Ginebra, vino, martini y champán, los fieles compañeros de la Reina Madre
Un nuevo libro sobre la familia real británica desvela la rutina alcohólica de Isabel Bowes-Lyon, la madre de Isabel II
“La sola visión del vino me sube el ánimo. Sería una tragedia si no pudiera beber nunca más”. Esto fue lo que la reina madre de Inglaterra, Isabel Bowes-Lyon, le dijo a su marido, Jorge VI, en 1925, estando embarazada y, por tanto, privada de alcohol. Ahora, un nuevo libro sobre la familia real británica revela la rutina alcohólica de la madre de Isabel II. En Behind the Throne: A Domestic History of the Royal Household [detrás del trono: una historia doméstica de la casa real], el historiador Adrian Tinniswood recoge los testimonios de varios trabajadores de la casa real que relatan qué, cuándo y cuánto bebía la reina madre.
Entre estos, destaca Margaret Rhodes, sobrina y dama de compañía de la madre de Isabel II. Rhodes asegura que Isabel Bowes-Lyon bebía ginebra y también Dunnet –licor similar al vermú– antes del almuerzo; vino con la comida; un Martini antes de la cena y, por último, una copa de champán. Un hábito que, según la dama de compañía, “jamás variaba”.
El secretario privado de la reina madre, Colin Burguess, añade a este menú un vaso de oporto después del almuerzo –y posterior, por tanto, a la ginebra y al Dunnet–, un segundo Martini antes de la cena y una copa del champán francés Veuve Clicquot de vez en cuando en la comida. Burguess ya contaba en las memorias sobre sus años al servicio de la reina madre –Behind Palace Doors: My Years with the Queen Mother [tras las puertas del palacio: mis años con la Reina Madre], publicadas en octubre de 2017–, que uno de sus cometidos era asegurarse de que siempre hubiera una botella de Dubonnet en los actos oficiales, pues, decía, la reina madre era “una bebedora devota”.
El gusto por el alcohol de la abuela de Carlos de Inglaterra es de sobra conocido. En 2009, el escritor William Shawcross evidenciaba estas costumbres en Reina Isabel, la reina madre, la primera biografía oficial después de su muerte a los 101 años, en 2002. En su libro, Shawcross desvelaba que en los años treinta, Isabel Bowes-Lyon, entonces duquesa de York, y un grupo de amigos fundaron una hermandad de bebedores. Y en 1965, en un viaje a Jamaica, se quejó a su hija Margarita en una carta de que a ella le servían zumos de fruta y tuvo que rogar para que le pusieran “una pizca de ginebra”.
El apego a estos licores es, sin duda, un legado que ha dejado a su hija, la reina Isabel II de Inglaterra. En agosto de 2017, Darren McGradi, cocinero en Buckingham durante 11 años, desvelaba en una entrevista con Vanity Fair que Isabel II tomaba cuatro bebidas alcohólicas al día, una práctica muy similar a la de su madre. La primera, poco antes de la comida, una ginebra con Dubonnet, rodaja de limón y mucho hielo. Un dry Martini suele acompañar sus comidas, que terminan con una onza de chocolate y una copa de vino. Y una copa de champán antes de irse a la cama. Un menú digno de la reina que más tiempo ha ostentado una corona y, por ende, a la altura también de su progenitora, la reina madre.
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