Cara y cruz del culebrón de Paula Echevarría y David Bustamante
La actriz continúa imparable como ‘influencer’. El cantante, abatido, cancela conciertos y su último disco no cosecha los resultados de anteriores trabajos
Desde que la ruptura de Paula Echevarría y David Bustamante se hizo pública el pasado mes de abril, su separación no confirmada ha propiciado el escrutinio sistemático del menor gesto de sus vidas mientras se espera una confirmación oficial que ambos se empeñan en mantener en suspenso. Lo normal sería interpretar que ambos se han dado un tiempo para reflexionar sobre los problemas en su relación y no lo tienen claro todavía, pero su silencio propicia la especulación e incluso cierta persecución mediática.
En estos meses la no pareja también ha jugado al ratón y al gato y ha prodigado las apariciones conjuntas, los gestos de complicidad y el buen rollo público. Una actitud que algunos apuntan tiene mucho que ver con el negocio que les ha supuesto el matrimonio aparentemente idílico de dos profesionales famosos y guapos. Pero roto el hechizo, la suerte ha corrido de manera desigual para ellos de puertas afuera y sus carreras profesionales parecen vivir un periodo de hibernación que no escapa a sus problemas personales.
Paula Echevarría cumplió 40 años el 7 de agosto, durante un verano en el que la protagonista de la serie Velvet se ha movido de un lado a otro de la geografía nacional en vacaciones patrocinadas que ha publicitado ampliamente en sus redes sociales. La asturiana ha estado en lujosos hoteles de Sancti Petri (Cádiz), Marbella y Menorca; visitó el centro de belleza de Tacha Beauty y asistió al concierto de Sting en el Teatro Real de Madrid, todo ello sin coste alguno para ella ya que las marcas y centros hoteleros dan por hecho la rentabilidad de la inversión gracias a las menciones en las redes que hace la actriz.
De hecho, este jueves volverá a soplar las velas para celebrar su redonda onomástica en una fiesta que se tendrá lugar en la finca El Chaparral, de Madrid, a la que asistirán 300 invitados y que ha causado sorpresa por su tardanza. Allí estará su familia asturiana, sus amigos de siempre, sus compañeros de trabajo más cercanos y algunos rostros habituales de estos eventos como Carolina Adriana Herrera, Eugenia Silva, Mónica Cruz o Vicky Martín Berrocal. El motivo probable de este retraso es que la celebración está patrocinada por la revista Elle en la que Echevarría colabora con un blog. Un evento que cuenta con su propia etiqueta, #Happy40Paula, para conseguir la máxima repercusión en redes sociales.
Precisamente es esta vertiente de influencer la que reporta mayores beneficios a la actriz, a quien las marcas se rifan porque consigue convertir en oro cualquier prenda, complemento o producto de belleza que utiliza y publicita en su cuenta de Instagram, la que tiene 1,9 millones de seguidores. Mientras, su carrera como actriz parece varada a la espera de nuevos proyectos tras finalizar las cuatro temporadas de Velvet y saber que su participación en su secuela, Velvet Collection, se limita a pocos capítulos.
Por su parte, David Bustamante aparece con un aspecto físico bastante desmejorado, refugiado en su familia y amigos más cercanos y con tendencia creciente a demostrar que su paciencia se encuentra al límite por el interés mediático que despierta su no separación. La prensa rosa asegura que no asume la ruptura y que espera poder volver a retomar la relación con su mujer, pero también que pelea por la custodia compartida de la hija de la pareja y por el domicilio conyugal situado en la localidad madrileña de Villafranca del Castillo y cuya propiedad pertenece en un 80% al cantante y sobre la que existe un embargo por una cuantiosa deuda con Hacienda.
Además, su carrera musical tampoco vive su mejor momento. Su último disco, Amor de dos, ha vendido menos copias que su anterior trabajo y los problemas de salud que le obligaron a cancelar su concierto en Laguna de Duero (Valladolid) despertaron la polémica y el enfado de sus seguidores. La Consejería de Sanidad de Castilla-León puso en duda la veracidad del certificado médico que el cantante aportó para justificar su ausencia. El malentendido fue aclarado por el médico que lo firmó y que le atendió a nivel particular aunque utilizó para realizar el parte un documento con membrete de la sanidad pública. En cualquier caso para Bustamante, que ya ha cancelado otros dos conciertos este año, el daño estaba hecho. Y al menos ante a la galería parece la parte más rota de esta pareja que lo es de derecho pero no convive de hecho, y que con su indefinición y sobreexposición pública está perdiendo parte de la simpatía que se había ganado entre el público.
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