Abejas contra elefantes en las granjas de Kerala
El zumbido y las picaduras de los insectos han resultado efectivos para proteger los cultivos frente a los paquidermos
Hace un año nadie podía dormir tranquilo en Mayilattumpara. Los habitantes de la aldea, situada a los pies de las colinas del distrito de Thrissur, en el estado de Kerala, al sur de la India, temían la entrada de elefantes. Los animales, víctimas de la pérdida de su hábitat natural en la selva y la escasez de comida, invadían con frecuencia los campos de cultivo del pueblo, destrozando los cultivos y arruinando su fuente de ingresos.
Todo lo que los agricultores habían probado para parar a los animales (cavar zanjas, tocar tambores, instalas vallas electrificadas con placas solares o plantar arbustos con supuestos efectos repelentes) fue ineficaz. Uno tras otro, los habitantes de la zona dejaron de cultivar la tierra.
La situación cambió el año pasado. Ahora la gente de Mayilattumpara ya no sufre las molestias de los elefantes. En cambio, son agradablemente sorprendidos por numerosos periodistas, científicos y estudiosos del medio ambiente. Es así porque han descubierto qué ahuyenta a los elefantes: las abejas.
Una cerca de alambre con colmenas colgando se extiende a lo largo de 2,5 kilómetros, bordeando 18 fincas del pueblo. Las colmenas se reparten cada 10 metros, con abejas de origen italiano criadas en Kerala en su interior. Su zumbido y sus picaduras asustan a los gigantescos paquidermos. Según dicen los agricultores, cuando intentan cruzar la cerca, enjambres de abejas furiosas salen de las colmenas y hacen huir a los elefantes.
Protegidos por las abejas, los agricultores han podido volver a trabajar sus tierras. Y algunos también se han animado a recolectar un nuevo producto: la miel. Johny Kochery, por ejemplo, propietario de 9 hectáreas en Mayilattumpara, abandonó el campo tras varias cosechas arruinadas por los elefantes. Ahora cultiva cocos, plantas de caucho y más de 60 variedades de fruta en sus parcelas. Desde la instalación de las colmenas, "ni un solo elefante se ha acercado a mi granja. Los ataques de elefantes son historias pasadas", dice.
Durante la última temporada del monzón, manadas de elefantes cruzaron el cercano embalse de Peechi e hicieron incursiones en las aldeas vecinas de Kalladik, Thekkumpadu y Poolachode, destruyendo las plantaciones de plátanos y las cabañas de los agricultores. Pero ellos no tenían algo tan sencillo como colmenas para proteger sus tierras, dicen los habitantes de la zona.
La cerca comenzó a ponerse en marcha en enero de 2016 por un grupo de agricultores con el apoyo de la Agencia para la Gestión de la Tecnología Agrícola (ATMA, en sus siglas en inglés). Costó 500.000 rupias (unos 6.300 euros).
V.S. Roy, impulsor del proyecto, explica que la idea procede de Lucy King, una investigadora de la Universidad de Cambridge, que en 2008 probó con éxito el uso de abejas africanas para mantener alejados a los elefantes en Kenia. El experimento fue repetido en Tanzania.
"Si funcionó en África, ¿por qué no en la selva de Kerala?", recuerda Roy.
Según las autoridades medioambientales de la India, los conflictos con los elefantes en todo el país causan víctimas entre los habitantes y muerte de animales. Solo en Kerala, 22 personas murieron por esta causa en 2017, una cifra que el Gobierno del Estado considera dentro de la media de los últimos años.
Además, el Gobierno pagó el pasado año más de 90 millones de rupias (1,2 millones de euros) en indemnizaciones por daños causados por elefantes, según datos oficiales.
El proyecto no tuvo éxito en un principio. En 2012, fracasó en otro distrito, en parte, por la falta de implicación de la comunidad, señaló Roy. Por eso, en Mayilattumpara, comenzó por implicar a los agricultores.
Kochery, líder de la asociación de agricultores, señaló que instalar el sistema no es fácil a menos que los agricultores se preparen para un trabajo "colectivo, meticuloso y paciente". Tuvieron que aprender a manejar y criar las abejas. "No ha sido fácil, dijo. Pero hoy el esfuerzo está comenzando a dar resultado. De diciembre a marzo, las 260 colmenas instaladas en el pueblo producen cerca de 30 kilos de miel, según los agricultores, lo que supone una aportación potencial de 65.000 rupias (unos 800 euros) a cada agricultor. Pese a los problemas iniciales, esperan una buena cosecha esta temporada.
Pese a las dificultades, los agricultores de otros distritos quieren replicar el sistema con el apoyo gubernamental. "Debe ser sostenible. Estamos a la espera de los informes sobre el terreno", asegura Nagesh Prabhu, responsable de la conservación de la selva.
El Gobierno de Kerala también aborda el problema reduciendo la desforestación y trabajando en la conservación del hábitat de los elefantes, informan las autoridades. Mientras tanto, el investigador E.A. Jayson, ha completado un estudio que concluye que el experimento de las colmenas funciona, pero quedan por resolver algunos "obstáculos" sociales. "Nos hemos encontrado con el robo de colmenas", dijo Jayson.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.