al anonimato, sin reconocer siquiera su disidencia.

Aseguró el president Puigdemont que todos los consejeros, los de ayer por la mañana, militaban en su referéndum ilegal. Y claro, por fidelísimos, les admitió las renuncias a los que se suponía menos talibanes: en el tardofranquismo, a estas destituciones, se les llamaba 'dimiceses'.

Olviden los edulcorantes. Lo cierto es que el presidente asumió la condición impuesta por su vice Oriol Junqueras: si él había de ser el capataz de los actos ilegales ineludibles para la convocatoria unilateral, todos los pospujolistas sin excepción debían conjurarse a su lado, rechazaba palmar judicialmente en solitario.

Cataluña no está instalada en la rebeldía, se cumplen las leyes y se aplican las sentencias. La desobediencia, el desacato, la rebelión, son de momento anuncios

Ha conseguido ya Junqueras lo que impetró, en una demostración de sintonía recuperada entre ambas familias carlistas (no es metáfora: lo son las de ambos líderes): “Todos los consejeros acordarán conjuntamente y firmarán los acuerdos” [que quebranten la ley], le prometió Puigdemont. Todos, bajo la españolísima coartada de Fuenteovejuna, dispuestos –si es en masa-- a la inhabilitación, a la cárcel y a la merma de su patrimonio, lo que tanto inquietaba al protomártir Jordi Baiget: el Tribunal de Cuentas pronto reclamará a Artur Mas la devolución de los 5,12 millones de euros que nos costó la consulta del 9-N.

La peor de las purgas es la del responsable de Interior, Jordi Jané. Contra algunas caricaturas, Cataluña no está instalada en la rebeldía, se cumplen las leyes y se aplican las sentencias. La desobediencia, el desacato, la rebelión, son de momento anuncios. El Estado de derecho, verbalmente acechado, sobrevive.

Sucede también gracias a Jané. Los Mossos d’Esquadra que él mandaba “cumplirán la ley vigente en Cataluña”, se comprometió. Y lo cumplió: como policía judicial, aplicaron hasta ayer las resoluciones judiciales, condujeron a alcaldes y otros inculpados ante la Justicia. Lo prometió el 14 de diciembre. Siete meses después, cesaba, cediendo el puesto al duro Joaquim Forn. Junto a este accedía al Gobierno el edecán de la familia Pujol, Jordi Turull. Quien ponía la mano en el fuego por su secretario general, Oriol Pujol, acusado de corrupción. Quien le flanqueó en un desplante a los juzgados. Ascendía ayer justo cuando su cómplice/superior reconocía merecer condena penal. La impoluta Cataluña que prometían.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_