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Los estilismos del Sónar: ¿horteras o ‘trendys’? En eventos como el festival barcelonés, la vanguardia, el moderneo y lo hortera se mezclan en una suerte de pasarela que, ante todo, reivindica la libertad El pecho al aire (para lucir abdominales) no se puede definir como tendencia en sí misma. A pesar de ello, en este Sónar se ha consolidado gracias al calor. Así, no solo los torsos ideales (como los de la foto) pueden desabotonarse la camisa. Un pantalón básico negro, una camiseta blanca y los calcetines blancos y subidos forman un estilismo que nunca falla en ningún festival. Si le añades actitud, la mezcla es perfecta. Amigas modernas, en el Sónar todos y todas tienen cabida. Si no sabes cómo ir puedes mezclar varias tendencias de la temporada y conjuntarlas con tus amigos: de izquierda a derecha pasamos del moderneo extremo a lo básico, tonteando en el camino con el blanco ibicenco. Si vas con amigas tan modernas que se atreven con un total look ( a la derecha) o con una falda transparente y un body verde, no vayas de negro y con flores. Destacarás, pero no para bien. Aunque tiene un toque 'artie', lo de ir exactamente igual que tus amigas (y con ropa que parece pensada para San Fermín) no siempre funciona. Si le añades las máscaras, el resultado es un desastre total. A los festivales siempre hay que llevar una rebequita, una sudadera... El protagonista de la imagen buscó inspiración en Oriente. Buena idea, pero no para combinar con unos vaqueros cortos. Sin los pantalones, todo habría sido mejor. El total look masculino, realizado con la misma tela, lleva más de un año reinando en festivales y locales de corte hipster. La idea funciona, pero hay que saber llevarla con dignidad. Lo hippie nunca pasa de moda. Puede ser trasnochado, pero en todo evento musical aparecerán sus defensores. En este caso, él lleva el pantalón un poco apretado de más. Tanto que se diferencia lo que lleva en el bolsillo izquierdo. Con ropa, pero sin ropa. En este modelo se mezclan (muy acertadamente) las ganas de verano, de lucir carne sin renunciar al estilo (muy bien los dorados). Pasa el tiempo, pero la moda de hacer como que no prestas atención a tu vestuario permanece. Mientras el chico de la izquierda se atreve (bien) con esa tela rasgada, el amigo de la derecha ha decidido hacerse él mismo su camiseta sin mangas. Muy festivalero relax. Las gafas, en sintonía. Las zapas no fallan en cualquier festival. De hecho, el look suele empezar por los pies. Ella ha elegido unas blancas abotinadas que encajan sin fisuras con el vetsido amarillo y la riñonera (que lleva años volviendo y ya está aquí). Las uñas amarillas, fantasía. Él, a la altura de su colega: camisa estampada con guiños 'oversized', pantalón corto (por debajo de la rodilla, así muy hetero) y zapatillas negras. La comodidad siempre tiene que ser un valor cuando vas de festival. En esta imagen se cruzan el hippismo con Andalucía. Y lo único que se salvan son los sombreros. Bueno... solo el de ella. Moderno total. Están todos los ingredientes que el siglo XXI requiere: calcetines altos, estampado, camiseta de tirantes, riñonera... El modelo no tiene pega. Quizás esa es la única pega. El chandal (y la ropa deportiva) está aquí para quedarse. Combinarlo con una transparencia borda el look de él. Ella, aflamencada, choni y con riñonera. Nos encantan. El estampado sideral y los panatalones negros marcan actitud. Con este look no te puedes quitar las gafas ni siquiera de noche, pero nadie te podrá poner una pega. Al aldo de tu amiga, que viste como un Sim, brillas. Mezclar chándal con tirantes y camiseta de tirantes es arriesgado, pero puede salir bien. Acompañado de unas buenas zapas y unas gafas cantosas, te aseguras el éxito. El mamarracheo es de lo más divertido que se puede hacer en un festival. Todo en esta foto alienta esas pulsiones hedonistas. Informal, pero reivindicativa. Cómoda, pero con flores. Un look sencillo, pero eficaz. El mensaje nos ha ganado: "Hagamos el house homosexual de nuevo". Tirantes para paliar el calor; una chaqueta vaquera clara y 'oversized' por si da frío; falda negra cómoda y botas Martins, modernas, vintage y radicales a la vez. La purpurina, un acierto. La actitud, a la altura. El bolsito se podría cambiar por una riñonera. El Sónar es apto para todo tipo de públicos. Por eso ensambla tan bien estilismos dispares creando un estilo propio, lúdico, cómodo y dionisiaco, como el que se ve en esta imagen.