Los ambientes resecos de los lugares de trabajo, el aire acondicionado, la calefacción y el uso —una vez más— de ordenadores, tabletas y móviles pueden causar síndrome del ojo seco, aclara , Mar González Manrique, jefa del Servicio de Oftalmología del Hospital Universitario de Móstoles: "A menor parpadeo, menor lubricación de los ojos y mayor sensación de fatiga ocular".
Este problema, que es la principal causa de consulta oftalmológica —el 30% de las personas acuden por esto, según este informe del Ministerio de Sanidad—, se caracteriza por sensación de picor y arenilla, dificultad para abrir los ojos por las mañanas, visión borrosa, lagrimeo, fotocopia, ojo rojo e incluso dolor. Y puede suponer un empeoramiento en la calidad del vida de quien lo sufre.
Aunque "no hay un tratamiento curativo para estos síntomas que supere a una buena prevención", asegura María Capote, responsable de la unidad de retina y vítreo de Cliniláser , "el uso de lágrimas artificiales permite mantener la superficie ocular protegida y reduce el riesgo de queratitis (inflamación de la córnea) u otros signos de ojo seco". Y algo aún más básico: "Es bueno recordar que se debe parpadear con frecuencia cuando se usan estos dispositivos", asevera la oftalmóloga del Hospital de Móstoles.