La gran matanza china de perros para comérselos en el festival de Yulin
El festival de Yulín se mantiene pese a prohibiciones, alertas sanitarias y campañas animalistas. Las imágenes pueden herir su sensibilidad
Un año más, desafiando prohibiciones y alertas sanitarias, la ciudad china de Yulin celebra este jueves, con motivo del solsticio de verano, su Festival de Carne de Perro y Licor de Lichis, donde miles de perros serán sacrificados para ser cocinados y devorados por asistentes al evento. En el pasado, unos 10.000 perros solían ser sacrificados durante el festival, aunque en los últimos años la cifra se ha reducido hasta el millar, según sus organizadores. Aun así, en el mundo occidental, donde el perro es considerado el mejor amigo del hombre, las imágenes de perros enjaulados, decapitados, asados o trinchados son difíciles de digerir.
El festival Yulin, en la región autónoma suroccidental de Guangxi, ha resistido por el momento la ley que prohibía la venta de carne de perro en restaurantes, mercados y otros comercios del país, así como las campañas de millones de personas que quieren acabar con la matanza. Millones de firmas (el último recuento sumaba 12 millones) han sido recogidas en China y el resto del mundo para acabar con el sacrificio masivo de perros.
Un simple paseo por el mercado Dashichang basta para conocer la magnitud de la matanza. Perros y gatos (estos en menor medida) se amontonan en jaulas por los puestos, o ya sacrificados en las carnicerías, y son exhibidos asados. Además, es fácil ver tanto a personas comiéndoselos y brindando con licor como a ecologistas y animalistas comprando animales aún vivos para salvarlos. Un perro cuesta unos 10 euros en este mercado.
Lo que muchos desconocen es que gran parte de los perros que acaban servidos en el plato de este festival son obtenidos de manera ilegal, ya que suelen ser animales de compañía robados o callejeros. "Existen graves riesgos para la salud pública asociados con los perros robados que son abandonados y no vacunados y que pueden albergar enfermedades, incluida la rabia. O incluso que son envenenados con cianuro por los ladrones y que posteriormente entran en la cadena alimentaria", según ha explicado el director de la organización Animals Asia, Jill Robinson, a la agencia Efe.
La concienciación social sobre el "mercado negro" que mueve este festival también está presente en las calles de Yulin, donde hay carteles en los se lee "Resistid al festival de la carne de perro y rescatad a los perros". En China no existe una legislación que proteja a estos animales, cada vez más populares como mascotas entre la creciente clase media local, y ni siquiera la circunstancia de que 2018 sea Año del Perro, según el calendario oriental, ayuda a promover esta protección.
Los defensores del festival aseguran que comer perro —según las organizaciones defensoras de los animales, en China se consumen al año unos 10 millones— es una tradición en la región de Guangxi y que no es diferente de hacerlo con la de otras especies criadas para servir de comida al ser humano. Pese a la creencia popular de que en China se come carne de perro de manera generalizada, solo se consume en zonas del sur del país como Guangxi, Guizhou y Cantón y áreas del noreste habitadas por la etnia coreana.
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