El tercer tumor más “asesino” solo recibe un 2% de los fondos dedicados a la investigación del cáncer
Un informe europeo critica la falta de inversión contra el cáncer de páncreas, culpable de 95.000 muertes en la UE
“No conozco a nadie que haya sobrevivido al cáncer de páncreas. Parece que soy el único”. El madrileño Juan Carlos García Calvo, un militar en la reserva de 54 años, todavía habla de sí mismo con asombro. Un lunes de hace siete años, estaba desayunando en su casa de Alicante cuando su mujer le dijo: “Tienes los ojos amarillos”. Acudió al hospital y se encontró con una sentencia de muerte: un tumor en el páncreas. Inmediatamente, entró en el quirófano y se sometió a quimioterapia y radioterapia. Y sigue vivo.
García Calvo es una feliz excepción. El cáncer de páncreas mata a 95.000 europeos cada año, de manera fulminante. Después de recibir el diagnóstico, la supervivencia media es de apenas cuatro meses y medio, según un informe publicado hoy por la Unión Europea de Gastroenterología, con motivo del Día Mundial del Cáncer de Páncreas. El 97% de los pacientes muere antes de cinco años.
El tumor va a contracorriente. Desde 1990, su tasa de mortalidad ha aumentado un 5%, rozando ya los 10 fallecidos por cada 100.000 habitantes. En el mismo plazo de tiempo, la tasa de mortalidad del cáncer colorrectal ha bajado un 14%, la del cáncer de pulmón ha caído un 20% y la del de mama se ha recortado un 25%. “Pese a ser el tercer tumor más asesino de Europa, el cáncer de páncreas solo recibe el 2% de los fondos dedicados a investigación oncológica”, denuncia el informe europeo.
“No conozco a nadie que haya sobrevivido al cáncer de páncreas. Parece que soy el único”, explica Juan Carlos García Calvo
“Nadie se preocupa de este tumor, porque no somos muchos, que es lo que da dinero a las farmacéuticas”, opina García Calvo. Su médico en el Hospital General Universitario de Alicante, Enrique de Madaria, entregó el miércoles 265.000 firmas en el Ministerio de Ciencia con varias asociaciones médicas y de pacientes para exigir una partida presupuestaria específica para investigar el cáncer de páncreas. “Se calcula que en 20 años será la segunda causa de muerte por cáncer”, alerta De Madaria, vicepresidente de la Asociación Española de Pancreatología.
El cáncer de pulmón, con una supervivencia del 13% a los cinco años, mata anualmente a unos 296.000 europeos. El cáncer colorrectal, con una supervivencia de más del 60%, provoca la muerte de unos 173.000 europeos cada año. El cáncer de páncreas, mucho menos frecuente pero mucho más agresivo, mata a 95.000, una cifra similar a los tumores de mama, que tienen una supervivencia de más del 85%.
“El cáncer de páncreas es una sentencia de muerte. Hay que avanzar como sea. Tenemos que lograr una mayor visibilidad pública y que haya más financiación”, señala De Madaria. El principal organismo público de investigación biomédica de España, el Instituto de Salud Carlos III, se ha comprometido a estudiar un aumento de la inversión tras recibir las 265.000 firmas. “No es un problema español, es a nivel global”, subraya su directora, Raquel Yotti.
“El cáncer de páncreas está infrainvestigado en relación al número de muertes que provoca”, advierte el oncólogo Paco Real
“Sabemos que la incidencia está aumentando y no sabemos por qué”, confirma la epidemióloga Núria Malats, del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), en Madrid. Sin embargo, la científica es “mucho más optimista” que hace una década. Diversas investigaciones han mostrado que la población de microbios de un páncreas con cáncer es 1.000 veces mayor que la de un órgano sano. El grupo de Malats trabaja en una de las líneas más prometedoras: intentar modificar este microbioma para evitar que progrese el tumor.
“El cáncer de páncreas está infrainvestigado en relación al número de muertes que provoca”, advierte el oncólogo Paco Real, también del CNIO. Su equipo investiga marcadores genéticos para facilitar el diagnóstico precoz y el tratamiento de la enfermedad. El cáncer de páncreas es muy silencioso. Sus síntomas —como el dolor abdominal, las náuseas, la pérdida de peso y la coloración amarilla de los ojos— son poco específicos y habitualmente se relacionan con otras enfermedades. Cuando el tumor se detecta, es demasiado tarde. Sin embargo, Real también es optimista: “Estamos en un escenario cambiante. Sabemos más y este conocimiento tendrá un impacto terapéutico”.
“Yo creo que en España se dedica incluso menos del 2% a la investigación del cáncer de páncreas”, lamenta Luis Bujanda, presidente de la Asociación Española de Gastroenterología. Lleva 20 años pasando consulta, ahora en el Hospital Universitario de San Sebastián, y no recuerda a nadie que haya sobrevivido más de cinco años. “A la industria farmacéutica no le interesa mucho este tumor porque tiene pocos pacientes. Hace falta inversión pública”, clama Bujanda.
Cristina Sandín, presidenta de la Asociación Cáncer de Páncreas, urge a las autoridades a impulsar la investigación. Su organización nació en enero de 2015 del empeño de dos pacientes, Carmen Delgado y Olga Lamarca, para convertir la enfermedad en “una batalla por la vida”. Las dos murieron meses después, pero su asociación continúa la batalla. En los últimos tres años han recaudado 180.000 euros para investigar el cáncer de páncreas. Ayer también entregaron las 265.000 firmas en el Ministerio de Ciencia para exigir más dinero contra el cáncer más letal.
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