Una maquilladora en plantilla para la Casa Blanca
Katie Price está disponible las 24 horas del día para retocar a los principales portavoces de la administración Trump
Anthony Scaramucci duró solo diez días en la Casa Blanca. Pero le dio tiempo a contratar a Katie Price como maquilladora oficial, un puesto pagado con dinero público que ningún Ejecutivo había tenido antes. De ser una estilista freelance para canales como RT y CNN, Price dio el salto al edificio más prestigioso de Washington tras ser elogiada por Scaramucci durante una entrevista en CNN. Meses después de que el entonces director de comunicaciones fuera despedido, la joven mantiene su puesto como “asistente de producción”.
Price tiene una mesa en la oficina de prensa de la Casa Blanca. Su trabajo consiste en estar disponible para maquillar y arreglar a cualquiera de los portavoces y comentaristas habituales del equipo de Donald Trump. La principal beneficiada es Sarah Huckabee Sanders, la portavoz principal, encargada de defender a diario las acciones de la Administración en las ruedas de prensa. También asiste con otras tareas relacionadas con el trato con la prensa y la gestión de acreditaciones. Según Politico, la Casa Blanca ha rechazado divulgar el sueldo de Price, de quien se conocen pocos detalles y su nivel de experiencia profesional.
El pasado verano, Scaramucci participaba en una entrevista en CNN cuando pidió públicamente contratar a Price, que le había maquillado a él y a Sanders para su primera comparecencia en la Casa Blanca dos días antes. “Sarah, si estás viendo esto, me gustaría que continuáramos utilizando a la persona que nos maquilló y peinó”, dijo el entonces director de comunicaciones, pocos días antes de su rápida destitución. Y así catapultó a la anónima estilista al Ala Oeste del Ejecutivo.
Otros presidentes habían tenido este tipo de servicios estéticos, pero es infrecuente que sea con un sueldo oficial. En la Casa Blanca de Obama, los asesores se pagaban sus propios servicios en caso de que comparecieran en entrevistas o ruedas de prensa. Pero en la de Bush hijo, la estilista Lois Cassano también realizaba un trabajo similar al de Price.
Según los críticos del actual presidente, el puesto de Price es una consecuencia natural de tener un presidente más preocupado por su apariencia, su ego y la aparición mediática de sus portavoces que sus predecesores. Trump, que proviene del mundo de la telerrealidad y los shows, ya ha demostrado ese perfil suyo con otros actos, como la presentación de su nominado a la Corte Suprema, a quien anunció en directo en horario de máxima audiencia televisiva, manteniendo hasta minutos antes la incógnita de su elección.
Además de sus colaboraciones con algunos canales, Price poseía su propia empresa de estilismo y maquillaje, que ofrecía paquetes de 1.100 dólares por sus servicios en bodas y eventos. Desde que los medios americanos comenzaron a indagar el misterioso pasado profesional de Price, la mujer ha cerrado sus perfiles en redes sociales como LinkedIn. Con la excepción de los asesores de más alto rango como Ivanka Trump, la hija del presidente, o John Kelly, el jefe de gabinete, Price está disponible las 24 horas del día para retocar a los principales comentaristas de la Casa Blanca, como Kellyanne Conway. La primera dama, Melania, se paga sus propios retoques de pelo y maquillaje, según afirmó a Vanity Fair su portavoz.
Para Sanders, la combativa portavoz que se enfrenta a los medios a diario, Price “es una gran suma al equipo, por sus ideas y su talento. Me hace la vida más sencilla", admitió a Politico. Antes de que contrataran a la estilista, la portavoz se pagaba sus propios maquilladores.
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