¿Vale todo? Breve historia de las palabras prohibidas en los medios
Cuando la actualidad impone hablar de una grosería, los medios deben debatir cómo hacerlo. Y así ocurrió con el caso Bobbit, el escándalo Lewinsky y, ahora, con Donald Trump
Si alguien aún se pregunta cómo ha cambiado Donald Trump el mundo desde que es presidente de Estados Unidos habría que responder que nunca antes en la historia habíamos visto la palabra "mierda" abriendo los informativos o los consejos de redacción en los grandes diarios del mundo (especialmente los estadounidenses) debatiendo sobre si algún comentario del mandatario es susceptible o no de imprimirse en un titular. ¿Son “agujero de mierda” ("shithole”, lo que llamó a ciertos países como Haití o algunas naciones africanas de los que llegan inmigrantes a Estados Unidos) o “coño” (el lugar por donde él agarra a las mujeres según unas grabaciones del año 2005 obtenidas por el Washington Post) palabras que un periódico puede publicar en su portada, ya sea en la edición en papel como en la digital?
En 1987 TVE rechazó emitir un anuncio de condones por atentar "al buen gusto o al decoro social" y por contravenir las normas de la cadena pública, pues ofendía "los sentimientos y las convicciones morales del público"
Vayamos 20 años atrás para prestar atención a otro presidente que, de modo diferente, también cambió las reglas del juego mediático. El escándalo Lewinsky (surgido tras la revelación de que el expresidente Bill Clinton había mantenido relaciones ilícitas con una becaria de la Casa Blanca) estallaba en enero de 1998 y el mundo se veía obligado a hablar, por primera vez en la historia, de felaciones y de un vestido con manchas de semen en los debates políticos. Robert Lichter, presidente por aquel entonces del Centro para Medios y Asuntos Públicos de Washington, afirmó en The New York Times que en los cinco primeros meses de 1998 los programas de humor nocturno dedicaron 729 números cómicos a la vida sexual del presidente. En todo el año anterior, las referencias a ese mismo asunto habían sido 250.
Un momento inédito en lo que se refiere a la narrativa sexual explícita en la prensa escrita llegó cuando en septiembre de 1998 se hizo público el Informe Starr, redactado por el fiscal Kenneth Starr y que incluía el relato detallado de las experiencias de Monica Lewinsky. El lenguaje de este reportaje es inédito en su detalle, digno de una novela de corte pornográfica, pero curiosamente el fiscal Starr no se atrevió a escribir ni una sola vez la palabra “pene” para referirse al miembro del presidente. En su lugar, y en muy contadas ocasiones, se habla de "los genitales masculinos".
Para leer esa palabra (pene) en la prensa habría que retrotraerse más tiempo: esta vez 25 años, hasta 1993, cuando Lorena Bobbit cortó el pene de su marido John Wayne Bobbit. La palabra “pene” hacía su debut en la prensa seria escrita en Estados Unidos. En las primeras semanas de 1994 (cuando el juicio estaba llegando a su fin) se usó al palabra "pene" en titulares doce veces. En el mismo periodo del año pasado se había usado cero.
"Las expresiones vulgares, obscenas o blasfemas están prohibidas", dice el libro de estilo de EL PAÍS. Sin embargo, se acepta incluirlas cuando se trate de citas textuales que procedan de una persona relevante, hayan sido dichas en público y estén impresas. Ambos casos se cumplen en algunos de los exabruptos de Trump.
Todas las palabras prohibidas tuvieron una primera vez en los medios de comunicación. Aquí hemos reunido algunas de ellas.
El sexo y sus variantes
El primer anuncio de condones (y, por lo tanto, la primera vez que el mundo escuchó esa palabra por televisión) se emitió en la cadena KNTV de San Francisco en agosto de 1975. Las críticas de los espectadores obligaron a la cadena a retirar el anuncio.
Primer anuncio de condones que se emitió en televisión. Fue en la cadena KNTV de San Francisco en 1975.
En España la reacción no fue mucho más agradable. El 27 de mayo de 1987 TVE rechazó emitir un anuncio de condones por atentar "al buen gusto o al decoro social" y por contravenir la cuarta norma de autocontrol de publicidad en RTVE, pues ofendía "los sentimientos y las convicciones morales del público". No sería hasta 1990 cuando el Ministerio de Sanidad lanzó la polémica campaña "Póntelo, pónselo", que creó un verdadero debate social y levantó las iras de la Iglesia, así como una demanda de la asociación Acción Familiar, que consideró la campaña una forma de adoctrinamiento para los jóvenes.
Para ver un anuncio de condones en un canal generalista en Estados Unidos habría que esperar hasta 1991. Y el primero en horario de máxima audiencia en Estados Unidos llegó hace solo 13 años. Fue además durante la emisión de Smallville, una serie adolescente, lo que levantó las iras de asociaciones conservadoras como la American Family Association. Curiosamente, la marca que sentó los tres precedentes (el primer anuncio en la historia de la televisión, el primero en una cadena generalista y el primero en horario de máxima audiencia) era la misma: Trojan.
Los espectadores escucharon la palabra "condón" por primera vez en una serie en 1987. Ocurrió en Cagney & Lacey (emitido en EE.UU. en la CBS y en España en las televisiones autonómicas), serie policíaca que en un episodio emitido el 1 de diciembre de ese año incluía una escena en la que una de las protagonistas hablaba con su marido sobre los consejos sexuales que deberían dar a su hija adolescente.
En España, el programa Hablemos de sexo, emitido por RTVE en 1990 en horario nocturno, supuso un revulsivo para el lenguaje sexual que se podía usar en televisión. Uno de sus entregas más llamativas fue el monográfico dedicado a la masturbación emitido el 18 de junio de 1990. Solo en los dos primeros minutos de ese programa, la doctora Ochoa pronunciaba la palabra “masturbación” siete veces.
En otros programas se tratarían temas como la eyaculación precoz o los estímulos sexuales. Palabras que debutaban en el lenguaje televisivo español y que sería parodiado por Martes y 13 con el título “Hablemos de eso” (en el que se incluía el hoy cuestionadísimo número cómico de una mujer maltratada).
Las palabras malsonantes en estéreo
La primera vez que un personaje en una serie de televisión pronunció la palabra “hijo de puta” (“son of a bitch” en inglés) tuvo lugar en la serie M.A.S.H., concretamente en el episodio Guerrilla my dreams emitido el 1 de octubre de 1979.
El momento en que el actor Charles Rocket suelta la palabra prohibida en televisión en 1981, seguido de la nerviosísima reacción de sus compañeros.
La palabra “joder” (originalmente “fuck”) se pronunció por primera vez en un episodio de Saturday Night Live emitido en febrero de 1981. Lo hizo el actor Charles Rocket durante una parodia de la famosa escena de la serie Dallas en la que J.R. es disparado. Rocket fue despedido del programa y tuvo una carrera posterior algo irregular. Se suicidó en 2005.
Los tiempos no han cambiado demasiado en el programa. En 2009 la actriz Jenny Slate soltó accidentalmente la palabra "fucking" en lugar de la guionizada "friggin" (un eufemismo de la misma palabra, pero aceptable en televisión) y no volvió a ser contratada en la siguiente temporada. Solo hace un par de meses, el actor Sam Rockwell (que acaba de ganar un Oscar a Mejor Actor Secundario por Tres anuncios en las afueras) volvió a decir la palabra prohibida. El hecho no ha tenido consecuencias graves para él (era solo un invitado, no un cómico de la plantilla), pero el hecho apareció como una noticia destacada en todos los medios de entretenimiento.
Cuando la palabra se pronuncia en un espacio en directo y sin formar parte del guion, o sea, por decisión personal de un individuo y sin conocimiento de los presentadores, la televisión estadounidense tiene un término concreto: “fleeting expletive". Se puede traducir como “una interjección fugaz” y sirve para proteger a una cadena de televisión ante demandas de miles de dólares. Por ejemplo, ocurrió con Cher en 2002 al decir “Que les jodan” mientras recogía un premio Billboard. Por ser una frase fuera de guion que la cadena que emitió el espacio no podía controlar, no se enfrentó a ninguna multa.
En 2012 un pequeño escándalo alcanzó a la serie Modern family porque de nuevo la palabra “fuck” (“joder”) fue aparentemente pronunciada… pero en este caso, por una niña de dos años. En la escena (se puede ver pinchando aquí) nunca se llega a escuchar la palabra (está prohibida en un canal generalista como ABC) y los productores insistieron en que la actriz nunca la pronunció realmente en el rodaje, pero la asociación Parents Television Council pidió insistentemente a la cadena que censurasen el episodio, algo que nunca ocurrió.
El actor Mark Harmon pronunció la frase “Shit happens” (algo así como “la mierda existe”) en 1999 en un episodio de la serie de médicos Chicago hope. Era la primera vez que la palabra “mierda” se podía oír en una serie de una cadena generalista en Estados Unidos. Hoy, el término ya es aceptable en la ficción estadounidense.
¿Qué hacemos cuando Trump dice "mierda"?
Sin embargo, "shit" alcanzó una nueva dimensión en enero de 2018. Trump soltaba la bomba al referirse como "agujeros de mierda" (o "shithole") a ciertos países de prodecencia de inmigrantes en EE.UU. Mientras el mundo observaba boquiabierto, las redacciones de muchos periódicos se enfrentaban a un debate: ¿se puede escribir "agujero de mierda" en un titular? Muchos se echaron atrás en la más conservadora Estados Unidos. En España ningún medio titubeó. EL PAÍS, por ejemplo, titulaba: "Trump, sobre inmigrantes de El Salvador y Haití: '¿Por qué recibimos a gente de países de mierda?". "Si hay que escribir una palabra o frase malsonante", indica el libro de estilo de este periódico, "esta se reproducirá con todas sus letras, pero nunca de forma abreviada".
El Washington Post también lo hizo y fue la primera vez en su historia en el que la palabra "mierda" estaba en un titular. The New York Times, más comedido, publicó inicialmente: "Trump alarma a los legisladores con palabras despectivas sobre Haiti y África". Una semana después se atrevió a publicar en un titular, pero con censura, la palabra: "Lo que podemos aprender de los países de m****a".
El periódico neoyorquino es un ejemplo de contención en este sentido. La palabra "pussy" ("coño") está tan prohibida en su libro de estilo que cuando la escritora Gracie Gardner ganó el premio Relentless Award (concedido por la American Playwright Foundation) por su obra de teatro Pussy sludge ("Lodo de coño"), el título de la noticia en el periódico era: "Gracie Gardner, premiada por una obra con un título que no podemos imprimir".
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