8 fotosHe probado todos los repelentes para mosquitos que existen y esto es lo que he aprendidoDe los más eficaces a los completamente inútiles. A continuación un análisis de cada unoSalomé García03 ago 2017 - 17:48CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinBlueskyCopiar enlaceDe venta en farmacias y en supermercados. “Su principal componente es el DEET (dietiltoluamida). Aunque en algunas regiones endémicas pueden ser necesarias concentraciones al 50%, en España basta con una al 20%. Nunca en niños menores de 2 años y con la precaución de no utilizarlo en zonas sensibles de la piel, como la cara. Para evitar la picadura del mosquito tigre también es efectivo el IR3535 (3-N-butil-n-acetil aminopropionato de etilo) al 20% o el Icaridin (carboxilado de hidroxietil isobutil piperidina) al 20%”, apunta el doctor José Antonio Oteo, especialista en Medicina Interna y director del Centro de Investigación Biomédica de La Rioja (CIBIR) del Hospital San Pedro. ¿Y qué tal de eficacia? El doctor Marqués es rotundo: “Muy alta. Su efecto dura 4-6 horas, si bien condicionado por el agua o el sudor. Son más eficaces en crema que en espray porque se fijan más, pero este formato es más incómodo cuando hay mucho vello corporal”. ¿Y si hay que aplicar protección solar? “Primero se aplica el fotoprotector y luego, el repelente. De lo contrario crearíamos una capa oclusiva que favorecería una penetración excesiva del repelente”. El problema es que la solar debe reaplicarse cada dos horas y no se recomienda abusar de los repelentes químicos por su potencial efecto tóxico. Y aquí faltan estudios al respecto”.Cubrir la máxima extensión posible de piel le evitará muchos encuentros desafortunados con los mosquitos. Pero no con todos. Algunos son especialmente obstinados y su picadura puede atravesar la tela. Aquí entran en acción los repelentes para la ropa. ¿Qué llevan? Permetrina al 25%, el mismo principio activo que aniquila los piojos. Evidentemente son palabras mayores, empléelo solo si viaja a zonas de riesgo de malaria o similar. Recuerde: esta neurotoxina puede causar irritaciones si lo aplica sobre la piel. Échelo solo sobre la ropa. Así se usa: la farmacéutica Marián García explica el proceso. “Cálcese unos guantes para manipular productos tóxicos y salga a un lugar exterior y bien ventilado. Ahora rocíe generosamente durante un minuto y medio la parte frontal de la ropa desde una distancia de 30 centímetros. Repita el proceso con la parte posterior. Sus pantalones no quedarán chorreando, pero sí sensiblemente húmedos. Déjelos secar bien antes de ponérselos. El repelente aguanta 4-6 lavados. Luego habrá que reaplicar”. ¿Es eficaz? Sí. Engorroso, también. Y no olvide: con un litro de repelente tendrá para tres camisas, tres pantalones y tres pares de calcetines.Cuentan con el beneplácito de la SEAIC para mantener a raya los mosquitos siempre que estemos en interiores. “Son muy válidos contra muchos tipos de mosquitos, no tanto contra el tigre. Se debe a que habitualmente estos enchufes se ponen por la noche y este insecto tiene hábitos diurnos”, apunta el doctor Oteo. ¿Cómo funcionan? El ingrediente activo es la praletrina, un tipo de piretroide tóxico para los mosquitos pero seguro para seres humanos y mascotas. Se encuentran en formato líquido o en pastillas que se volatizan por el calor del propio enchufe. No hacen ruido. Aunque no lo leerá en las instrucciones, la sensación de estar protegido de forma constante toda la noche le ayudará a conciliar el sueño sin temor al zumbido de un mosquito noctámbulo. La buena noticia es que —en principio— nadie se muere por el mordisco de un mosquito.Quienes viajan habitualmente a zonas endémicas y no quieren abusar de los repelentes químicos, e incluso, de la medicación contra la malaria por sus efectos secundarios, suelen sugerir la ingesta de pastilla de vitamina B. Así actúa. El doctor Oteo señala que “el olor que provocan en el sudor parece que ahuyenta a los mosquitos, pero no hay estudios concluyentes al respecto. Por otro lado tampoco es recomendable utilizar vitaminas si no hay un déficit de las mismas”. A lo que el doctor Marqués añade que “este método no cuenta entre los recomendados por la OMS, por mucho que en Internet haya sujetos que señalen lo bien que les ha ido sudando vitamina B por zonas de malaria”.No hay aspecto de la vida sin su app correspondiente. La caza al mosquito también tiene las suyas. Las hay para iOs y Android y suelen ser gratuitas. ¿Sirven? Rotundamente, no. No solo porque en las pruebas en exterior una servidora ha recibido la visita golosa de algún mosquito. Es que leyendo el propio funcionamiento queda claro que no pueden funcionar. “Se basan en ultrasonidos cuando lo que atrae o disgusta a los mosquitos es el olor, el CO2 del aliento o la temperatura corporal”, apunta el doctor Marqués. Un estudio de la OCU señala que estos ultrasonidos, que en principio el común de los mortales no percibe, sí pueden ser apreciados por los bebés o personas con especiales capacidades auditivas. Y en este caso, es molesto.Si se ha parado a observar el escaparate de cualquier farmacia, este verano los protectores solares rivalizan con todo un ejército de brazaletes de todo tipo de diseños y colores. Los hay más discretos, para adultos, y con muñecos y algarabía policromada para los niños mayores de tres años. ¿Qué llevan? El mecanismo es simple: una pulsera de plástico o algún otro material flexible pero resistente con un pequeño receptáculo. Ahí se introduce una pastilla aromática de citronella, un aroma que, ya se ha visto, desactiva las intenciones belicosas del mosquito. Los fabricantes sugieren que pasado un mes deben cambiarse por otra nueva henchida de olor. Y también lo venden como el complemento perfecto a otros repelentes corporales. Eficacia cuestionada. Si lo quiere llevar como adorno, perfecto. También si pretende evitar picaduras en la muñeca. O si le gusta llevarse el tenedor a la boca y sentir unos perturbadores acordes a citronella fusionándose con el aroma de los chopitos o el bistec. Pero olvídese de que le protejan las piernas, los hombros y, en general, todo el cuerpo. “Si tiene que viajar a una zona de malaria, la pulsera la dejaría en casa y me encomendaría a productos de mayor seriedad”, sostiene el doctor Marqués.Nada tan shakespearino como una cena en un jardín de verano a la luz de los candiles. Añada unas velas antimosquitos y unas espirales con idéntico fin y mantendrá alejado a estos desagradables invitados. O no. ¿Qué llevan? Las velas, esencia de citronela. Se difunde a través del humo. “Cierto que ese aroma ahuyenta al mosquito, pero es transitorio. Deberíamos estar constantemente metidos en el humo para evitar la picadura, algo de adversas consecuencias respiratorias”, comenta el doctor Marqués. Si corre una brisa ligeramente briosa, las velas no son buena solución. En cambio, las espirales siguen quemándose, so pena de que se forme un huracán (en cuyo caso tampoco habría mosquitos revoloteando). Estas son algo más eficaces, ya que llevan piretro, piretrinas o algún tipo de piretroide sintético. “En cualquier caso, si queremos que actúen contra el mosquito tigre, que vuela bajo, habría que ponerlos a nivel del suelo”, apunta el doctor Oteo. ¿Y lo de quemar incienso? “No conozco ningún estudio serio (igual lo hay) sobre este hecho tan exótico. Aunque es posible que el humo y el olor ayuden”. Esta redactora lo probó el pasado verano durante sus vacaciones en el litoral granadino. Los picotazos al alimón evidencian la nula eficacia de este método tan hippy.Los posibles efectos tóxicos de los productos químicos han favorecido la comercialización de ahuyentadores corporales de origen natural. “El mejor es el aceite esencial de eucalipto. Crea una zona de 4 centímetros alrededor de la piel que resulta muy desagradable para el mosquito. Si no se acerca, no hay picadura”, apunta el doctor Marqués. Tome nota si le va lo natural: el Citriodiol (p-mentano-3,8 diol) al 30% puede mantener a raya al mismísimo mosquito tigre durante 4-6 horas, según el Centro de Información de Medicamentos de Cataluña. El doctor Oteo advierte frente a este insecto: se trata de “una especie invasora que ya actúa en algunas zonas de nuestro litoral mediterráneo. Este insecto puede transmitir un elevado número de arbovirosis entre las que destacan el dengue, el Chikungunya y el Zika”. Aún en el caso de no sufrir contagio, las picaduras suelen transformarse en habones del tamaño de una moneda de euro. “Los europeos aún no estamos sensibilizados frente a su saliva, de ahí esa respuesta inflamatoria tan exagerada”.